8

291 33 28
                                    


No, no podía dejarse llevar por su alfa ahora. Debía ser fuerte, se lo había prometido. Debía ser especial, no iba a suceder de esa manera.

El rizado sacudió nuevamente su cabeza para evitar que su alfa tomara el control. Tomó su celular y llamó a la única persona en quién podía confiar en un momento así.

Uno... Dos... Tres... pitidos y al cuarto al fin se escuchó una voz

- ¿Cómo van tortolos? – dijo el omega con un tono divertido

- Nikolás, por favor necesito que vengas, es urgente - habló el alfa apenas escuchó la voz del rubio

- ¿Qué pasa Emilio? ¿y Joaquín?

- Nikolás no preguntes sólo ven - hablo aún más desesperado

- ¿Pero qué es lo que sucede?, me estás asustando Emilio

- Niko por favor ven y no traigas a Eduardo, Joaquín entró en celo - dijo finalmente

- Oh Dios voy enseguida ¿están en dónde dijiste que sería la sorpresa, verdad? – preguntó antes de salir corriendo

- Si Niko ¡date prisa! No puedo dejarlo sólo, pero tampoco creo soportar demasiado...





Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.





Un mes antes

El ojimiel se encontraba en el pasillo caminando con su alfa hacía su siguiente clase juntos. Una omega del tamaño del castaño, rubia y de ojos verdes, pasó por su lado guiñándole el ojo al rizado. Aunque éste no le prestó atención porque en ese momento le estaba por dar un beso a su omega. Pero ésta acción no pasó desapercibida por el castaño más bajo.

- Por dios Emilio, te comen con la mirada - dijo el omega un poco celoso y dejando al rizado con los labios al aire

- Eso no me importa yo sólo te quiero a tí amor, no discutamos por eso, yo ni siquiera lo noto - dijo el alfa abrazando por la cintura a su pequeño

- Pero a mí no me gusta eso - dijo el omega haciendo un puchero y cruzándose de brazos

- Amor, a mí no me importa nadie más que no sea tú - dijo el alfa con un puchero igual tratando de no reír

- ¿Nadie más? – dijo tenía hacía ojitos tiernos

- No cariño, nadie más - dijo negando y arrugando la nariz antes de darle un beso

Eso era lo que más le encantaba al castaño, el poderse comportar cómo un bebé frente a su alfa. Él siempre lo consentía, siempre caía, no cómo Niko que ya era inmune a los berrinches del ojimiel.

El rizado besó a su bebé mientras éste reía. Le encantaba estar así con él. Amaba cada cosa de él, sus sonrisas, sus pucheros, sus berrinches, sus bromas, todo.

¿A Dónde Vá Uno Cuándo Tiene El Corazón Roto? // Adaptación Emiliaco OmegaverseWhere stories live. Discover now