Capitulo II: La tribu de fuego

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Unos días más tarde, Chrono y sus nuevos discípulos se preparan para salir. Durante ese tiempo Chrono había medido las capacidades físicas de cada uno mediante rigurosas pruebas que de seguro harían llorar a una persona con poca o de plano sin mucha fuerza.
— ¿Lo tienen todo listo? —pregunta Chrono
— Si maestro —responden los jóvenes al unísono.
— Muy bien, en ese caso, les voy a pedir que retrocedan un poco —dijo Chrono mientras ponía las manos en el suelo, ésto hizo que Tessia y Kamet duden un poco, pero al final terminan por obedecer a su maestro. De un momento a otro un portal se abre y de éste mismo sale una bestia esquelética que tiraba de una carroza con muchos relojes y detalles de calaveras, la bestia caminaba en cuatro patas, tenía largos cuernos, un cráneo similar al de un can, y una extraña energía de color azul que emanaba de todo su cuerpo y que brillaba con intensidad en las cuencas vacías en dónde se supone que deben ir los ojos. Tessia y Kamet estaban asombrados ante semejante ejemplar.
— Maestro, ¿Qué es esta cosa? —pregunta Kamet y sus palabras hacen que la bestia se moleste un poco.
— Ésta «cosa» es una chrono-bestia, y aunque no lo creas, hasta los monstruos tienen sentimientos, piensa lo que dices y así evitarás problemas en el futuro —le dijo Chrono a Kamet para corregirlo.
— Lo siento — agregó el muchacho.
— Bien, si ya está todo listo, entonces podemos irnos, suban a la carroza niños, un largo viaje nos espera —le dijo Chrono a sus pupilos y estos suben sin mediar palabra.
Una vez que los jóvenes suben a la carroza, de inmediato Chrono le ordena a la bestia que avance y ésta empieza a correr, luego de haber corrido unos metros, la bestia utiliza sus garras para abrir un portal que al atravesarlo sufren un poco de turbulencia, pero una vez del otro lado aguardaba una gran maravilla. Nuestro grupo ve una gran corriente que al igual que un río, se divide en canales y bifurcaciones de que se extiende hasta más allá de la distancia percibida por el ojo humano. Los niños están más que asombrados al ver semejante cosa.
— ¿Qué es esto maestro? —pregunta Kamet con mucha curiosidad y emoción al mismo tiempo.
— Esto hijo son las corrientes del tiempo, la corriente principal es nuestro pasado, presente y futuro, las corrientes secundarias son líneas de tiempo alternas o de plano son paradojas — respondió Chrono.
— ¿Y a dónde nos dirigimos? — pregunta Tessia ésta vez.
— Nos dirigimos a una isla tropical ubicada en aguas desconocidas — respondió Chrono.
— ¿Y cómo es que las conoce, no se supone que son desconocidas? — pregunta Tessia nuevamente.
— Son desconocidas para los habitantes de ese mundo, pero yo y mucha gente ajena a ese mundo si las conocemos y solemos frecuentarlas muy seguido —respondió Chrono algo estresado— Ahora no más preguntas hasta que lleguemos—. Dijo mientras le indicaba a la bestia que descienda hacia el punto medio de la gran corriente.
Una vez emprendieron el descenso, volvieron a experimentar un poco de turbulencia nuevamente. Una vez que bajaron de las nubes se podía ver la isla; era una isla de gran tamaño, pero un poco más pequeña en comparación con la isla de Borneo en Indonesia. La isla tenía un volcán de gran tamaño, similar o hasta más grande que el Monte Fuji en Japón; recibía además el nombre de Sinmara debido a la tribu que ahí vivía y que adoraba a una deidad representada como una mujer de cabello y ojos escarlata, con alas de fuego, porta una corona que también está hecha de fuego y que sostiene una espada en llamas. Los nativos la llamaban «La Espada de Fuego» o simplemente Sinmara.
Se suponía que Chrono había venido por petición de unos viejos amigos suyos nativos de la isla, pero antes de reunirse con ellos, llevó a los niños de paseo por la isla hasta que ya empezaba a ponerse el sol. Una vez que se disponían a regresar a la carroza, son emboscados por hombres con lanzas, brazaletes y collares prominentes hechos enteramente de oro puro y sólido, pantalones negros con patrones de llamas y máscaras de demonio hechas de madera. Tessia y Kamet tomaron posición defensiva mientras Chrono se mantenía sereno y caminaba hacia el líder del grupo.
— ¿Verdad que los asustamos? —dice el líder con una voz que se oía como la de un joven de veinte a veinticinco años.
