Capítulo 37: La mentira que nos condena

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Samira se encontraba sentada en el borde de la cama prendiendo un cigarrillo. Estaba desnuda y exhaló el humo relajándose. Para que unos brazos suaves la envolvieran por su cuello.

-Se ha despertado, señorita Sarah.- dijo con una sonrisa relajada.

-No estabas pensando en irte sin saludarme, ¿verdad?- le preguntó empezando a besar el cuello de la morena.

-Me atrapaste...- le contestó con gracia, volviendo a darle una pitada al cigarrillo y dejándolo a un costado para que su compañera pudiera fumar también.

Con avidez Samira había tomado a la omega y la había colocado sobre su regazo abrazándola.- Eres hermosa, Sarah...- le dijo observando aquellos ojos azules que la miraban, con aquel cabello rojizo que enmarcaba ese bello rostro con sutiles pecas.

La había conocido en una misión en solitario. Por cosa del destino ambas buscaban lo mismo y terminaron haciendo equipo de aventuras para eventualmente pasar a ser compañeras de cama.

Sarah era más joven que ella, mucho más joven, mientras ella estaba por llegar a los treinta y cinco años, la pelirroja estaba rondando los veinticinco. La omega era sexy, tenía una voz acaramelada que endulzaba su oído y unas curvas que despertarían el deseo de cualquiera. No era para nada tímida y sabía como tentarla a caer. Siempre había sabido que había caído en la tentación porque así Sarah lo había querido.

Se mordió el labio inferior de solo ver esos labios carnosos.

La omega se abrazó a su cuello y se acercó para besarla.

- Deja todo y escapa conmigo...- insistió abrazándola.- dejaré que me marques si lo haces.

Hizo una mueca porque nada le gustaría más que marcar a la pelirroja. Su alfa quería asentarse con ella, vivir en su mundo y protegerla. A veces, por unos segundos, imaginaba su vida al lado de Sarah. Ya que no le quedaba mucho tiempo de vida o como en Noxus dicen: "de utilidad" en sus filas.

-¿Acaso no me deseas, Sami?- indagó sensualmente al oído.- que gima: "uhm... Sami, mi alfa"...

Esa frase volvía a generarle ese escalofrío que recorría su cuerpo. ¿Qué alfa no querría eso? ¿Qué alfa no querría oír a la omega que deseaba esa frase durante el sexo? Por supuesto que ella también quería. 

Gruñó.

-Lo quieres también... me imagino esa noche... Sami...- jadeó besando su oreja y lamiéndola.- me imagino como sería esa noche en que me marques... Con lo que me gusta verte arriba mío... con lo que me gusta sentir tus pervertidas manos en mi cuerpo...hum... de solo pensarlo estoy mojada de nuevo...

Samira tragó saliva, Sarah cada vez desprendía más feromonas y nunca se había podido resistir a ellas. Su miembro estaba erguido de nuevo pensando en querer montarla de nuevo.

-Eres una...

-Pero solo contigo...- le contestó sonriendo suavemente y besándola.- puta solo contigo...

La alfa era de fácil seducción, aunque sabía que eso se debía al cariño que le tenía. Tomó su mano y la guió a su entrepierna, no tardó en empezar a jadear contra los labios de la mayor.

-Sarah...- Se alejó para ver las expresiones de la omega.

-¿No quieres esto, Sami...? ¿No quieres tenerme así todas las noches?

-Deja de intentar sobornarme.- le ordenó la tuerta con un dejo de enojo sensual.- Sabes que...

-¿Qué que? ¿Qué prefieres morir antes de vivir conmigo?- Tomó su rostro entre sus manos.- Tengo suficiente dinero como para que no te falte nada, podríamos vivir tranquilas el resto de nuestras vidas. Podríamos vivir aventuras juntas, podríamos... ¿Por qué ese maldito clan te importa más que yo?

Almas Gemelas - OmegaVerse AkalynnWhere stories live. Discover now