Mensajes Sin Responder ✿Pico x Keith (bf)✿

✿El día de la promesa ✿ 1/2

Mientras desayunaba le llegó la notificación de un recordatorio para este día.

El día de la promesa

-Me siento raro hoy sabiendo que estoy solo- dijo para soltar un largo suspiro -lo hemos celebrado juntos por tanto tiempo que parece un mal sueño.

Tras decir eso dejó los platos en la mesa y fue a lavar sus dientes para salir. Hoy era sábado, sábado 22 de abril, hoy dejaba de enviarle mensajes y se proponía a dar un paso adelante.

Con las llaves de la casa de su mejor amigo en mano se dispuso a ir a limpiar lo que había dicho la semana pasada.

-Ay que irónico- soltó una vez abrió la puerta de la casa abandonada -mi habitación es un basurero porque no tengo ganas de limpiar, pero aún así vengo a arreglar casa ajena.

Desde la puerta se detuvo a mirar con más atención al lugar, habían cubierto algunas cosas con sábanas para que el polvo no entrara en ellas como los electrodomésticos y los sofás, los estantes que antes estaban llenos de figuritas ahora estaban vacíos y sucios, las esquinas tenían telarañas y el comedor daba asco, en el lavadero y en la mesa habían unos cuantos platos sucios de hace meses.

Ante esa desalentadora vista primero fue a ver si se podía encender la electricidad de la casa y gracias al señor de los cielos había, en su mente agradeció al padre de Pico por haber seguido pagando las facturas aún estando lejos. Otra vez dentro abrió todas las ventanas de par en par para que el aire circule y poniendo en su móvil su playlist más random empezó.

Con escoba en mano empezó a limpiar de a poquito a poquito. Las memorias fluían con cada movimiento que hacia:

"-Keith, por qué tenemos que limpiar. Es demasiado cansado- dijo un pequeño Pico de 9 años.

-No sé, igual yo no debería ayudarte en tus cosas, no es mi casa.

-Te prometí un helado por ayudarme- tras decir eso lo jaló de la camiseta y lo arrastró por todo el suelo -apura.

-Ya, pero espero que no me lo robes. "

Desde hace muchos años había estado limpiando esta casa aunque no era suya y aunque esta casa no era suya la sentía más un hogar que la que verdaderamente le pertenecía.

La soledad era aterradora y por varios años lo comprobó, llegar a un lugar donde nadie lo recibe, llegar a un lugar donde la comida está fría, llegar a un lugar donde el mayor ruido que existe son tus pasos, llegar a su casa era realmente aterrador.

Pocos años después. Cuando tenía 8 conoció a Pico, fue de casualidad, las memorias de ese día eran bastante borrosas para Keith, pero aún así recordaba que lo conoció un día que tropezó en el parque que había cerca de su casa, el que fue a socorrerlo no fueron sus padres o un adulto, fue Pico, a este le sorprendió demasiado que el de cabello cian no lloró ni un poquito pese a la herida que tenía, entre charla y charla caminaron juntos a casa. Desde ese día siguiendo encontrándose y caminado juntos.

Gracias al primer recuerdo su mente divagó fuerte y se quedó estático apoyado en una pared, en su cabeza, como película vieja, se empezó a reproducir el recuerdo del día de la promesa...