101 | Caos

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Tener dos niñas en casa era un poco difícil y cansado algunas veces, por más de que ya no eran unas bebés.

Pero ahora dos niñas de 8 años y un bebé recién nacido era... Aún más difícil.

El tercer hijo de la pareja ya había nacido, un par de semanas antes. Apenas estaban en enero, comenzando un nuevo año y ya la casa Jones era un caos.

- Mamá. -Valerie se acercó a su madre siguiéndola mientras esta tenía en brazos a su hijo menor, intentando calmarlo ya que no paraba de llorar. - Intento practicar mi baile para el recital de la escuela y Marco no me deja escuchar. -se quejó.

- Si mamá. -Sarah suspiró llegando junto a ellas. - Papá intenta explicarme matemáticas pero no nos deja concentrarnos. -se quejó.

- Niñas, dejen a su madre, ella también está cansada. -les pidió Jughead saliendo del despacho.

- Intento calmarlo, pero no deja de llorar. -Betty se quejó con frustración mirando al pelinegro.

El pequeño Marco Jones de tan solo 3 semanas de nacido se encontraba llorando, tenía al menos 20 minutos así.

Ya había comido, no quería dormir, no quería su chupete, ninguno sabía que era lo que el quería...

- Nena, déjamelo a mí. -le pidió tomándolo en sus brazos. - Daré una vuelta en el auto con él. -informó.

Antes de salir se giró de nuevo a las tres chicas.

- Tú. -señaló a Valerie. - Sigue con tu baile, tú. -ahora a Sarah. - Termina tu tarea de literatura y luego termino de explicarte matemáticas. -pidió. - Y tú. -señaló a su esposa. - Ve a descansar, lo necesitas.

- Ok papi. -Valerie asintió.

- Está bien. -Sarah también aceptó.

- Y no molesten a su madre. -les pidió y luego salió de la casa junto a su bebé que aún seguía sin parar de llorar.

Subió a su auto y acomodó a su hijo en el portabebe del asiento trasero, asegurando bien su cinturón.

- A ver, pequeño... -murmuró encendiendo el auto. - Vamos a dar un paseo, porque no dejas a tu madre y a mi descansar y vas a volver locas a tus hermanas. -sonrió mirándolo por el espejo retrovisor.

El bebé se quedó mirando un punto fijo y lentamente dejó de llorar, cada vez su llanto disminuía más y más.

Jughead sonrió cuando notó que a la segunda vuelta que le daba a la manzana el pequeño ya comenzaba a cerrar sus ojitos.

Aparcó de nuevo frente a la casa y se apresuró a tomarlo con mucho cuidado para que continuara durmiendo.

Abrió la puerta, notando que la casa estaba en completo silencio y subió hasta la habitación donde antes dormían Cheryl y Toni, la cual ahora era del bebé.

Lo dejó en su cunita y cerró la puerta para ir a la habitación de al lado, la suya, en donde su esposa estaba recostada en la cama.

- ¿Se durmió? -ella preguntó en voz baja, se notaba cansada.

- Si. -asintió y se acercó a ella para besar su frente. - Duerme nena, si despierta yo me encargo y estaré pendiente de las niñas.

- Gracias. -murmuró. - Te amo. -le dijo comenzando a cerrar sus ojos.

- Te amo. -el sonrió y salió de ahí.

Primero pasó por la habitación de su hija mayor. - Princesa, ¿Como vas con tu baile? -le preguntó.

Vió a la niña en medio de su habitación siguiendo los pasos de un video del televisor.

- Mas o menos papi. -admitió. - Espero que me salga bien el día del recital.

- Lo harás increíble. -le sonrió. - Iré a ayudar a tu hermana con su tarea, si necesitas algo estaré abajo. Y no hagas ruido porque tu hermano y mamá duermen.

- Ok papi. -le sonrió también.

El cerró la puerta y luego fue a la habitación de su otra hija. - Linda... Ya volví, ¿Seguimos con tu tarea?

La niña que se encontraba en el escritorio de su habitación asintió tomando un libro. - Si papá. -se levantó. - Gracias por ayudarme.

- Para eso estoy princesa. -sonrió acariciando su cabello. - Vamos. -tomó su mano y juntos bajaron las escaleras hasta el despacho.

Ballerinas | Bughead | +18Where stories live. Discover now