— Tal vez a ellos sí, pero a mí no. Has mejorado mucho Hamelyn, pero no lo suficiente. Me alegro de verte —le dijo Chrono al joven como si lo conociera desde hace muchísimo tiempo. El joven en respuesta se quita la máscara y Tessia queda cautivada ante la belleza de sus ojos azules y su cabello color ceniza.
Chrono y Hamelyn comparten un abrazo fuerte y Hamelyn se dispone a llevarlos con la tribu, ellos son recibidos con un gran festejo el cual fue ordenado por el jefe y el chamán para celebrar la llegada de su viejo amigo. Minutos más tarde el jefe invita a Chrono a pasar a su choza y le ofrece un licor llamado néctar de serpiente, el cual era muy fuerte, tanto que a pesar de la enorme resistencia de Chrono ante el alcohol debido a que es un dios, un solo trago bastó para quemarle unas cuantas neuronas y eso que Chrono es uno de los dioses más resistentes ante el alcohol. Así que ya te podrás imaginar, querido lector, lo fuerte que era el néctar de serpiente. Pero el jefe y el chamán estaban tan acostumbrados a beberlo que no se veían afectados en lo absoluto. El jefe era un hombre que rondaba entre los cuarenta a los cincuenta años, tenía una corona de oro adornada con joyas y plumas de fénix, tenía una capa con patrones de llamas al igual que sus pantalones, de todos los sinmaros él era el que tenía los collares y brazaletes más prominentes, tenía el cabello rubio hasta los hombros, una barba que iba desde sus patillas y terminaba juntandose en su mentón y que medía aproximadamente unos diez centímetros, sin mencionar sus ojos de color carmesí. El chamán por otro lado tenía una especie de túnica de color rojo sangre también con patrones de llamas, un gran collar de oro, un bastón que fue tallado de un árbol sagrado que crece en una cueva rodeado de un pequeño lago y muchos cristales como una mano que sostiene un cristal anaranjado, tiene también una máscara de madera hecha a partir de un árbol más común adornada con colmillos de jabalí y una larga melena de demonio.
— Creí que al ser un dios tendrías una gran resistencia ante el alcohol —dijo el jefe de forma satírica al ver la reacción de Chrono.
— Pues no sé que le pones a tu licor para que sea tan potente, apuesto a que el doc moriría con tan solo un trago —respondió Chrono.
— Así que por fin te dignas en visitarnos—dijo el chamán de forma irónica— ¿Vienes por uno de los nuestros?—.
— En parte, tengo dos cosas que espero obtener de ustedes: la primera es un jóven de entre doce y trece años, y la segunda es para confirmar el rumor de que Sinmara obtuvo un alma de dragón. Si no me equivoco, es el alma del legendario dragón Naahgliv —.
— A ti no se te puede ocultar nada… —dijo el jefe mientras sostenía su trago con algo de furia.
— No pretendía ofender, y tampoco quiero el alma de dragón para mí, pienso que si me la dan junto con un joven fuerte, sería un gran beneficio para ustedes, ¿No creen? —dijo Chrono mientras el jefe se tranqulizaba un poco.
— ¿Y en qué nos beneficiaría eso? —preguntó el jefe aún estando un poco molesto.
— Piensa, el joven más fuerte de la tribu, le es entregada el alma de dragón, yo le enseño a cómo dominar semejante poder y automáticamente tendríamos al sinmaro más poderoso que quizás la historia haya visto —dijo Chrono mientras bebía un trago.
— Lo que propones no es mala idea —dijo el chamán—. Tu eres un excelente mentor y también eres alguien recto y de buen corazón… es más de lo que podemos decir de algunos miembros de la tribu… —.
— Entonces en cuanto a mi oferta… —dice Chrono con una mirada confiada.
— Está bien —dice el jefe de nuevo en sus cabales— mañana mismo se celebrará un torneo para decidir al joven más fuerte de la tribu, el ganador recibirá el alma de Naahgliv y entrenará contigo hasta sus quince años —dijo el jefe con toda la seriedad del mundo.
Y de seguro te estarás preguntando, querido lector, ¿por qué se quedará con Chrono hasta los quince años? Muy sencillo; a esa edad deben realizar su ritual de madurez en donde entrarán al volcán para pelear con una de las llamas demoníacas que ahí habitan.
Habiendo dicho eso, el jefe se retira al igual que el chamán. Chrono bebe un último trago y sale de la choza para reunirse con sus pupilos y disfrutar el resto de la celebración.

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