Una familia de mentira [Junghope]

Capítulo 13

Jungkook corría con Jimin en sus brazos, solo sentía en su pecho un vacío profundo. Su mente divagando en pensamientos e intentado comprender sus emociones, pero su instinto gritaba que protegiera a su hijo, que protegiera a su familia.

Las pocas personas que los veían gritaban molestos por el alboroto, pero las voces que los seguían eran mucho más fuertes. Jungkook no quería escucharlos, no quería que le dijeran historias o le prometieran que todo estaría bien.

Entre sus brazos Jimin llorara asustado, aferrado a los hombros de su padre que entre los pasillos del hospital corría en busca de llegar al único lugar donde se sentía a salvó, en busca de llegar a Hoseok.

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Hoseok se miro en el espejo, desconociendo su reflejo en él. Su pálida piel, las profundas ojeras y labios resecos eran clara muestra de su crítico estado, uno del que sabía ya no podía salir.

Temeroso deslizó la delgada tela de su pijama sobre su hombro y enfrentó la triste realidad, una dónde hace mucho tiempo hubo una marca, una cicatriz y ahora una piel oscura que se extendía en pequeñas líneas rojizas sobre su cuerpo. Yoongi había dicho una vez que era como un reloj, que a medida que se extendía su fin era llegar al corazón y una vez que lo hacía el lobo interior moría y con el su corazón simplemente dejaría de latir.

Tenia miedo, dejar todo no parecía justo, pero si era sincero consigo mismo no tenía nada porque quedarse. Si él se iba Jimin tenía un padre que cuidaría de él y aunque Hoseok tenía una dolorosa historia con Jungkook podía perdonarlo, Yoongi seguiria adelante y Seokjin podría seguir intentando huir de su madre. El mundo no se dentendria y él lo sabía, pero cuando la puerta de su habitación fue abierta de golpe y miro a Jungkook altarado, cerrando la puerta con desespero y con Jimin llorado sin consuelo en sus brazos una parte de él simplemente quería estar al lado de ambos.

—¿Qué sucede? —pregunto Hoseok. Jimin lo escucho y volteo a verlo, con las mejillas enrojecidas y ojos hinchados mientras extendía sus brazos en busca de su afecto.

Hoseok se acerco y tomo a Jimin mirando a Jungkook confundido por esa expresión de dolor en su rostro. El alfa retrocedió lentamente y cayó de rodillas sin dejar de verlos.

—Siempre te amado —solto con voz rota—. Siempre supe que te quería a mi lado... Una vida, una familia. Te amo Hoseok...y soy un idiota...un tonto por no haber protegido a mi familia y no quiero perderte... No de nuevo.

—Jungkook no hagas esto —dijo Hoseok sintiendo las lágrimas caer y formarce un nudo en su garganta—. Lo que suceda conmigo no tiene que ser razón de tu tormento. Entre nosotros ya no hay nada.

—Tenemos a Jimin.

—Jungkook...no...

—Es nuestro. Jimin es nuestro Hoseok y se que dentro de ti cuando lo tienes entre tus brazos puedes sentirlo. Yo lo sentí cuando lo tuve en mis brazos la primera vez y se que tu sientes lo mismo.

Hoseok miro a Jungkook poniéndose de pie y acercándose lentamente y luego miro a Jimin ya calmado, esos ojitos oscuros, esas mejillas rojizas y unas pequeñas manos que acariciaron su rostro y limpiaron sus lágrimas.

—Mami.

Jungkook tomo sus hombros y Hoseok volvió a mirarlo a él. Sintió a Jimin apoyarse sobre su pecho, calmando a su corazón.

—Ellos nos mintieron Hoseok. Todo este tiempo lo único que hicieron fue jugar con nosotros. Jimin es tu hijo, nuestro hijo.

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Taehyung miro Namjoon, intentando buscar respuesta. Aquella puerta estaba cerrada y lo único que sentía era terror al imaginar cómo reaccionaria Hoseok. Él lo odiaria, lo despreciaría y no se creía capaz de soportarlo aunque sabía que lo merecía.