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Algunas semanas habían pasado ya, y dentro de lo que cabe, todo había transcurrido con normalidad.

México seguía acudiendo a sus clases, y después de un tiempo, podía decir que ya se había acostumbrado a asistir a su curso después de la escuela todos los días. Era pesado, sí, pero nada que no pudiera soportar.

Además, había mejorado un poco sus habilidades de socialización. Durante ese tiempo había logrado hacer alguno que otro nuevo amigo tanto en el curso como en el taller escolar, al igual que se había tomado el tiempo de conocer un poco más a Rusia, y bueno, oficialmente podía decir que le caía bien.

Todos los días solían regresar juntos al salir del curso, en ocasiones USA les acompañaba, aunque la mayoría de veces no era así, pues solía irse por su cuenta en compañía de alguna que otra chica que lo iba a ver. Casi siempre era una diferente que el día anterior.

USA se iba por su parte y ellos caminaban juntos hasta que debían separarse, normalmente hablaban de cosas irrelevantes, aunque últimamente había un tema que el euroasiático sacaba más que otros.

—No sé si ya lo sabías, pero le gustas a China.

México no hacía más que asentir en silencio.

—Mmm lo sé —Era lo único que respondía, realmente no sabía qué decir.

—...Le gustas mucho.

—Okey.

El hecho de que mencionara tanto el tema le ponía un poco incómodo, pero a decir verdad no sabía por qué.

—¿No te interesa él?

—Ni siquiera lo conozco bien.

Y tras eso, se apresuraba a caminar con el objetivo de llegar pronto a su lugar de separación y así poder evitar el tema, pero cada día se repetía la conversación.

—Deberías conocerlo.

—Sí... tal vez.

Sabía que Rusia quería ayudar a su amigo, y por esa razón, en cierta parte, lo comprendía.

Al menos así era hasta que se enteró de algo.

Una vez en la escuela decidió salir al baño en medio de una de sus clases, y precisamente debido a eso, es que además de él, no había casi nadie afuera de los salones. Exceptuando por dos personas.

En un principio no les prestó atención, luego, al lograr reconocer a uno de ellos, sí lo hizo, aunque disimuladamente.

Era China en compañía de una chica, ambos estaban abrazados y se reían juntos, parecía que él le había dado un regalo.

Eso confundió al mexicano, pero sus dudas quedaron resueltas cuando los vio darse un beso, que aunque corto, sirvió para establecer una conclusión.

Sonrió para sus adentros, y con rapidez volvió a su salón aún más feliz de lo que había salido, esperando que no lo hubieran visto, aunque en el fondo deseando que hubiera sido así.

Ahuevo, ya tenía la excusa perfecta.

Así que, la siguiente vez que Rusia sacó el tema, supo claramente qué decir.

—Tiene novia, wey.

El contrario no hizo más que mirarle sorprendido, luego bajó la vista y maldijo en voz baja al saber que ya se había enterado.

—¿Cómo lo supiste?

—Los vi.

Rusia torció la boca.

—Eso no importa, habla más de ti que de ella. Le gustas, de verdad.

Ahora México rió. —Mmm no creo.

Casualidad...❞ |Mexico's harem - Rusmex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora