ੈ🌑VEINTIDÓS

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Llegaron esa misma noche de nuevo a la manada Phakphum.

Todos habían estado sorprendidos ya que no esperaron que llegaran tan rápido, además de que tampoco esperaban al humano, pues él había dicho que no pensaba volver.

Sin embargo, el ambiente se había sentido pesado, como si algo malo había sucedido y no tuvieron que averiguar demasiado, pues Annita les había contado la mala noticia.

—Ta... Él intentó suicidarse poco después que ustedes se fueron... Y Jeff está cuidándolo, aunque tampoco se encuentra bien.

Apo había sentido pánico al imaginarse a sus primos en tales situaciones, Mile también, por lo que casi corrieron a casa de los Betas, donde ya estaban el Alfa de la manada y la curandera, que era la mismísima abuela Phakphum.

—Me alegra por fin conocer al Omega de mi nieto. —Dijo la anciana aunque su sonrisa era triste.

—Pero en estos momentos debemos enfocarnos en otra situación.

Todos vieron hacia donde estaban los hermanos, Ta acostado y con semblante pálido mientras que Jeff tenía los ojos rojos y sólo observaba a su hermano menor.

—Jeff. —Le llamó el Omega suavemente al poner su mano sobre el hombro del Beta.

Jeff rápidamente lo miró y no pudo evitar que sus lágrimas se escaparan. Se lanzó sobre el mayor y lloró en su pecho. Apo enrolló sus brazos alrededor de este y compartió su sentir. Podía oler la tristeza que venía del chico, escuchar el lento palpitar del corazón de Ta y sintió sus ojos arder, esa situación se había salido de control.

—Intentó ahogarse en el río, Po... —Murmuró contra el cuello del Omega. —Si mi Lobo no me hubiese avisado que algo malo estaba sucediendo con él... Y—yo... —No pudo evitar sollozar más fuerte.

Apo abrió sus ojos llorosos con sorpresa y observó a su Alfa, ambos sabían que Barcode había hecho exactamente lo mismo.

—Abuela, necesito hablar contigo. —Dijo el pelinegro acercándose a la mujer.

—Seguro, querido.

Ambos salieron de la casa, Apo se quedó y el Alfa de la manada también. Mile llevó a la anciana hacia Barcode, que se encontraba con Annita.

—Ven conmigo por favor.

Los tres se fueron hacia la entrada del bosque donde ellos corrían.

—Abuela. Supongo que ya sabes quién es él. —Dijo el Alfa cuando ya se hallaban sentados sobre unos troncos.

La anciana observó fijamente al de tez pálida.

—Barcode Tinnasit, ¿cierto?. Tienes 23 años y eres originario de Tailandia.

Barcode asintió. Levemente sorprendido, pues eso se lo pudieron haber contado. Aunque él nunca mencionó nada.

—Están aquí porque tú también intentaste suicidarte, aunque fue en contra de tu voluntad. Lo hiciste de la misma forma que Ta.

Esta vez, Barcode sí estaba incrédulo. Pero Mile no, pues su abuela tenía esa capacidad.

—Hay algo que lógicamente no sabes. Y por lo tanto, todo esto te resulta extraño. —Tomó las manos del menor suavemente y cerró sus ojos. —Tus padres... Al igual que los padres adoptivos de Apo, son cazadores. —Dijo firmemente.

Barcode hizo una mueca. ¿Era eso cierto?

La anciana lo miró a los ojos y Barcode se sintió extraño. —No lo sabías. Mucho menos sabías que ellos experimentaban contigo.

My Sweet Wolf- MileapoWhere stories live. Discover now