Capítulo 85. Parte 2

371 23 13
                                    

ASHLEY

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

ASHLEY

Decido que no. Y que él no puede obligarme a ver una cosa que no quiero.

—¡No quiero verla! —le grito espantada y me giro para correr.

—¡Ashley! —me intercepta y me agarra del brazo.

No soy capaz de mirarlo.

—¡No! —le grito más fuerte sacudiéndome hasta deshacerme de su agarre.

Escapo y me fatigo subiendo las escaleras. Dash no me sigue. Se queda abajo y me lo imagino paralizado, abrumado por mi reacción. Primero quiero verla, luego que no. Pensará que soy una pirada.

Llego a mi habitación y me encierro de un portazo que retumba por toda la casa, dejo caer mi espalda contra la puerta y pongo el brazo contra mi boca reprimiendo mi llanto.

¿Qué estoy haciendo?

¿Por qué actúo de esta manera?

No debería tenerle miedo a una foto y menos a alguien que no está presente ni me puede dar batalla.

Solo es una foto. Solo es una maldita foto. Me repito.

Muerdo mis labios para aplacar el temblor.

No es solo una foto. La lleva con él a todas partes porque todavía siente algo por ella, algo fuerte, algo imposible de romper lo tiene atado a esa chica, un vínculo muy fuerte los une.

Agarro mi cabeza, no quiero escuchar mis pensamientos, necesito distraerme. Cojo el iPod poniéndome los auriculares con los dedos temblorosos. El sonido del exterior desaparece y le doy mucho volumen a la canción que empiezo a escuchar.

****

Cuando estoy más calmada bajo a la planta inferior. Me siento ridícula y no he actuado con sensatez. Estoy avergonzada por mi comportamiento irracional y quiero disculparme con él, me he pasado de la raya invadiendo su intimidad sin pensar que eso estaba mal. Desde un principio Calum no debería haberme incitado porque podría haberme metido en problemas con Dash. No sé qué me pasa con esa chica, quiero saberlo todo y a la vez no quiero saber nada de ella para que no tenga el poder de dañarme. ¿Y qué, si tiene una foto de ella? Es especial. Fue especial. Lo que sea. Ahora no están juntos y voy aprovechar todo el tiempo que tengo para estar con Dash.

Entro al salón mostrándome cohibida. No sé ni cómo empezar.

Dash está sentado en el sofá con los codos apoyados en sus piernas. Se ha cambiado de ropa. Ahora lleva unos levi's azules y una chaqueta de cuadros blanca y negra. Bajo la mirada al tic que tiene en el pie derecho, que incesante, no deja de golpear el suelo. Está tan sumido en sus pensamientos que no me ha notado. No se ve nada bien. Se ve aterrado, se ve angustiado, casi destruido. Y me parte en dos, me cuesta un mundo no deshacerme a pedazos verlo con ese aspecto que está mostrando en su propia soledad. Es como si algo lo estuviera consumiendo poco a poco y lo llevara arrastras a ser esclavo, un prisionero de su propia conciencia.

Remembrance ©Where stories live. Discover now