Capitulo 6

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Perdon a los que vieron el capitulo 7, no era mi intensión publicarlo aun, al final de la historia explico como sucedió.



El baño de agua tibia la relajo en parte, ahora se encontraba terminando de ponerse la yukata y ajustando los adornos qué sostenían su larga cabellera, qué ahora se encontraban atadas en un moño alto.

Se miro al espejo y aprecio su rostro y cuerpo, desde que empezó a sentir aquellos sentimientos florecer en su interior siempre se mantenía arreglada, no sabía si era por gusto o porque trataba de impresionar a alguien.
Dio media vuelta y fue a la sala a sentarse en el sofá esperando a los demonios pero al instante tocaron la puerta, aquello le dejo un deja vu, y fue abrir la puerta, parecía que no aprendió de la primera vez que un demonio irrumpió a su casa.

Se asomo por la puerta y casi se cae de cara al ver a los ¿demonios? Sin su característica ropa y cuernos en la cabeza, tus ojos contemplaron aquella maravilla qué estaba frente a ella, cuatro chicos guapos y llamativos estaban a su merced, no todos los días pasaba eso, tomo aire exageradamente y cerro la puerta de un golpe, estando dentro suspiro ruidosamente mientras sus manos estaban a la par de su corazón, sintiendo como este latía más de lo habitual.

Su rostro estaba rojo, jamás se había comportado de esa manera y se sentía... Tan bien, por alguna razón su corazón estaba feliz y encantado por tantas nuevas emociones, pero su cabeza aun estaba en duda si se trataba de un verdadero amor o solo eran iluciones creadas por su corazón agonizante.

Inahalo y exhalo tranquilizandose y cuando volvió abrir la puerta ellos seguian de pie ahí, ahora la miraban confundidos y uno preocupado.

- ¿te mojaste? - karaku sonrio pícaro mientras te examinaba con la mirada, sekido le golpeó en el estómago por decir esa idiotez -.

- ¿Te sientes bien? - urogi fue el primero que se acercó ati y te abrazo -. Tu cara esta roja, seguro tienes fiebre.

No sabias si era tan inocente o tan estúpido.

- Si tuviera fiebre su nariz estaría roja... - aizetsu contesto -.

- ¿Porque no te cubres bien el pecho? - trataste de cambiar el tema al sentir el pecho descubierto de urogi -.

- ¡No me gusta usar este tipo de ropa! - se quejo mientras se remangaba las mangas de la yukata -.

- Solo hasta que volvamos de la ciudad trata de tener puesto la yukata... ¿Si? - alzaste la cabeza para verlo a los ojos, aquellos demonios eran demaciado altos comparados a ti -.

Urogi se te quedó viendo, parecía examinar cada parte de tu rostro hasta llegar a tus ojos que brillaban por la luz de la luna, aquellos ojos rojo carmesi lo hipnotizaron.

- ¡Solo si prometes algún día tener una cita conmigo!

Sus manos envolvieron las tuyas, aquella siemple acción causó un gran problema en tu corazón.

- S-si... Cuando quieras. - respondiste con un hilo de voz, debías solucionar tus sentimientos cuando volvieras a casa -.

Luego de la petición de urogi karaku también quizo una cita y luego aizetsu también, te sorprendió escuchar que sekido te pidió una cita de forma indirecta, al decir "algún día te acompañaré a comprar ropa nueva", tu solo asentiste a la petición de los demonios, sin duda alguna jamás te negarías a estar con ellos.

Al llegar a la ciudad la recordabas tal y como era, tantas luces de colores y muchas personas caminando por las grandes calles te hizo sonreir ansiosa.

Caminar en medio de cuatro chicos te hizo sentir protegida, aquellos demonios sin los cuernos aun eran intimidantes, y más sekido al tener en ceño fruncido casi siempre.
Llegaron al centro de la ciudad y tu cada vez te asombrabas más, jamás habías visto una ciudad tan iluminada y tan transitada, al vivir en una aldea te habías  acostumbrado a las pocas casas qué había y lo poco colorida qué era de noche.

En Sus Brazos Halle Mi Felicidad  - clones de hantengun x t/n. Where stories live. Discover now