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Desgraciadamente para todos, el suministro de agua no demoró mucho en regresar, por lo que tan pronto como eso, se hizo la limpieza de los baños y al día siguiente los alumnos volvieron a la escuela.

Sin muchos ánimos, realmente, pero no podían hacer más.

Las clases se reanudaron con normalidad, y hablando de México, no pudo evitar sentirse hasta cierto punto emocionado por regresar, después de todo extrañaba pasar tiempo en la escuela con sus amigos sin tener que preocuparse porque hubiera alguien esperándolo afuera del salón o deseando juntarse con él en el receso.

Ahora que había sido sincero con Canadá tenía la esperanza de que todo fuera más fácil y poder volver a un estado de tranquilidad.

Y el hecho de hablar con Rusia de nuevo lo mejoraba todo un poco más.

Así que los dos días siguientes transcurrieron como siempre, sin muchos cambios ni cosas demasiado relevantes. Sólo había sido lo mismo de siempre, y eso hasta cierto punto lo alivió.

Como dicen por ahí: era la calma antes de la tormenta.

Aunque a decir verdad, en ocasiones sentía que se presentaban al mismo tiempo y que de hecho, había comenzado a llover desde mucho antes, y que solo paraba por momentos para dejar al sol brillar, aunque eventualmente el día se volvía a nublar.

Algo así se sentía el latino, era lo mejor que podía describirlo.

Es por esto, que si se presentaba una oportunidad para distraerse tanto de su sentir como de sus responsabilidades de la escuela, la aprovechaba.

Es ahí donde entra el estadounidense. Aquel molesto pero coqueto chico que de alguna u otra manera siempre terminaba haciéndolo enojar.

Estando con él era muy fácil distraerse, y es por eso que aquellos días se habían estado divirtiendo. Quizá un poco más de lo habitual.

El latino no llegó a creer que su simple jueguito con el otro podría traerle consecuencias, ni realmente que a alguien pudiera importarle, pero no demoró mucho en descubrir que no era así.

De hecho sucedió esa misma semana.

Un día cualquiera, después de una clase cualquiera, los alumnos del grupo "A" tuvieron un par de minutos libres antes de que llegara el profesor de la siguiente hora, y como siempre ocurría, muchos se levantaron de sus asientos y fueron a platicar con sus amigos, otros se salieron del aula y unos pocos, entre ellos, el mexicano, permanecieron sentados en sus lugares.

Realmente no planeaba hacer nada, solo esperar a que la siguiente hora diera inicio mientras Venezuela le contaba lo que le había pasado el día anterior.

—¡Te lo juro, pana! ¡Después de echarme ese chocolate me tumbé en la cama y toda la habitación empezó a dar vueltas alrededor de mí! Al principio me dio miedo pero luego me empecé a reír.

—¿Pues qué tenía esa madre o qué?

—¡Nada, me aseguraron que nada!

—¿Y entonces?

—¡Pues yo qué sé! ¡Colombia me lo recomendó!

—¡Pero todos saben que nunca debes hacerle caso a ese we!

A pesar de lo entretenidos que se encontraban, no pudieron seguir con su conversación, pues pronto ambos escucharon como alguien se aclaraba la garganta y se posaba junto a ellos.

—Ejem...

Los ojos de los dos latinos viajaron hasta el recién llegado, encontrándose con USA, que cargaba con todas sus cosas y su mochila en una mano.

Casualidad...❞ |Mexico's harem - Rusmex.Where stories live. Discover now