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Spreen dormía plácidamente en la cama, con la cara de costado sobre la cama, roncaba suavemente, pero todo eso no duró mucho debido a que un movimiento en la cara le hizo abrir los ojos.

— Da-da—

— Bobby, 5 minutos más— Spreen dijo volviendo a cerrar los ojos.

— Ese es Ramón— Dijo Roier.

Spreen abrió los ojos de nueva cuenta y esta vez se enfocó mejor para ver que el bebé que le estaba restregando las manos en la cara. Luego miró por el cuarto para observar a Roier en el cambiador del cuarto, arreglando la ropa de Bobby.

— Ay mi patitas de cheetos— Roier hablaba, jugando con los piecitos del bebé.

Spreen se sentó sobre la cama, tomando a Ramón para sentarlo en su regazo, luego miró a Roier y Bobby, sonriendo al observarlos.

En esos 5 meses Roier demostró ser un muy buen padre con los gemelos, jugaba con ellos, ayudaba a alimentarlos, les cambiaba los pañales porque el olfato de Spreen sigue demasiado sensible.

Spreen no se quedaba atrás, cuidaba bien de sus cachorros como los llamaba, no en voz alta, que puto cringe que alguien lo escuche hablándole así a sus hijos, y como el buen omega que es fue en extremo protector con los gemelos los primeros meses.

— Ya están buen vestidos los mocosos— Roier dijo, cargando a Bobby mientras volvía a la cama, dejando al bebé en la cama y luego él también subió a la misma.

Al estar cerca, Bobby se movió y jaló una mano de Ramón, haciendo que el segundo se le fuera encima y así ambos empezaron a jugar, balbuceando y haciendo ruidos de bebés mientras daban vueltas sobre la cama.

— Sigo sin creérmelo— Spreen dijo, mirando a sus dos bebés jugando entre ellos sobre la cama.

— Ni yo, cada día despierto y me emociono viendo a estos dos en su cuna— Roier sonrió, mirando a Ramón "mordiendo" un pie de Bobby— Lo único malo es que va a haber más llantos en un mes—

— No me lo recordés— Spreen suspiró— Mi papá dice que Missa es tan inquieto como yo—

— Ja, pues que suerte— Roier se puso a reír— Mi papá dice que está sufriendo con Tubbo el doble de lo que sufrió conmigo durante el embarazo—

Spreen se puso a reír un poco, viendo ahora como Bobby parecía querer morder la cabeza de Ramón. Sintió una enorme calidez en su interior, la cual aumentó cuando Roier lo rodeó con un brazo.

— Roier—

— ¿Sí?—

— Quiero más hijos— Dijo Spreen sin dejar de ver a sus gemelos.

— Bueno— Roier respondió y se acomodó para ver a su esposo mejor— Pero basta los 25—

— Yo nunca dije cuando— Spreen respondió.

Ambos soltaron una risita y se abrazaron mejor, viendo a sus dos hijos moverse por la cama, pero vigilando qué no se acercarán demasiado a la orilla de la cama.

Un par de horas más tarde, Spreen estaba en el comedor, entreteniendo a los dos bebés, quienes estaban en sus sillas entrenadoras.

Poco después, Roier entró al comedor con dos platos con puré de frutas en sus manos, dejando uno en cada silla. Puré de pera para Ramón y puré de manzana para Bobby.

— A comer— Dijo Roier.

En cuestión de segundos, Roier comenzó a darle de comer a Ramón mientras Spreen hacia lo mismo con Bobby.

Claro que alimentar a los niños era una odisea porque al momento de hacerlo era un caos. Bobby era una bomba de energía qué se movía y manoteaba tanto que a veces ha tirado los platos, Ramón no era mucho mejor, era más relajado, pero relajado en exceso, tan relajado que ni siquiera abre la boca por más que tenga la cuchara en los labios.

Pero se las habían arreglado cuando notaron que la energía desbordada de Roier funcionaba con Ramón y el aura de seriedad de Spreen funcionaba con Bobby.

Cuando terminaron de alimentar a los gemelos, les limpiaron la cara lentamente y luego los sacaron de las sillas para dirigirse a la nueva sala acondicionada para bebés, sin mesa de centro, con tapete suave y juguetes limpios espaciados en el suelo.

— ¿Sabes? Creo que estamos siendo buenos padres— Roier dijo, con su orgullo de alfa inflado.

— Y mis viejos diciendo que íbamos a sufrirlo— Spreen también sonrió— Somos los verdaderos pros—

— Aunque mi papá Luzu siempre dice que los hijos siempre traen el karma a los papás— Roier dijo.

— ¿Y eso que significa?— Preguntó Spreen.

— No sé, supongo que habrá que esperar a ver que karma traerán— Roier dijo.

Luego ambos se acurrucaron juntos en el sofá.

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16 años después.

— Queremos decirles algo— Dijo Ramón mientras su hermano y él miraban a sus padres.

La vida siempre ha sido una mierda con Spreen, ¿Lo recuerdan? Bueno, él y Roier temían qué ocurriría, pero fueron buenos padres.

Con el tiempo sus gemelos terminaron presentándose, Bobby como alfa y Ramón como un omega.

Ambos fueron claros con sus hijos al momento de darles la plática sobre el sexo, sobre cómo cuidarse y más que nada no ser impulsivos.

¿Qué como terminó eso?

Pues...

— Van a ser abuelos— Bobby dijo, jugueteando con sus manos— Deje embarazado a mi novio—

— Y mi novia me embarazó a mí— Ramón dijo, soltando una risa nerviosa

Roier y Spreen estaban inmóviles, viendo a sus dos hijos, al novio omega de Bobby y a la novia alfa de Ramón.

— Yo los mato— Spreen dijo caminando a ellos.

— ¡No, Spreen espérate!— Roier gritó yendo detrás de él.

Fin

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⏰ Last updated: Mar 10 ⏰

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