kwagatama

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Adrien caminaba a su salon. No estaba prestando atencion a lo que sucedia a su alrededor, su mente se encontraba atrapada en la extensa conversación que  había tenido anoche con su kuami.

Era la primera vez que plagg hablaba tan abiertamente de lo que pensaba, siempre palabras cortas quitando le peso a todo lo relacionado con el guardián y temas por demás parecidos, no quería hablar de temas que tuvieran que ver con ellos tampoco.

Ahora que lo pensaba bien, entendía en parte porque es tan difícil para plagg hablar sobre eso, es decir el mismo había sido prohibido de decir lo que piensa, obligado a mantener un semblante calmado todo el tiempo, solo que a diferencia de su kuami el se sentía con la libertad de platicarle a su pequeño amigo sobre eso que no le puede contar a nadie más, por lo que vio, mientras plagg contaba su historia se negaba a contar mucho de ella, sabía, por la forma en que se expresaba, en que su pequeño rostro se fruncia en una mueca de enojó  casi odió que no tenía permitido hablar de ello, sabía que era eso, no pudo evitar identificarse con plagg mientras veía sus expresiones, eran las mismas que el hacía cuando su padre le impedía hablar de su madre o de su disgusto por modelar. Sabía que los kuamis tenían prohibido decir ciertas cosas y no podía presionarlo para decirle cuales eran, lo había aprendido a la mala cuando casi le rogaba que le dijera cual era la identidad de ladybug.

— Adrien ¿estas bien amigo?—

— lo siento, estoy algo distraído —

— algo del ¿modelar?—

—no, bueno sí, a pesar de que ya no tengo que hacer eso, aun se me hace raro que una inteligencia artificial lo haga por mi —

— oh olvide que ya no eras tu el que esta alfrente de la cámara—

De alguna forma eso le gustaba, el ya no era el modelo que posaba aunque aún era su cara la que aparecía, no era el el que tenía que pasar tanto tiempo con la presión de sonreír perfectamente, y aún así no podía hacer ni la mitad de lo que quería oh de lo que pensaba que quería, porque bajos su padre no aceptaría ni una de sus sugerencias, no lo dejaría imbolucrarse en la marca más allá de ser una imagen y mucho menos le permitiría participar en actividades que no fueran acorde con la marca, al final de todo solo seguía siendo lo mismo que antes, el trofeo de su padre y no tenia permitido cometer ningún error. Pero el echo de no ser él al que tengan que ostigar durante horas por unas fotos le quitaba un buen peso de sus hombros.

—hola chicos—

Alya los saludo, había llegado con marinett solo un segundo antes de que la maestra lo hiciera, ambas se veían cansadas y fueron directamente a sus respectivos puestos.

—¿pero que les ha pasado?—

Nino no dudo en preguntar, algo que Adrien agradecía, meterse en cosas de otras personas no era algo que a su padre le gustaría que hiciera.

— pasamos toda la noche divagando sobre lo que está pasando con los akumas—

Alya se apresuró a decir, la pequeña mueca de dolor que hizo no pasó desapercibido por su mirada, miró rápidamente te a marinett que parecía algo molesta ¿porque? Hablar sobre los akumas era pan de cada día, tal vez marinett al ser una chica a la que toda su familia había sido akumatizada le da rabia hablar sobre los akumas. Y pensar que es la primera en dar concejos de mantener la calma.

Se acomodo en su asiento prestando toda su atención al lo que la maestra tenía que explicar, un tema que Natalie ya le había hablado en sus clases particulares. Además de que debía de estar siempre adelantando al tema al que enseñaban para dar una imagen a los agreste, la imagen  de alguien inteligente.

— sabes alya, yo también he pensado mucho en lo de monarca —

Apenas llegó la hora del almuerzo nino empezo a hablar a su novia divagando en el tema como si no fuera gran cosa.

Duele Where stories live. Discover now