36: ¿Novia?

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Alejandro.

De golpe sentí un líquido frío y mojado empapando mi pecho. Al abrir los ojos, vi a mi novia con una expresión graciosa tapándose la boca con su mano, y me di cuenta de que había sido ella quién me había despertado tirándome un vaso de agua encima.

Me levanté rápidamente escuchando un chillido que había salido de su garganta mientras salía corriendo de la habitación para que no le pillase. Pero como era obvio, yo tenía más velocidad que ella y la atrapé rodeando su abdomen en mis brazos. Ella reía como una loca.

—Que sepas que de esta no te vas a librar —le dije alzándola en mis brazos y cargándola en mi hombro de manera que sus piernas estaban junto a mi pecho y su cabeza al revés en mi espalda.

—¡Para! ¡Que se me va a ir toda la sangre a la cabeza! —me gritó dando patadas con sus pies para que le soltase pero yo no lo iba a hacer.

—Eso te pasa por tirarme agua —le di una nalgada. Para mi mala suerte Bruna ya llevaba pantalones, que además eran míos y de mi club.

—¡Déjame en el suelo!

—Eso me lo voy a pensar.

—¡Alejandro! —volvió a gritar y yo me empecé a reír.

—¿Que cojones hacéis gritando tanto de buena mañana? —Gavi apareció en el salón donde estábamos frotándose los ojos de dormido.

—De hecho, ya son la una de la tarde —le contestó Bruna aún en la misma postura.

—¿Estás bien? —le preguntó Gavi riéndose ya que la pelinegra seguía en mi hombro boca abajo.

—¡No! ¡Pablo dile a Alejandro que me baje!

—Alejandro no la bajes —me dijo Pablo y ambos nos empezamos a reír.

—Os odio.

—En verdad nos amas.

—Si no me bajas no te doy un beso, tú eliges —Bruna sonaba seria.

—Pues le doy el beso a tu culo —bromeé sonriendo mientras Gavi se reía viéndonos.

—Alejandro, por favor, me estoy mareando —me volvió a rogar y esta vez si que le hice caso.

Le dejé en el suelo y esta suspiró mirándome enfadada. Me acerqué a su cara dándole un beso en la mejilla mientras se quejaba porque estaba molesta.

—Me amas —le di un beso en los labios esta vez haciéndole sonreír un poco—. Pero te lo merecías.

—¿Qué le has hecho Bruna? —preguntó Gavi.

—Le he despertado tirándole un vaso de agua —rodó los ojos.

—Me has despertado de mi sueño, que lo sepas. Encima a Gavi que estaba durmiendo al lado mío, no le has hecho nada.

—Lo iba a hacer pero te has levantado en seguida a perseguirme.

—Es lo que hay —me alcé de hombros sonriéndole.

Bruna se fue hasta el sofá dejándose caer en él agotada. Yo mire a Pablo que estaba abriendo mi nevera.

—¿Ya me vas a robar comida? —le pregunté bromeando.

—Hombre claro que si, después de que me secuestrarais anoche el día de mi cumpleaños y ni siquiera me hayáis dado explicaciones.

—La explicación es que no podías ni caminar de la que tenías encima —solté una carcajada.

—Pues sorprendentemente me acuerdo de todo.

—¿Y de que casi me potas encima?

—Si, de eso también me acuerdo. Lo siento, hermano. La próxima vez te apartas más —sacó un zumo de piña de mi nevera y se lo empezó a beber sediento.

Paparazzi | Alejandro Balde • Pablo Gavi Where stories live. Discover now