CAPÍTULO 26

133 16 14
                                    

Después de practicar una y otra vez las mejores posturas para disparar, Jacob me enseñó cada una de las partes del arma, (la corredera, el gatillo, el martillo...) justo antes de enseñarme a cargar y descargar la pistola. No podíamos usar balas ya que podrían llegar a encontrarnos por el ruido, por eso mismo la primera vez que yo disparara (si era necesario), sería en la misión. El hecho de no poder ejercitar al cien por ciento me alteraba, no iba a ir con seguridad si nunca había disparado un cartucho.

No se me olvidó preguntarle de dónde había sacado el arma, un tema que me inquietaba hasta la médula, y que la tuvieran en su poder todavía más. Él respondió que cuando escaparon de los soldados consiguieron tomar dos pistolas, de ahí que tuviera diferentes balas a su disposición. No tuve más remedio que aceptar su respuesta, pero como todo lo que tenía que ver con esos chicos, dudar era mi primera opción.

Tampoco me despisté lo suficiente como para abandonar el recuerdo de oírle esas palabras salir por la boca a Jacob. Por mucho que deseara hacerlo, la imagen del instante se repetía nítidamente dentro de mi cabeza. No tenía tiempo para estar pensando en un chico, y menos uno que no era de confianza. Él mismo lo había dicho "Y sobre todo me gusta que no te fíes de mí". Traté de razonar en otra cosa, no quería meditar ese tema, porque no tenía ni pies ni cabeza. Era absurdo que eso fuera en lo que estuviera pensando en tiempos como aquellos.

Un chico de pelo rojizo se acercó hacia mí con rapidez mientras yo iba caminando tranquila por el centro comercial. Era por la tarde, y la temperatura aumentaba con cada día. Necesitaba encontrar la manera de darme una ducha, la sensación de suciedad se expandía por mi cuerpo cada vez más. Llevaba más de una semana fuera de casa, desde que había ocurrido lo de mi tía...

—Hola señorita, ¿le apetecería dar un paseo conmigo? Parece que está sola—Jacob me había dejado unos minutos de descanso antes de una nueva lección, pero ya había gastado la mitad de ese reposo. La mayoría del tiempo estaba con él, y por muy extraño que le pudiera sonar a mi yo del pasado, la compañía tampoco era tan horrible. En realidad, me distraía de los malos pensamientos. Quizás era lo mejor para mí teniendo en cuenta que era una persona que sobrepensaba demasiado, puede que la razón de mi tristeza fuese porque pensaba demasiado en la vida y me olvidaba de vivir. A pesar de ello, en aquel momento solo quería analizar, no podía desatender nada, aunque eso significara sentirme abrumada. Prefería encontrarme agobiada que feliz pero ignorando los peligros que me rodeaban.

Le dije que sí y comenzamos a andar sin rumbo. Felix y yo no habíamos pasado mucho rato a solas, solo un par de veces sin importancia, pero me intrigaba su historia y quería conocerlo para aprovechar y saber más sobre él y su equipo, podría llegar a unir piezas o incluso crear teorías. Tener información es fundamental, diría que es lo mismo que tener poder, pero en este caso él no me diría nada que pudiera hacerle daño o hacerme dudar de su confianza. De cualquier modo no perdía nada por intentarlo.

—Felix, ¿puedo preguntarte algo?—dije mientras nuestros pies pisaban la hierba blanda. Nos habíamos adentrado un poco en el bosque, lo suficiente como para no perder de vista el edificio que utilizábamos como refugio. Felix me había explicado que quería buscar unas bayas. Había encontrado en la biblioteca un libro sobre la vegetación del bosque.

—Ya lo estás haciendo—sonrió con su propia broma mientras mantenía fija la vista en el manuscrito que ocupaban sus manos.

—¿Tu grupo y tú estáis muy unidos?—le miré directamente a los ojos intentando descifrar su expresión, pero él ni siquiera me observaba. Acababa de acordarme de algo que Jacob había comentado, sus palabras exactas habían sido "No todo es lo que parece" en respuesta a una anotación por mi parte hablando de sus "amigos".

—Sí, hay un fuerte lazo que nos une—algo no me cuadró, interpretaba, por lo que había dicho Jacob, que en su grupo no todo iba tan bien como parecía. Felix contrariaba esa afirmación, según él un lazo fuerte los unía. Desde luego, o yo era una pésima traductora, o uno de los dos mentía, y por lo general si alguien falta a la verdad suele ser para cambiar la perspectiva a una positiva, evidentemente no en todos los casos.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 20 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Los peligros de confiar #1Where stories live. Discover now