Cicatrices

50 10 5
                                    

Salerno, Italia, 27 de junio, 03:00 a.m

El Principito no podía desprenderse aún de su vestidura, el porqué, nadie más que ellos dos lo sabía. Quizá sea tiempo de acercar a todos los que hablan a su caja de Pandora.

Flashback, 04 de junio

Un duelo lo bastante peleado, dos escuadras con un camino en paralelo ya marcado. Mientras que la Salernitana de Ochoa buscaba fijarse en la parte media de la tabla, la Cremonese tenía que despedirse de la Serie A. No había nada que hacer, solo pelearlo hasta lo último, le debían al menos una alegría a su afición, un +3, un digno adiós.

Fue por ello que hacerse del balón sin importar qué fue prioridad para la escuadra visitante en el Arechi; el vestidor los recibía al medio tiempo con un 0-0, era posible.

O no.

Dia marcaba al 69' y al 73', ellos por el contrario difícilmente podían acercarse al área chica, una defensa impenetrable, diez hombres respondiendo a su guardián del arco que los había salvado infinidad de veces ya, era justo darle un descanso —no, no debieron, el destino es como nuestra sombra, podrá, a veces, pasar desapercibida pero ahí está, siempre está, oyendo por lo que pedimos—.

Una escuadra que se creció conforme las jornadas se iban dando, todo de la mano de su DT, Paulo Sousa, quien llegara a proponer, ejecutar, gustar y ganar.

Era cuestión de tiempo para que ese milagro granate hiciese enojar, lo hizo en ese momento a una fuerza desmedida. Alguien pensó que era prudente tomar el tintero y escribir, escribir sobre aquellas hojas que no tenían reparo alguno en dejarse ver ante ojos egoístas.

Así, un segundo tiempo sin ritmo por aquellas jugadas que eran cuestionadas al árbitro, tarjetas amarillas acumuladas, llamado al servicio médico por entradas fuertes. Un agregado de más trece, siete de tiempo regular, 6 de compensación.

Minuto 93, la barrera caía.

Ahora o nunca.

El comienzo de una jugada que no debió ser, un fuera de lugar no marcado correctamente.

Todo el Cremonese ante Guillermo.

Un tiro al ángulo bien bloqueado.

Un despeje, una defensa que se dormía.

Cinco hombre peleando el balón, Francisco entre ellos.

Un golpe y todo es oscuridad.

Alguien dormía sin saber que su portería quedaba en ceros, un digno final para quien no lo buscaba; un debut frente al Monterrey soñado, 3-2, el cielo en las manos, Salernitana-Cremonese, 2-0.

Todo Arechi acompañando a Guillermo Ochoa en su sueño o por qué es que nadie se mueve.

El mundo corriendo a destiempo, lo mismo que infinidad de corazones.

Johan, compañero de selección, entrando al campo como si su vida dependiera de ello. Del otro lado, Sepe, Sousa y Ribéry no estando en mejor condición. Toda la Salernitana pidiendo por la pronta atención.

No hay quien se atreva a moverlo, sin embargo, no es necesario, la sangre que corre desde el césped, ya es de por sí un panorama desolador.

Tears | Ochoa x Ter StegenNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