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—¿Quieren tomar algo? —preguntó Dani, viendo al grupo de chicas recién llegadas.

—Yo creo que una piscola me vendría bien —dijo la menor, sacando el pisco y la Coca-Cola de su bolso. Bahiyyih tenía el vodka.

—No, no, no, Hyein. Tú no tomarás nada —Eunchae le miraba con los ojos entrecerrados.

—¡Tenemos casi la misma edad, Eunchae!

Danielle rió, pasándoles un vaso a cada una. Haerin iba a rechazarlo, pero Hikaru insistió susurrándole un "No seai pendeja pa la wea".

Simplemente Hikaru.

—Entonces, ¿una piscola, Hyein? —la niña asintió, extendiendo el vaso.

Bahiyyih no bebía, Hikaru se sirvió vodka con Sprite al igual que Eunchae. Haerin se hizo la tonta, mirando a otro lado cuando sus amigas se estaban sirviendo alcohol.

No es que no quería tomar, de hecho sentía que lo necesitaba para calmarse un poco, pero le daba miedo y vergüenza. Es decir, ha tomado dos veces en su vida, y en una de esas había quedado muy mal. Tenía miedo de que volviera a ocurrir y sentía que debía tener cuidado sobre todo porque esto no era una junta de su grupo donde estaba en confianza y podía hacer lo que quisiera sin recibir miradas extrañas, esto era la casa de Minji.

Minji.

No la vió más desde el extraño encuentro en la entrada de la casa, y su corazón seguía acelerado.

—Vamos, les presentaré a mis amigas —Danielle tomó por el brazo a Hae, esperando que el resto de chicas la siguiera.

Caminaron hasta el sillón azul, donde Yunjin estaba en los brazos de su novia y Hanni observaba pensativa el suelo.

—¡Hola! —Danielle se acercó, saludándolas—. Ellas son Hyein —apuntó a la más alta—, Hikaru, Eunchae, Bahiyyih —se detuvo unos segundos—, y Haerin.

—¡Hola! Soy Kazuha —la japonesa fue la primera en levantarse del sofá para saludar a cada una con un beso en la mejilla, Yunjin copió el acto de su novia, sonriente.

Hanni miró a Haerin con una sonrisa burlesca que la coreana no entendió.

—Hola —dijo Hanni, haciendo un gesto con la mano, sin levantarse.

—¿Y Minji? —cuestionó la australiana, mirando hacia los lados. Hikaru, Bahiyyih, Eunchae y Hyein observaron a Haerin en silencio, la castaña sólo se hundió en su puesto.

—Se escapó —Yunjin rió, pero sólo Hanni entendió—. Broma, creo que está afuera en la terraza.

Sorprendentemente, Hanni y Yunjin fueron bastante agradables con el grupo de Haerin, incluyéndolas en conversaciones y juegos que estaba a haciendo.

Haerin se sentía inquieta, no estaba a gusto con tanta gente a su alrededor y se sentía una fracasada notando que era la única en ese estado. Hyein se divertía platicando con Hanni sobre moda, Hikaru y Bahiyyih bailaban coquetamente a unos metros suyo y para la suerte de Eunchae, Garam también estaba en la fiesta, por lo que la niña no perdió ni un segundo y partió a su lado.

Ella estaba sola, en una silla con el vaso vacío y los ojos perdidos. Se preguntaba en el fondo, ¿qué carajos hacia allí? ¿Fue por Minji? ¿Por sus amigas? Supo desde un principio que eso no sería su ambiente.

Luego de pasar unos largos minutos hundida en sus pensamientos, Hyein se sienta al lado suyo.

—¿Qué pasa, gato? —preguntó, frunciendo los labios.

—No sé por qué estoy aquí.

—Porque es una gran oportunidad para establecer una conversación con la chica que te ha gustado tu vida entera —respondió, girando su mentón para que la observara.

Mona culia | Catnipz AUWhere stories live. Discover now