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río cuarto 1994

sentados sobre una manta, el mate que iba y venia, el silencio para nada incómodo, era ciertamente agradable para los dos. aunque la ansiedad de malena decidía hacer acto de presencia y cortar ese clima que creaban ambos cada vez que estaban juntos. no podía aguantar más tiempo, el suspenso que había sembrado su amigo en ella desde que llegó a su casa era insostenible.

- bueno...  ¿que es lo que me tenés que contar?-

pregunta sin preámbulos, luego sorbe sonoramente el último trago de mate, haciendo ese característico ruido con la bombilla, lo deja a un lado del termo con cierta exageración y gira de golpe su rostro para ver al joven.

pablo quien anteriormente tenía su vista sobre el río, la mira de reojo y ella levanta el mentón en un gesto para que hablará, él deja de jugar con un trozo de gramilla que había arrancado del pasto a su alrededor y toma aire.

- porque hace media hora estamos tomando mate con masitas no más.- habla ella tomando del paquete de papel madera una y llevándosela a la boca.

pablo gira su rostro para mirarla, alzando una ceja y con fingida indignación habla.

- ¿que, te aburre tomar mates conmigo?-

pone una mano en su pecho dramáticamente, male rueda los ojos y luego muerde su labio inferior haciendo junto con su mentón el famoso gesto de "que hambre".

- ya sabes a lo que me refiero.- habla ahora un tanto más seria la adolescente.

aimar toma aire una vez más.

- bueno...-

ahora con la mirada completamente centrada en su amiga, le pregunta con seriedad.

- ¿te acordás de esa vez que fui a buenos aires para probarme en river?-

como no se iba a acordar de eso pensó malena, si el rio cuartense había pasado una semana entera en su casa, llegando temprano a la mañana para pasar todo el día con ella y volviendo a su hogar solo para dormir a la noche, hablándole al "payo" lo justo y necesario porque se encontraba molesto con él por la decisión que había tomado con respecto a su futuro con el fútbol.

- si, cuando el "payo" te hizo pegar la vuelta.- murmura casi tímidamente.

quizás, hablándolo mas profundamente con el "payo" y entendiendo el punto de vista del hombre, que había tenido una basta experiencia en el rubro del fútbol y quería lo mejor para su hijo, lo entenderían. pero a male aún le costaba mucho borrar la imagen de la vuelta de pablo, completamente desilusionado bajando del micro en la estación de ómnibus de rio cuarto.

-resulta que ayer me llamaron.-

dice como si nada, haciendo que malena se atragante con el último bocado de esa masita que había tomado y tosiendo repetidas veces. la rio cuartense pega un chillido ahogado, pablo riendo levanta una mano en señal de que no se altere y se calme un poco.

- pará que te cuente todo.-

malena asiente, no sin antes cebarse un mate y tomarlo rápidamente para calmar la molesta tos que le había provocado ese maldito bocado de masita y la inesperada noticia de su amigo.

- me llamaron, hable con passarella, me quiere convocar y... y que en algún momento sea titular.- habla ampliando su sonrisa de oreja a oreja con cada palabra que va diciendo.

la rio cuartense toma una de las manos del joven y la aprieta con fuerza, la sonrisa en su rostro es gigantesca y brillante. sus ojos son iluminados por la alegría y no puede contenerse en felicitarlo.

- ¡pablo eso es buenísimo!-

el joven asiente y mantiene su sonrisa a la par que la de su amiga. quizás esta contento por contárselo a alguien más, por cumplir su sueño desde pequeño o porque tiene a la chica que lo hace sentirse "raro" desde hace un tiempo, tomándole la mano y sonriéndole de la forma más preciosa que vio en su vida.

- ¿y que le dijiste?- malena sin perder el hilo de la conversación, enseguida le pregunta expectante.

pablo la mira a los ojos y sonriendo de costado, le responde, preparándose para la reacción caótica de su amiga.

- que si.-

la rio cuartense largada un chillido de alegría y pone las manos sobre los hombros de aimar, sacudiéndolo un poco. pablo no hace más que sonreír y largar alguna que otra carcajada. esta extasiado con su compañía, con su genuina alegría y su hermosa forma de celebrar por él.

- ¡vas a jugar en river culiado!- dice ahora tomándolo de las manos y haciendo que se ponga de pie.

ella lo rodea con sus brazos y le da el abrazo mas caluroso, afectuoso y sentido que jamás pudo recibir en su vida. pablo corresponde a ese gesto, asegurándola más a su cuerpo y dejándose llevar por el aroma floral que desprende el cabello de la rio cuartense.

- ¿me vas a ir ver?- murmura sin soltarla.

para la desgracia de pablo, ella se desprende de sus brazos fugazmente pero aún manteniendo sus manos en los antebrazos del joven y esa reluciente sonrisa, lo mira como si hubiera dicho la pelotudes más grande.

- pero obvio... es más voy a ser tu hincha número uno.- le guiña un ojo.

aimar siente que se va a desmoronar en ese momento, le hacia sentir cosas, lo hacía y no sabía muy bien, si eso sería algo bueno o no.

- que privilegio.- dice aclarando la garganta fingiendo que un simple guiño de su amiga de la infancia no lo había hecho poner ciertamente nervioso.

ambos se vuelven a sentar sobre la manta, enseguida male toma el termo y mate para comenzar un nueva ronda de amargos, con su alegría desbordando y pablo no puede evitar negar repetidas veces incrédulo.

- si me lo pongo a pensar suena tan irreal.- confiesa comiendo una masita y recibiendo el mate.

la rio cuartense sonríe, ya no sabe cuántas veces lo hizo en esa tarde pero poco le importa. pone una de sus manos sobre la rodilla de su amigo y este instantáneamente la mira.

- es real, muy real y la vas a romper.- le dice con sinceridad, porque no solo sus padres y hermanos tenían fe ciega en que él iba a lograr grandes cosas, su amiga era una de ellos.

pablo termina de masticar y toma el mate de un solo trago.

- ojalá, es un equipo re importante.- dice ahora con un poco de cagaso, quizás.

malena resopla y le quita el mate de las manos, mirándolo con cierta diversión en su rostro.

- lo vas hacer, no te hagas el humilde que sos un crack.-

vuelve a guiñarle un ojo y esta vez el rio cuartense no puede evitarlo comienza a sentir que su cara levanta temperatura.  entonces antes de verse más expuesto decide terminar con esa charla y volcarse a otro tema.

- bueno basta de halagarme tanto.- dice mirando hacia un costado, escapando de la mirada divertida de su amiga.

con la vista fija en el río, siente unos golpecitos en el brazo y mira a la emisora de dicho acto. enseguida se arrepiente y vuelve su vista a donde estaba anteriormente.

- ¡míralo se pone colorado!-

pablo la ignora y ante esta acción, la joven le da un beso fugaz en la mejilla sin antes confesarle con ternura y dejarlo tieso por un momento.

- sos un tierno aimar.-

high infidelity - pablo aimarWhere stories live. Discover now