Capitulo V: Nieve teñida de sangre.

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Una vez que todos lo jóvenes llegaron al Bosque de Cristal, no perdieron el tiempo y de inmediato partieron en búsqueda de los demonios que habitan el bosque para hacerse con sus corazones.
Cada joven fue por su cuenta. No obstante, hubo algunos que prefirieron hacer equipo con otros. Sin embargo, cada quién conseguía sus corazones de forma individual.
Y así fue como los jóvenes se embarcaron en su búsqueda de corazones de demonio. ¿Cómo eran esos demonios? Te preguntarás, muy sencillo: eran bestias con el pelaje blanco, cristales de hielo incrustados en su piel a veces a modo de armadura, pero esto era algo así como protección exterior, ya que la piel de estos demonios es muy dura. Los demonios tienen largas garras que pueden medir hasta cincuenta centímetros de largo y son tan afiladas como navajas. Tienen también largos cuernos, ojos azules que al mirarlos pareciera como si no tuvieran alma, tienen además una cabeza alargada similar a la de una cabrs que cuenta con una boca llena de colmillos de hasta veinte centímetros de largo.
Si, por la descripción tal vez no aparenten ser demonios, pero así es como los llaman los gavroshianos debido a los cuernos que estos poseen y los sonidos que emiten, el caso con ellos es similar al de los demonios de Tasmania. Lo que los diferencia de los wendigos es que estos demonios tienen cuernos y las pupilas como los de una cabra y según la biblia: el Demonio tiene una cabeza de cabra. Esto lo aprendieron mediante a un explorador que vino a la Isla del Norte hace mucho tiempo debido a que se perdió, ya que la zona en dónde se encuentran las islas que albergan a las tribus elementales es una zona con altos niveles de magnetismo, ésto significa que las brújulas aquí son inútiles.
El explorador de nombre John Allen intentó inculcarle el cristianismo a los gavroshianos, les leía la biblia y les mostraba cómo eran los demonios, y ese tipo de cosas. Pero no tuvo éxito, ya que los gavroshianos se negaban a abandonar al dios que les otorgó el poder para controlar el agua, así que el explorador intentó volver a su casa, pero su barco se hundió en medio de una tormenta y pues, saca tus propias conclusiones de lo que pasó con él.
Regresando a la historia principal: muchos jóvenes ya se habían hecho con varios corazones, la que mayor cantidad tenía era una chica de nombre Asami que contaba ya con ocho; la seguían una chica llamada Winter con siete y un chico llamado Kastav con seis. Todo iba bien hasta que de pronto empezaron a ver siluetas de gran tamaño entre moviéndose entre los árboles de hielo; muchos no le dieron demasiada importancia y siguieron con su casería mientras que otros estaban algo preocupados ya que no sabían a qué clase de criatura pertenecían esas siluetas.
Mientras que un joven se encontraba distraído matando a un demonio, vino otro muchacho y aprovechó que estaba distraído para robarle sus corazones. Tuvo éxito y salió corriendo mientras el otro muchacho aún seguía distraído. Cuando se alejó lo suficiente, revisó el botín.
— Veamos… aquí hay cinco, más los dos que ya tengo, serían siete. Perfecto, solamente necesito cinco más y podré largarme de éste lugar —decía el joven con una actitud muy arrogante.
Lo que el joven ignoraba era que estaba siendo observado desde los árboles de hielo.
— ¿Quién anda ahí? —decía algo nervioso, pues podía sentir una presencia similar a la que siente un conejo cuando es acechado por un lobo— A quién quiera que esté ahí, ¡no dudaré en atacarlo!
Pudo ver una sombra que se movía por entre los árboles. En ese momento el muchacho tragó saliva y empezó a temblar.
— Última oportunidad, ¡sal de dónde quiera que estés y enfrentame como hombre! —decía el muchacho con cada vez más temor.
Grande fue su sorpresa al ver como un ser escuálido de cuatro metros con el cuerpo muy demacrado, largas extremidades, largas garras, que usaba el cráneo de un venado a modo de de máscara y que emitía gritos ensordecedores salió de entre los árboles. El joven no había visto una cosa tan espantosa en su vida, intentó huir pero los largos brazos del monstruo lo tomaron de la piernas. A pesar de estar tan flaco, tenía la fuerza suficiente como para arrancarle las extremidades al muchacho casi sin ningún esfuerzo, le arrancó un brazo y se lo comió, la sangre que brotaba de la herida del joven acompañada con sus gritos hacían de la escena un espectáculo no apto para personas sensibles. El monstruo procedió a morder al muchacho en el estómago, siguió mordiendo hasta que sorbío los intestinos del joven como si fuera pasta. El monstruo seguía comiéndose al joven mientras éste aún estaba vivo. Cuándo terminó, no dejó mucho que enterrar.
