Siempre había sido la misma mierda, pero estaba segura de que el infierno no era tan malo.
Dos overloads sumamente poderosos.
¿Estaban destinados a estar juntos?
Quien sabe.
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No lograba entender sus sentimientos a un día odiaba a personas y al otro parecía caerles bien.
Y esa era Kunai, el demonio con más cambios de humor posibles.
Vió como angel le revisaba su celular por alguna razón tampoco le importaba demasiado eso, no tenía prácticamente nada.
-En serio que no tienes vida social linda- La chica volteó a verlo sin entender demasiado.
La araña puso una mano en su cadera mientras miraba a la chica con una sonrisa.
-Mas allá de mi no hablas con nadie-... -Sin contar a Velvet, Vox y ¿Valentino? ¿Por qué putas hablas con Valentino?-Entró en el chat de la polilla mientras parecía revisar todo como si de alguien sobreprotector se tratara, pero cuando hablaban de Valentino nunca los cuidados eran de mas.
-Definitivamente necesitas vida social, salir divertirte, cojer con uno que otro hombre o mujer- La chica puso una especie de mueca al hablar de temas así. -No entiendo tu asco por el sexo, es algo normal bebé, todos lo hacemos normalmente-
~Todos no, tu lo haces~ Habló con cierto desagrado, no le agradaban esos temas.
Se movió un poco en la cama de el contrario mientras le arrebataba su celular a este.
Respondió un mensaje de Velvet pero más bien ignoró este para preguntarle "¿Vel crees que no tengo vida social? XD".
Apagó el teléfono volviéndose a centar en la araña a la que tenía que considerar amigo este seguía hablando de sexo y de posiciones, tapó sus oídos intentando no escuchar esas basuras.
~Angel basta~ Demandó hablando de forma enojada.
-Vamos linda estamos en el infierno todos han tenido sexo al menos una vez, ¿o tu no? ¿Acaso eres virgen?- Esa pregunta acabó con la poca o más bien inexistente paciencia de la chica.
Agarró su gabardina para después salir de la habitación dejando a la araña sola.
-¡Deberíamos reforzar la amistad Kunai!- Logró escuchar decir a aquel demonio riendo, claro que esto solo era para molestarla más pero eso sirvió.
Bajó las escaleras enojado mientras decía cosas incoherentes que al parecer eran insultos.
Se sentó en la mesa de la cocina mientras agarraba su cabeza enojado.
-¿¡Sucede algo señorita Kunai!?- Escuchó aquella voz estática.
~Dame un puto café ~ Habló de mala forma levantando un poco la cabeza para verlo.
Lo trataba como si fuera un mesero o algo así.
El de mayor estatura puso a calentar algo de agua mientras tarareaba una canción que la chica no reconoció.
No fue necesario hablar entre ellos puesto a qué ninguna palabra se escuchó por parte de ninguno de los dos.
La pelivioleta miró su celular de reojo, la maldita polilla también le estaba hablando sobre sexo y esas mierdas.
