31: Nueva York

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Alejandro.

El hotel de Nueva York era bastante grande y estaba bien, lamentablemente solo nos íbamos a quedar ahí una noche. Acabábamos de entrar y los managers se habían encargado de hacer el checking. Nosotros mientras tanto esperábamos por ahí hasta que nos dijeran con quién íbamos en la habitación.

Yo estaba con Abril sentada en mis piernas porque Bruna se acababa de ir al baño por una emergencia y le había dejado mi móvil a Abril para que jugase a algún juego.

Y estaréis pensando ¿todo siguió normal después del trío de las duchas? Pues sorprendentemente siguió más normal de lo que me esperaba. Nada más acabar lo que tuvimos que hacer allí, nos duchamos los tres juntos con total normalidad y bromeando. Después de eso teníamos el vuelo a Nueva York y cada uno se sentó en un sitio para dormir. Yo dormí todo el trayecto desde Chicago así que no había hablado con nadie. Y ahora acabábamos de llegar al hotel, Gavi estaba hablando tan tranquilamente con Pedri ya que Ona ya se había ido a España y yo estaba con Bruna.

Eso si, había dormido todo el vuelo porque la noche anterior no había podido conciliar casi el sueño. Me había pasado la noche pensando en lo que había pasado en las duchas. Fue una de las cosas más locas que he hecho en mi vida pero si nadie decía nada, yo tampoco.

—¡Mira, lo he matado! —Abril me enseñó la pantalla de mi móvil y yo sonreí.

—Eres buena eh, pero seguro que yo te gano.

—No, eso es imposible.

—Buf, no me has visto jugar a mí a ese juego —sonreí.

—Luego juegas tú pero espera que acabe la partida.

Reí y ella siguió concentrada mirando mi móvil. Me pareció raro que Bruna estaba tardando demasiado en venir del baño.

—Ale, mi hermana te está llamando —la pequeña me enseñó mi móvil y efectivamente salía el nombre de Bruna en toda la pantalla—. Por su culpa me ha cortado la partida —murmuró enfadada.

—Luego te dejo el móvil otra vez, enfadica —le removí el pelo y me levanté dejando a Abril en el sofá.

Descolgué la llamada y hablé.

—¿Qué pasa, Bruna?

—Alejandro, ¿puedes hacerme un favor?

—Si, claro ¿qué quieres?

—Me he dejado la mochila en el sofá en el que estábamos. Vale pues ¿podrías traérmela?

—Voy, tranquila —dije y colgué.

Cogí la mochila de Bruna y me la colgué en un hombro. Caminé hasta el baño que era bastante reservado. Es decir, estaba casi escondido. Toqué dos veces la puerta y esta se entre abrió. La mano de Bruna cogió la mochila y la volvió a cerrar. Pensé en si volver a donde estaban todos pero finalmente decidí quedarme ahí esperando hasta que Bruna terminase. Salió tiempo después y se sorprendió al verme ahí apoyado en una pared.

—¿Estabas aquí esperándome?

—Si, ¿para qué necesitabas la mochila?

—Me acaba de bajar la regla —puso cara de frustración—. Y no llevaba nada puesto así que me he manchado todas las bragas y el pantalón. Menos mal que tenía de reserva en mi mochila.

—Joder, haberme avisado y te ayudaba.

—No pasa nada, me has ayudado trayéndome la mochila —me sonrió.

Me acerqué a besarla en los labios lentamente. Me dio la sensación de que ella no se lo esperaba pero aún así correspondió a mi beso y me lanzó una sonrisa. Luego volvimos al hall donde estaban todos y Pablo Torre se nos acercó.

Paparazzi | Alejandro Balde • Pablo Gavi Where stories live. Discover now