9 nieve carmesi 2/2

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Era algo extraño, ya estaban Serca pero por alguna razón las personas se detuvieron y voltearon a verlos.

Al principio sintió pánico, pero entre más los empujaban asia delante más crecía ese malestar en su estómago.

Estuvieron enfrente de un camino lleno de pinos, el rumor de la nieve creaba incomodidad, y el ambiente se volvía cada vez más pesado con los ojos sobre ellos.

Uno de ellos casi cae en una trampa, su hermano lo sujeto a tiempo, y así fueron por el camino de la loma, callendo una y otra vez, pero luego fueron arrastrados asia abajo callendo en un agujero ondo.

Se abrazaron mientras sus acompañantes se acercaban alrededor del agujero.

Parecían satisfechos.

Uno de ellos les tiró una antorcha con intenciones claras, se alejaron a tiempo, estaban a punto de arrojar otra cuando una acha fue impactada contra el rostro del líder del grupo.

Su sangre salpicó callo sin cuidado en el agujero bajo el suelo.

Los gritos aumentaron mientras más sangre se veía volar mas brazos y demás extremidades, un lobo del tamaño de un oso, después de horas, la masacre paro, arriba de ellos la imagen de un joven bañado en sangre se iso presente.

Empezaron a llorar mientras se abrazaban entre si, el de ojos color esmeralda sujetaba la cabeza de ambos apegando las asu pecho mientras estos se encogían entre temblores.

Vieron al joven bajar y sacar su acha con violencia del cadáver.

Miro en la dirección de ambos.

Ellos no eran de este pueblo, no olían a estas escorias, cada nevada suben para intentar robar las riquezas de Ari, el dijo que eran una herencia de su abuelo, aún que yo no estoy tan seguro.

Aún que a él no le importe demasiado ese dinero, no dejaré que se lo lleven, puede ser le útil en algun momento.

Ahora estaban estos tres humanos, estaban salpicados en sangre, y se veían aterrados.

Lo más seguro es que sean aventureros cegados por el rumor sobre el tesoro, ya me esperaba que aquello se difundiera, levanté mi Acha listo para deshacerme de una vez de aquellas molestias cuando:

–ESPERA!–
grito con una mano alzada, el can paro y les concedió sus últimas palabras.

–porfavor...n-nuestro amigo está enfermo, tenemos que volver con el–
Súplico con voz temblorosa.

–esa no es excusa pora intentar robarme–
Escupio con molestia aquellas palabras asían crecer aquella llama de rencor.

–No! n-nosotros n-no queríamos, nos obligaron, por favor! Dejanos ir y no volveremos a pisar estas tierras jamas–
Dijo el pecoso, con lágrimas apunto de desbordarse.

–......–
La verdad no me importa lo que tengan con su amigo, pero ahora podré tener una excusa para acabar con el pueblo.

Las cosas se facilitaran de esa manera.

Pensó, teniendo en mente usar la invasión asu territorio como excusa.

Los saco del agujero y se iso a un lado, la noche helada calaba en los huesos de aquellos amigos, la masacre y los cuerpos destrozados estaban espaciados por la blanquecina nieve, que ahora estaba bañada en carmesí.lo guiaron asta el poblado donde algunas personas se encontraban reunidas, le estaban prendiendo fuego a un hombre, estaba atado a  aquel poste, se retorcía y se revolvia con el rostro pálido.

A medida que se acercaban el silencio se fue difundiendo, como si la mismísima parca se encontrará frente a ellos, el can saco su Acha giro a mirar alos amigos.

–es el?–
Los tres asintieron ansiosos por querer liberar asu príncipe.

El can les tendió la acha,y entre su abrigo de pieles surgió el gigantesco lobo de un pelaje brillante y sin manchas, tanto que se asemejaba al dorado.

Los aldeanos se dispersaron como hormigas al instante, mientras en intentos fallidos de defenderse morían cruel mente con heridas de gravedad.

Miro el espectáculo sangriento la palabra "masacre" se repetía en su cabeza, sangre cuerpos , cabezas, gritos de agonía que causaban horror a quien los escucharán,el fuego en las casas y todo quemándose.

Su cuerpo ya ni lo sentía y sus lágrimas empezaban a congelarse, su boca se sentía seca, y arenosa.

Las cuerdas que lo mantenían atado fueron rompidas por un ancha enorme de hierro, con tambaleos me ayudaron a levantarme, y en menos de una hora, el poblado avia Sido reducido a cenizas.

Aquel lobo se convirtió en un apuesto joven de estatura promedio, o talvez un poco más bajo, estaba desnudo bajo la helada ventisca.

Era..... hermoso.

Me sentía algo extraño, sus ojos penetraban con insistencia, asta de un momento a otro recogió su abrigo y se dió media vuelta.

Dejarlos vivos solo fue una advertencia.

Y con una mirada tan hinoptizante, que nisiquiera se percato del baño de sangre que avia bajo los pies de aquel joven.

El can apretó el Abrigo contra su pecho, se sentía raro, está seguro que lo vio en algún lugar, no podía evitar no ver aquellos ojos color cielo, aquellos azulejos eran la cosa más bella que avía visto, su apariencia pálida le asia ver vulnerable.

Y de alguna manera eso le fascinaba, como siempre encontraba gusto en lo seres "débiles", lo miro un poco más asta que ya no soporto el frío.

Y ahora se encontraba en camino de nuevo a su hogar.

Asu cueva, dónde se sentía seguro y no tenía miedo de bajar la guardia.

Y dónde la persona más importante para el estaba en un profundo sueño.















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«100%... ¿puro?»Where stories live. Discover now