Capítulo 4

988 113 1
                                    

—¡Y el elefante levantó su nariz y rocío a todos! — Janis estaba riéndose mientras ellos entraban por la puerta delantera un poco más tarde—.

No podía esperar a ver los leones marinos. Ellos fueron... Janis se detuvo en su trayecto, lo que hizo a Nunew chocar con su espalda.

Él estiró el brazo para atraparla de la caída. —¡Janis! Estuve a punto de derribarte — Nunew dijo cuando dejó las llaves y siguió a los ojos redondeados de su hermana hacia la silla de la cocina. Zee tenía a Nat en sus brazos, dándole de comer. Sus labios estirados hacia atrás en una sonrisa cuando vio a Nunew.

—Nu, hay un extraño cargando a Nat —susurró Janis. Nunew negó con la cabeza. Se había olvidado totalmente de que Janis no conocía a Zee todavía. Estaba tan ocupado tratando de volver a casa que no había incluso pensado en hablarle de su jefe. Janis, él es mi jefe, el Señor Panich.

— Zee—El vicepresidente una vez más corrigió a Nunew. Janis dejó caer su mochila al suelo y se acercó a la mesa, sus ojos todavía se mantenían bien abiertos de una manera casi reverencial. Guau, eres alto.

—¡Janis! No es de buenos modales el señalar algo así — Nunew dijo mientras sus ojos saltaban de su hermana a su jefe. Sus palmas empezaron a sudar de nuevo así como su ritmo cardíaco aumentó. MALDITA SEA. Nunew no podía entender por qué su cuerpo estaba reaccionando tan extrañamente en torno al hombre.

—Está bien, Nunew — Zee dijo con una sonrisa. Miró hacia la hermana de Nunew, una sonrisa iluminaba su rostro—. Hola, Janis. —Él le sonrió, y ella se derritió al igual que su hermano mayor. Sus ojos se volvieron soñadores mientras le lanzaba miradas lascivas.

Nunew gruñó y cruzó la habitación. Ella era demasiado joven para enamorarse de un hombre. Zee era tan. Zee era su... ¡WOW! .Nunew se frotó las manos sobre su cara. Él estaba definitivamente volviéndose loco.

—Eres lindo. —Ella se rio y se ruborizó, dando un paso atrás de Nunew.

—Una vez más, calabaza, eso no es educado — Nunew dijo mientras iba al refrigerador y sacaba un paquete de carne molida que había descongelado antes. Ellos comerían espagueti esta noche. Era una de esas raras noches en las que realmente podrían tener una comida decente en lugar de macarrones con queso o mantequilla de maní y jalea. Infiernos, ellos tenían un compartimento de la alacena lleno de fideos instantáneos. Nunew se agachó por su cintura y agarró el sartén por debajo del estante, luego la puso en la estufa. Colocó la carne roja en el sartén y comenzó a dorarla, observó el chisporroteo de la carne por un momento mientras pensaba en Zee. El hombre era tan condenadamente alto. Él simplemente no era capaz de superar eso. Parecía demandar que su presencia fuera conocida sólo al entrar en una habitación. En el trabajo, los empleados lucían perturbados mientras trabajaban cuando él caminaba por ahí, susurrando aliviados cuando desaparecía de la vista.

Nunew se había encontrado a sí mismo viendo al vicepresidente con más frecuencia, esperado las visitas de Zee al piso donde trabajaba. Él no había querido admitírselo a sí mismo, pero era verdad. Una visita de Zee parecía alegrar su día.

Cuando escuchó la profunda –como alicorada– voz de Zee hablando con Nat, el ensoñado cerebro de Nunew recordó que el hombre estaba en la habitación. Se volvió hacia Zee. —¿Te gustaría quedarte a cenar? No es mucho, sólo espagueti. — Nunew notó que su hermana seguía de pie junto a la mesa embobada frente a Zee.

—. Janis, ve a cambiarte y trae tu tarea. Ya conoces la rutina. Con una rabieta, Janis tomó su mochila y salió de la cocina. Nunew rodó los ojos. CHICAS.

—Eso suena bien —dijo Zee—. Gracias. —Levantó a Nat y lo puso sobre su hombro. Nunew seguía preocupado de que Nat se fuera a caer de tal altura, estando en los brazos de Zee. Hizo que Nat eructara entonces se puso de pie—. Lo llevaré de vuelta a su cuarto.

El Vicepresidente de NuNew - ZeeNuNewWhere stories live. Discover now