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Sana se acurrucó en los brazos de la menor. Se sentía como una niña pequeña escondiéndose en los brazos de su madre, y ni hablar del dulce aroma que tenía Jihyo. La de cabello corto acariciaba suavemente los largos cabellos negros de la japonesa.

-C-creí que estabas enojada conmigo.- Murmuró Sana, aferrándose a la menor en busca de la seguridad que la contraria siempre le daba.

-Lo estaba, pero no me había puesto en tu lugar...- Se separaron un poco de aquel abrazo pero seguían cerca.- Lo siento, Sanake.

"Sanake". Escuchar ese viejo apodo salir de los labios de la más chica logró que el corazón de Sana brinque como loco y que una sonrisa se forme en el rostro de la japonesa.

-Jihyo, en serio quiero besarte. -Las mejillas de la pequeña se cubrieron de un suave color rosa y una sonrisita se hizo notar.- Pero por ahora no quiero que lo tomes mal, así que tendré que esperar hasta que encuentre la manera de, ya sabes... Terminar con Mark.

-Al diablo con Mark. -La menor tomó a Sana de los hombros y atrapó sus labios con los suyos. Lamentaban de todo corazón no haber sido el primer beso de la otra, pero ¿Qué más da? Finalmente pudieron probar los labios de la persona que más amaban.

Las dos chicas se encontraban en su propio mundo. Las manos de Jihyo acariciaban el cabello de la japonesa, mientras Sana pasaba sus brazos por la cintura de la menor. Claro, hubieron problemas y el futuro aún es incierto, pero estaban verdaderamente enamoradas la una de la otra. Al cabo de unos segundos que, para ellas, parecieron una bonita eternidad, se separaron con la respiración ligeramente agitada y ambas con unas preciosas sonrisas dibujadas en sus rostros.

El teléfono de la menor vibró, captando la atención de la misma, quien lo tomó y revisó el mensaje que le había llegado.

"Somi: ¿Cómo va todo, linda?"


Sana vio que Jihyo miraba el celular con nerviosismo y no pudo evitar echarle un ojo al mensaje. Sonrió.

-Permíteme... -Tomó el celular de Jihyo y se tomó una selfie con la de cabellos cortos, para luego enviarle aquella foto a Somi.

Somi:¿Cómo va todo, linda?

📷[Foto]

Ya tiene dueña 👉👈 Atte: Sana

Somi: Ya veo.

-¿Cómo que "Ya tiene dueña"? -Preguntó confundida la menor. Sana se rascó la nuca algo nerviosa.

-No me agrada la idea de que te esté intentando coquetear... Porque de veras me gustas. -Sonrió levemente y tomó una de las manos de Jihyo.

-Sí, lo sé pero no somos nada aún. Prometo que seremos novias cuando termines con el cretino de Mark. -Las mejillas de Sana se volvieron rosadas. "Novias" era la palabra perfecta y no podía esperar a ser una pareja.

-Bien, pero promételo de corazón.

-Lo prometo, Sanake.

Las chicas rieron levemente al recordar que también solían prometer muchas cosas cuando eran pequeñas. Siguieron charlando sobre cosas que siempre quisieron contarse pero no estaban juntas. Se pusieron al día con sus vidas y rieron de varias cosas sin importancia hoy en día. Volver a hablar así las llenó de nostalgia, recordando aquella linda casa del árbol en la que empezó todo.

-Jihyo ¿Aún subes a la casita?- Se atrevió a preguntar, con la duda de si dejó a alguien más entrar a ese lugar que consideraba que era de ellas dos.

-No, nadie subió allí desde mi cumpleaños, ya sabes... -La menor hizo una mueca de tristeza al recordar eso, haciendo que la japonesa sienta culpa.

-Lo siento, hyo...- Murmuró y Jihyo le dió un tierno y corto besito para que deje de sentirse tan mal.

-No pasa nada, Sanake. Al menos ya hablamos y lo solucionamos ¿Quieres que vayamos luego de clases?

-¿Para qué esperar si podemos irnos ahora? -Tomó a Jihyo de la mano y juntas bajaron de la azotea. No había nadie en los pasillos, porque ya había sonado la campana, salvo Tzuyu, quien estaba llevando unos papeles a la dirección.

-Vaya, chicas ¿Ya hicieron las paces? -Sonrió al verlas y les guiñó un ojo, causando que la más pequeña se sonroje.

-Gracias a ti, que me diste el pie para volver a hablar con ella en tu fiesta, pero ahora necesito un favor. --Dijo Sana, acercándose a ella y poniendo una mano en su hombro.

-¿Qué necesita mi pareja favorita?-Bromeó, dejando los papeles en una banca que estaba allí.

-¡No somos pareja! -Se defendió Jihyo con las mejillas rojas cual tomate. -... aún...

-Tzuyu, necesitamos justificantes de la enfermería para irnos.- Respondió Sana, sonriendo al escuchar lo último que dijo Jihyo.

-¿No pueden esperar para ir a besuquearse?- Rió mientras sacaba dos papelitos de su bolsillo, completándolos con los nombres de las chicas.- No se preocupen, se los entregaré al director y les diré que tuvieron que irse porque se lastimaron o les agarró diarrea... Ya inventaré algo.

-¡Gracias, gracias! -La japonesa abrazó a Tzuyu antes de volver a tomar la mano de la más baja y seguir su camino.

𝗧𝗿𝗲𝗲𝗵𝗼𝘂𝘀𝗲 𖦹 SAHYOWhere stories live. Discover now