Sentada en su habitual puesto, Haerin leía el texto que la profesora había dejado la clase anterior. El tema no era muy interesante, aunque por alguna razón le pareció entretenido y estaba dispuesta a terminarlo ahí mismo.
Su burbuja de concentración le impidió notar los pasos que se le fueron acercando.
—Oye, ¿estás bien? —una suave vos le pregunta, y siente una mano sobre su hombro—. Es que te vi en educación física y si que te golpearon fuerte —Hae voltea para encontrarse con los ojos brillantes de una chica.
Se sonroja, avergonzada. Ya entendía a qué iba la pregunta. No bastaba con que su mega crush de toda la vida, Minji, la haya visto en el suelo con la boca desgarrada, al parecer sus amigas también tuvieron la suerte de presenciar tan tonta escena.
—Mmh, sí. No fue para tanto... Gracias.
—No hay de qué —sonríe, tomando asiento en el pupitre frente al suyo—. Por cierto, soy Danielle.
—H-Haerin —le devuelve la sonrisa, algo forzada.
El resto de la hora Haerin notó que Danielle era súper amable y social. La australiana comenzó una charla tranquila entre ambas, y antes de que tocara el timbre que daba el inicio, llegó Hikaru, que se les unió. Así pasaron el resto de la clase. Hikaru era una parlanchina, por lo que pareció llevarse de inmediato con Danielle, mientras Haerin reía por los comentarios estúpidos de su amiga japonesa.
Ella siempre disfrutaba las conversaciones sin la necesidad de hablar mucho.
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