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-¿Me quieres contar qué es lo que pasó? ¿Qué te tiene tan triste que te hace salir corriendo?

Tzuyu y Jihyo estaban sentadas en el césped del patio. Ambas tenían helados de palito que la mayor había comprado para compartir.

-Es que... Me gusta una niña pero sus amigas son malas. Muy malas.-Dijo enojada y arrancando algunos pastitos con sus dedos, mientras con la otra mano sostenía su helado.

-Ahh, ya sé de quienes hablas ¿Son momo y Chaeyoung las niñas malas?- Preguntó y Jihyo asintió sorprendida ¿Cómo lo sabía?-Esas chicas te tienen mania. En clases siempre hablan de molestarte, así que ten cuidado.

Jihyo tragó en seco ¿Tan obsesionadas estaban con ella? ¡Qué molestas! Ella sólo quería estar con Sana. No le hacía daño a nadie.

La campana sonó y era hora de volver a clases pero Jihyo quería seguir hablando con Tzuyu. Se veía como alguien que podría ayudarla con su dilema.

-T-tengo que irme o me van a regañar.- Dijo con tristeza y dispuesta a levantarse pero Tzuyu la detuvo agarrándola del brazo suavemente.

-No te preocupes, podemos decir que te
lastimaste la rodilla jugando y...-

-Pero lo sabrán, no tengo nota de la enfermera.- Interrumpió la pequeña. La preocupación de Jihyo crecía cada vez más y sus rodillas comenzaban a temblar. No quería ser enviada con el director.

-Bueno, ahora si.-Dijo riendo levemente y sacando una nota del bolsillo.- Mi mamá es la enfermera, así que no pasa nada.

Aún así se sentía mal faltar a clases para la pequeña, quien era una niña obediente, pero necesitaba algún consejo. Tzuyu se levantó de su lugar y Jihyo hizo lo mismo. ¿A donde vamos?

-A mi guarida. ¡¿Ella también tenía una guarida?! Eso era genial, sin dudas. La pequeña fue guiada a la habitación del limpieza, donde se suponía que el conserje guardaba sus cosas..

-Pero esto es-...

-Shh, espera a ver.-Interrumpió Tzuyu, sacando una llave con la que abrió la puerta de aquel lugar. Dentro no habían escobas, bolsas, trapeadores ni nada de eso, ni siquiera una esponja. Era mucho más grande de lo que parecía y tenía cojines, peluches, libros e internet.

-Wow, esto es genial...- La carita de sorpresa de Jihyo era evidente. Su boquita formaba una "o" y sus ojos estaban bien abiertos. -¿Cómo tienes esto aquí?-

-Digamos que tengo contactos.- Dijo riendo la mayor.-Ven, siéntate así te puedo ayudar. Normalmente cobro un dólar por consejo pero te considero una amiga, así que será gratis para ti.-¿Amiga? Una gran sonrisa se dibujó en la cara de Jihyo. Al parecer no era tan dificil hacer amigos. ¡Llevaba dos y medio y fue fácil!

Sana estaba en clases y había visto pasar a Jihyo con Tzuyu, su compañera de curso ¿Por qué no estaban en clases? Debia averiguarlo.

-Profesor ¿puedo ir al baño?- Preguntó la japonesa con la mano extendida. hacia arriba. Al recibir el permiso, salió rápidamente del lugar. Se dirigió a donde se fueron las niñas pero no había nada más que la habitación del conserje.-Pero... Hm...

Tocó la puerta y esperó unos segundos. La puerta se abrió y escuchó voces susurrando ahí dentro.

-Vamos, como practicamos ¡no es tan difícil!- Era la voz de su compañera de clases. Al instante de haber dicho eso, vio que una mano le dio un empujón a Jihyo para que salga de allí.

-¿Hyo, qué haces fuera de clases?- Los ojitos de la coreana se fijaron en los de Sana para luego soltar una risita nerviosa.

-Falté a clases para estar contigo.-Dijo con las mejillas coloradas, una sonrisita en sus labios y las manos detrás de su espalda.

-¿Qué tienes ahí?-Preguntó curiosa e intentando ver qué era. Jihyo rió leve y sacó una corona de margaritas. Ella misma la había hecho con ayuda de su nueva amiga.

-Es para ti...- Extendió sus manos para ponerle aquella corona pero no llegaba, provocando que Sana suelte una tierna risita y se agache para que pueda alcanzar su cabeza sin problemas.-Listo, ahora e-eres toda una princesa.

-Pues... Sería una reina si tuviera alguien con quien casarme.

𝗧𝗿𝗲𝗲𝗵𝗼𝘂𝘀𝗲 𖦹 SAHYOOù les histoires vivent. Découvrez maintenant