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Cellbit solo vio llorar a Roier una sola vez, luego de aquella noche, fueron a dormir, el castaño lo abrazó con fuerza entre sueños, y al otro día, despertaron y actuaron como si nada pasara.

Esa fue la única vez que lo vio llorar, por más que vió las lágrimas que Roier guardaba después, Roier no lloraba, y fingía una sonrisa junto a Cellbit que tenía algo de real pero que escondía algo detrás.

Cellbit nunca le pregunto nada, y nunca le correspondió el "Te amo" de aquella noche, incluso cuando Roier volvió a decirlo otras veces.

Pasaron las semanas, y con ellos los meses, ya hacía seis meses que el castaño estaba junto a él, ellos seguían siendo tan cursis como siempre, buscando abrazos, y besos, la inspiración llenaba el corazón del joven poeta, y pudo completar una serie de poemas que entregaría a la editorial, luego ellos verían cuál o cuáles podían ir mejor con el libro, al ser de varios autores en conjunto, y dependiendo de la extensión de sus textos, podían elegir entre uno o tres poemas, los de Cellbit no eran ni tan largos ni tan cortos, pero quizás y con suerte, pondrían tener más de uno publicado, cosa que lo haría muy feliz.

Roier lo había ayudado con los versos y con las rimas, el era perfecto para aquellos, ya que con solo decir una palabra Roier hacia una rima, de forma tan natural y rápida que a Cellbit le daba cierta gracia, y pensar que al principio sus rimas lo volvían loco, y ahora aquellas palabras hacían acelerar su corazón.

Roier lo había ayudado tanto en la creación de sus poemas para su más reciente libro, que Cellbit pensaba en dedicarle el próximo, y cuando recibió la noticia de que al final eran tan buenos que dos de sus poemas estarían en la versión final de la antología sobre el amor, el que estaba allí para abrazarlo, besarlo y felicitarlo era Roier, volviéndose uno de sus momentos más preciados de su corazón.

— Cellbit, mi amador, ¿Has descubierto qué es el amor?

A Cellbit le dió gracia la palabra "amador", así que soltó una carcajada.

— A veces inventas palabras muy bonitas para rimar, Guapito— dijo Cellbit, con una sonrisa amplia, sus ojitos gatunos miraban a los brillantes y lindos ojos del castaño, aquellos siempre tenían un brillo y algo roto dentro —. Creo que sí, Roier.

— ¿Qué es para tí el amor? Mi lindo poeta autor... — Roier fue hacia su rostro con una sonrisa, su brazos rodearon la cintura del mayor, en la cama que compartían y en la que siempre se acurrucaban, se sentían más cálidos.

— Para mi es... Sentir que el otro te da alas, que te motiva a seguir, que te da una razón para levantarte en las mañanas y volverlo a intentar, una y otra vez... Es esa persona que está para ti cuando vienes de una noche helada y toma tus manos para calentarlas por más que las suyas se enfríen... Para mí el amor es eso, creo— dijo —. Suena bastante repetitivo y cotidiano pero creo que, con la persona correcta, con la quien en verdad amas... Nada se siente cotidiano, nada es aburrido, con la persona que amas todo se vuelve maravilloso, incluso lo más simple, incluso la rutina, porque aquella rutina pasa a ser especial, porque la compartes con alguien especial.

>> El amor para mí es la presencia de alguien especial en tu vida.

Roier sonrió ampliamente, sus ojos se hicieron dos líneas y sus mejillas estaban muy rojas.

— ¿Y tú, Roier? ¿Qué crees que es el amor?

— Bueno... Tú dices que el amor depende de otra persona— Cellbit asintió, toda su charla se había basado en eso, en como Roier lo hacía sentir amor cada mañana con algo tan simple como su rima de buenos días —. Yo creo que desde el corazón propio el amor acciona, el otro es una forma de representarlo, creemos en alguien ajeno para amarlo, pero el sentimiento viene desde el corazón acalorado... Digo que te amo porque estás a mi lado, aunque el sentimiento no sea igual en mi amado... Agradezco tu existir, y con ello mi vivir, porque me permites vivir un sentimiento que no había encontrado, y el amor existe, por más que tú no lo quieras, el amor existe, por más que no lo veas, el amor existe, y es mío— Roier llevo una mano sobre su propio corazón, que latía agitado—, me hace sentir vivo, agradezco de corazón, que me hayas permitido entender lo que es el amor.

—Ajá... — Cellbit sonreía enternecido—. Entonces, para tí, el amor es tuyo, porque es tú sentimiento— Roier asintió—. Es un punto de vista muy interesante, Roier... No lo veo así, yo creo que el amor es del otro, uno ama a otros, uno sale con otras personas, uno es pareja de otra persona... Y lo ama al otro, si el amor depende tanto del otro, entonces no puede ser un sentimiento tan propio.

— Es tu corazón el que siente, tu decides que hacer, qué será lo que cuente.

— Entiendo a qué te refieres, pero no creo que puedas controlar tan fácil al amor, Roier— dijo el cenizo.

— Yo te amo por más que no me ames — dijo Roier, aún más claro y directo que antes, sus ojitos brillantes y medios rotos seguían viendo a los de Cellbit—. Te amo por más que por "Amor" no me llames.

— Roier— Cellbit quiso quejarse —. Yo si te- — Roier alzó las cejas, el mayor suspiró y negó, no podía decirlo—, Roier yo... No quiero que pienses que no te amo, porque para mí eres muy especial.

Roier lo miró como preguntando si hablaba en serio, luego su expresión se rompió en una sonrisa triste, y antes de que Cellbit pudiera hablar de nuevo, el castaño estaba sobre sus labios una vez más, reclamando sus belfos, su afecto y el aire de sus pulmones.

Las manos de menos recorrieron el torso del mayor, hasta deslizarse por debajo de su remera, y quitarla sin mucho esfuerzo, ya que Cellbit no se opuso, y sin decir mucho más, el mayor hizo lo mismo con la ropa del menor.

La ropa se fue perdiendo entre el suelo y las sábanas de la cama, quedando los dos expuestos y desnudos ante la vista del otro, con una sonrisa entre sus labios, Roier murmuró entre rimas que Cellbit era muy hermoso, haciendo al mayor reír.

Con devoción tocó al castaño hasta dejarlo temblando de placer, murmurando su nombre una y otra vez, rimando con la misma palabra una y otra vez, entrando en él para sentirse más cerca, susurrando en su oído que era maravilloso, acabando dentro del menor para hacerlo sentir como suyo, para convencerlo de que lo amaba, intentando reemplazar unas palabras llenas con unos tactos vacíos.

Aquella sonrisa, aquellos ojos que se escondían entre sus cabellos, esas rimas una y otra vez, que lo llevaban por dentro, Cellbit estaba enamorado de Roier, completamente enamorado... Era lo único que sabía que era real.

Pero parecía que era más difícil decirlo de sentirlo.



...



Yo que adapte lo menos pensando me sonroje adaptando un párrafo con el menor contenido explicito. No que me hicieron. 

Me siento mal no soporte. 

Rhyming Heart |GuapoDuo|Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt