ੈ🌑CUATRO

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Cuando Apo despertó, unos profundos ojos azules lo miraban.

Se asustó y gritó aturdido cayendo de la cama al ver a su mascota ladrar.

-¡Apo! -Barcode entró de golpe y vio a su amigo en el suelo. -Por Dios, al fin despiertas. Code lo ayudó a levantarse dejándolo sentado en su cama.

-¿Qué diablos pasó? -Preguntó el peliazul confundido.

-Bueno, cuando noté que nunca salías de tu cuarto, vine y te encontré desmayado con Ranger ladrando como loco. -Explicó. -Te acosté en la cama y decidí hacer una sopa, te la traeré enseguida.

Barcode salió y Apo seguía sin entender, ¿por qué diablos se desmayaría?

Se sintió mareado y al regresar su mirada a Ranger, éste estaba acurrucado en una esquina, tenía las orejas gachas y se veía abatido.

-¿Qué sucede, cariño? -Le habló, pero el perro no hizo ni un sonido.

Fue entonces cuando su cerebro registró el motivo de su desmayo, abrió sus ojos sorprendido pero en la misma pensó que quizás sólo lo había alucinado. Es decir, ¿Ranger siendo un humano?

¡Era imposible! Su mente le había jugado sucio, sí, era eso.

-Ven aquí bebé, papá no te dañará. -Le dijo al perro, pero este seguía reacio, hasta chilló al escuchar la última frase.

-Seguro está asustado por haberte visto caer. -Dijo Barcode que llevaba una bandeja con un plato de sopa de pollo y verduras. -Relájate, ya se le pasará y volverá a estar sobre ti, como siempre.

Apo asintió y empezó a comer, Barcode salió a comprarse los zapatos, ya que Apo no estaba en condiciones.

Entonces, cuando Apo ya había terminado de comer y estaba más relajado. Ranger supo que era el momento.

-¿Seguirás ignorándome? -Preguntó el peliazul que se masajeaba la cabeza con los ojos cerrados.

-Es imposible que te ignore. -Contestó una voz masculina y aterciopelada.

Apo se congeló. Tenía miedo de abrir los ojos aún con sus manos en la cabeza, no podía ser que otra vez estuviera soñando despierto.

-Perdón por asustarte. -Volvió a hablar.

Apo abrió sus ojos castaños y con temor dirigió su mirada a la esquina en donde hacía unos minutos Ranger estaba echado.

En efecto, ahí se encontraba el mismo chico que le provocó el desmayo, Apo se dedicó a observar con detalle. Estaba totalmente desnudo, mostrando un cuerpo grande y musculoso, su piel era ligeramente dorada, pero su cabello sí era negro con ondulaciones, además de que tenía un enorme tatuaje tribal en su hombro derecho que cubría todo el brazo.

Detalló su rostro, un hermoso rostro marcado por fuertes rasgos, pero que en ese momento, lucía como un bebé, un enorme bebé asustado. Sus labios eran delgados y de color rosa, sus hermosos ojos azules brillaban con intensidad, y al bajar su escáner se dio cuenta que poseía unos muslos gruesos y un buen pa-que-to-te...

Tragó duro...

Ese chico era un dios.

Un espectacular, enorme, guapísimo, dios griego...

¿Pero qué diablos hacía un dios en su habitación?

-¿R-Ranger?

Y el hombre asintió.

-En realidad, mi nombre es Mile... Mile Phakphum.

-P-pero... T-tú... -Apo estaba temblando, excitado e incrédulo.

-Sé que esto es algo sorprendente, pero... Yo soy Ranger, soy un cambiaformas Lobo. Y aunque en mi forma animal parezco un cachorro, bueno, en realidad sí lo soy, pero como humano, ya tengo dieciocho años.

-¿Cambiaformas? -Bien, Apo creía que se había fumado de la buena.

-Escucha, yo soy real. Soy Ranger para ti y Barcode, pero realmente soy Mile, perteneciente a un clan de Lobos casi extinto que se refugia en las montañas ocultas de Bangkok.

-Espera. -Alzó su mano, ya se encontraba alterado. -Yo de verdad estoy alucinando.

-¡Que no, Apo! -El Lobo caminó lentamente hacia él, hasta arrodillarse a un lado de la cama.

-Tú me salvaste. -Tomó con delicadeza la mano del peliazul y la posó sobre su duro pectoral izquierdo. Apo se sonrojó ante ello. -Ese día, hace dos años, yo recién había descubierto mi naturaleza, había tenido mi primera transformación, pero mi clan fue emboscado, los cazadores acabaron con muchos de mi clan, por eso huí. No sabía adónde iba, sólo quería huir. -Suspiró consu rostro atribulado. -Me habían herido mucho y al estar en mi forma de cachorro no tenía mucha fuerza, cuando llegué a la carretera ni siquiera me di cuenta. Fue entonces cuando llegaste. -Mile le dirigió una mirada agradecida y anhelante. -Yo era vagamente consciente de una dulce voz que me decía que todo estaría bien. Y eso me ayudó a seguir... -Sonrió levemente sonrojado. -Entonces, al darme cuenta, tú ya me habías puesto nombre y me adoptaste como tu mascota. -Mile se rió y acercó su mano a la suave mejilla de un shockeado peliazul. -No sabes lo agradecido que estoy contigo, con Barcode, por haberme criado, así haya sido como un perro doméstico. Pero mi instinto me pedía transformarme, para mi clan, he llegado a la edad adulta, por lo que debo empezar a entrenar para convertirme en un buen Alfa. Es por eso que me he presentado ante ti. -Acunó su mejilla con cariño. -Porque te convertiste en mi dueño, en todos los sentidos. Te debo mi vida y protección, Apo... Prácticamente estoy a tus pies.

Terminó su relato con una reverencia y Apo seguía sin saber qué decir.

Su mano aún sobre el pecho del chico, podía sentir la piel caliente, el ritmo acelerado de sus latidos, y sabía que eso no podía estarlo soñando.

-Así que... ¿Mi perro, en realidad, es un hombre lobo? -Preguntó casi sin aliento.

-Sí. -Contestó sin dudar. -Pero, sólo tú debes saberlo, por el momento no es bueno que los humanos sepan de mí o me darán caza.

Apo asintió. Dirigió su vista de nuevo al hermoso hombre grande y con cuidado, tomó sus mejillas y las acarició. Aún le parecía increíble que su adorable perro sea un hombre Lobo.

-Pero mientras estés en casa, debes permanecer como Ranger, buscaré algún bosque cercano para que puedas correr. Porque estoy seguro que el parque ya te aburrió.

Mile sonrió contento mostrando todos sus dientes y la respiración de Apo se atascó.

El hombre tenía una sonrisa tan bella y a la vez tierna que su corazón palpitó con rapidez, encantado por lo que veía.

-Y cuando estés en tu forma humana, rotundamente usarás ropa. -Advirtió con sus mejillas rojas; evitando mirar hacia abajo.

Mile no podía estar más complacido.

-Como tú digas, mi Omega.


My Sweet Wolf

My Sweet Wolf- MileapoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora