7 el guardian del dragón rojo

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El ciervo se acercó de manera majestuosa al estanque, mientras bebía una flecha dió a una de sus patas delanteras, saliendo en bruscos movimientos de ese lugar.

El can que observaba desde los arbustos salió tras el ciervo, podía oler la sangre en el aire y el rastro de como la iba perdiendo en el suelo.

Cuando alfin lo encontro no perdió ni un minuto asta abalanzarse sobre el, este dió patadas al aire mientras movía con pánico su cabeza.

El can enterró con fuerza su daga en el cuello del animal, asta que este dejo de moverse y caer de lado.

Rodó en el pasto seco y decorado por
La fría escarcha, el cuerpo del ciervo ya acia sin vida en la blanquecina nieve, y con esfuerzo levanto el cuerpo asta caminar por dónde vino.

La espeses de la nieve, asia que se fuera hundiendo con cada pisada, asta tener que brincar y volver a repetir el ciclo para no tener que hundirse.

Al llegar al viejo castillo en ruinas se adentro en este llegando a un montón de ladrillos y tierra apilados, cogió el siervo entre sus brazos y lo coloco alrededor de su cuello, subiendo la pila de estos.

Entre más escalaba, más cerca de la montaña estaba.

Llegó asta el sendero que avía construido para guiarse, avía más escarcha, y el frío era más devastador, ni con su montaña de pieles lo resistía, y cuando al fin se encontró al frente de su refugio nevado, entro.

Ala gigantesca cueva escondida entre pinos.

Estaba tranquilo, aquí era menos frío, dejo el siervo en el suelo y camino asta un cofre, cogió carbón y un pedernal antes de prenderle fuego asu fogata, y con el fuego tuvo una mejor visión de su gigantesco amigo.

Echo un ovillo y escondido entre sus alas, con su cola entre sus patas,camino asta su rostro y acaricio la punta de su Nariz, abrazándola mientras susurraba su día y que avía cazado.

–ya llegué raptor, fue un día cansado, me preguntó cuando despertarás,los días son aburridos sin ti, ya casi no recuerdo cómo se veía tu rostro en tu forma humana –
Susurraba mientras acariciaba su frente con cariño.

Cuando terminó camino de nuevo asia el ciervo,y con el la misma daga lo empezó a degollar.

Mientras comía cerca de las fauces de su amigo escucho un ruido extraño, no le dió importancia y le dió un poco al gran dragón de su comida.

Aún que le fue un poco difícil pudo hacerlo comer.

Siempre le avía dado comida desde que su tiempo de invernar se adelantó,fue difícil pero ahora se a vuelto una costumbre.

Se volvió a escuchar ese pequeño "Crack" antes de escuchar el rechinar de una de sus trampas, suspiro y recogiendo su Acha de hierro camino asia la salida con algo de molestia.



Después de aver Sido asaltados en el carruaje y tener a nuestro príncipe al borde de la muerte corrimos asia el poblado más cercano que conocíamos.

–Tranquilo su majestad, resista por favor–lloriqueaba el de ojos Avellana mientras junto asu hermano cargaban al príncipe.

–Sparta deja de llorar, no Seva a morir, solo quedó inconsciente por el golpe y un disparo en el costado del vientre.

–eso significa que va a morir ???!–
Victor interrumpió con una voz asustada y ojos en pánico.

–no, no creo que aya recibido daños Internos–
Nisiquiera el de mechones morados de ojos rojos estaba seguro.

El principe, se desangraba con lentitud, y con visión borrosa veía a sus fieles compañeros.

Más que subditos eran amigos, no quería que ellos lo vieran de esta manera tan vulnerable.

Al llegar al poblado un pequeño grupo de personas le recibieron, parecían ariscos y racios con los visitantes, el de pecas se sentía cohibido con las personas de el pueblo.

Todos ellos actuaban de manera extraña, el de orbes esmeralda hablo.

–disculpen está interrupcion en sus tierras pero tenemos un herido–

El cuchicheo se agrando, y entre la multitud un hombre alto y con pelo ocre y descuidado se abrió camino entre el montón.

Sus ojos negros enfocaron al chico que alzaban entre los dos, con un movimiento de manos les pidio que se acercarán.

–si creen que los atenderemos gratis están soñando–
Se miraron entre si, sacaron una bolsa de monedas de oro, para luego arrojarla asia el hombre.

Este la atrapó y reviso su contenido, para luego tirarla al suelo con molestia.

–no queremos oro, queremos venganza–
Todos los aldeanos concordaron con la propuesta despreciando el oro de el cuarteto.

–venganza ?...–

–¡queremos la cabeza de la bestia dorada!–

–el Demonio de pelaje amarillo! –

–El ermitaño de las montañas!–

–el guardian del dragón rojo!–

Repitan entre si que lo querían muerto, sin más aceptaron sin importar el costo.

Querían asu amigo vivo, asu príncipe heredero y futuro rey asalvo, y si tenían que morir en el intento pues que así sea.







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