Esa pobre alma no fue la única que tuvo la mala suerte de toparse con uno de esos monstruos; fueron varios los jóvenes que también murieron de forma espantosa. A algunos se los comieron empezando por las piernas y solo quedó un torso esquelético cubierto de sangre, con algunos pocos pedazos de carne aún adheridos al hueso y que conservan a duras penas la cabeza y un brazo, aunque hubo unos que tenían ambos brazos. Otros no corrieron tanta suerte y prácticamente fueron devorados hasta los huesos, pues solo se encontró la ropa. ¿Qué eran esos monstruos? Pues si aún no te has dado cuenta, o eres de lento pensamiento, querido lector, esos eran algunos de los wendigos que sobrevivieron a las masacres provocadas por los gavroshianos y que ahora se encuentra vagando por el Desierto Blanco, muertos de hambre y totalmente demacrados.
En algún punto de la historia, los jóvenes restantes, alrededor de seis, se encontraron en la entrada a lo que parecía una cueva de hielo; aprovecharon el momento para tomar un breve descanso y comer algo. Sin embargo, la tranquilidad no duró mucho ya que fueron emboscados por varios wendigos, la situación se volvió crítica en cuanto se vieron acorralados por estos monstruos; uno de los jóvenes intentó pelear contra ellos, pero fue devorado vivo. Sus gritos, acompañados del sonido de la carne desprendiéndose de su cuerpo y de cómo se rompían sus huesos, formaban un espectáculo horrible y tal vez un tanto macabro, pues los wendigos se comían al jóven lentamente.
Algunos estaban tan asustados que no podían moverse, otros se sentían impotentes al ver cómo se comían a su compañero, y ellos no podían hacer absolutamente nada.
Fueron dos valientes muchachos quienes pudieron reaccionar e idear un plan para distraer a los wendigos. El problema era que posiblemente no volverían. Entonces los dos últimos muchachos comenzaron a lanzar lanzas de hielo a los wendigos para que las chicas pudieran escapar; Winter y Asami no lo dudaron y empezaron a correr, pero la tercera, Crisaldi, aún seguía paralizada por el miedo, por lo que Winter y Asami tuvieron que llevársela arrastrada. Los dos muchachos, Elrivur y Yargat, no volvieron ser vistos nunca más. Los wendigos se comieron hasta la ropa.
Las tres muchachas corrieron sin mirar a atrás, y cuando parecía que se habían librado de esos monstruos, había uno esperándolas a la salida del bosque.
— Maldición —dijo Winter muy frustrada— Parece que lo tenían todo planeado. El hambre no los volvió idiotas.
— ¿Y ahora qué hacemos? —preguntó Asami.
— ¿Pues qué más? Hay que pelear con él.
— ¿Y qué hacemos con Crisaldi? Dudo que nos sea de mucha utilidad en su estado actual —decía Asami mientras Winter se acercaba a Crisaldi.
Winter le dió una bofetada con todas sus fuerzas para que reaccione, si logró reaccionar, pero solo decía incoherencias provocadas por el miedo, a lo que Winter respondió con otra bofetada.
— Escúchame bien: nuestros compañeros y amigos se convirtieron en el almuerzo de éstos monstruos, a pesar de que solo es uno, tenemos la oportunidad de vengarlos. Sé que eso no los traerá de vuelta, pero al menos sus almas podrán descansar en paz, ¿Vas a dejar que sus muertes sean en vano al convertirte en comida para éstos monstruos, o vas a seguir adelante y pelear por ellos?
Ni bien dijo éso, Crisaldi recuperó el brillo en sus ojos y éstos se llenaron de determinación, acto seguido le entregó sus corazones de demonio a Winter y a Asami y se dispuso a pelar contra el monstruo.
— ¡Corran! Yo lo distraeré.
Winter y Asami asintieron con la cabeza y se marcharon, la estatua de Gavrósh no estaba muy lejos, por lo que corrieron con las pocas fuerzas que aún les quedaban. ¿Qué pasó con Crisaldi? Pues retuvo a los wendigos todo lo que pudo, logrando acabar con tres de éstos, pero al final se vió superada en número y eventualmente fue devorada como el resto. Afortunadamente Winter y Asami ya se encontraba cerca de la estatua de Gavrósh.

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