⸙ Capítulo 9 ⸙ - Visita

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Debemos conseguir las llaves de la oficina del Alpha— ordenó Marilyn —Cueste lo que cueste. Y estoy segura están en la habitación del padre de Enid...

¿Cómo estas tan segura de que la Joya no esta en su oficina? susurró Wednesday.

Sin embargo, no notó el ligero nerviosismo de Marilyn ante la pregunta.

¿Dónde mas podría estar?

Ambas chicas se encontraban en la habitación de la pequeña Bruja, a la orilla de la cama. A penas la ojinegra sintió como Enid se fue sin decir nada al amanecer, salió corriendo de esa habitación en busca de su cómplice. Ambas se encontraban en la habitación, donde el desayuno traído por Ajax descansaba a su lado.

¿Sabes qué? No me quiero arriesgar, si nos atrapan en ese lugar y al final resulté que la bendita Joya no esté ahí, nos matarán— aseguró Wednesday, mirando como Marilyn tomaba todo el desayuno y lo dejaba caer a la basura —Eso se veía rico...

No quiero nada que venga de él aclaró —Me iré, y no quiero que... sufra. ¿Entiendes? Si no tenemos un acercamiento más afectivo, el podrá vivir y ser un lobo solitario por lo menos— se encogió de hombros —Encontrar a otra solitaria tal vez, y juntarse con ella.

¿Entonces Wednesday estaba condenando a Enid?

Respecto a la Joya, ¿no tienes algún... miro sus manos, buscando alguna palabra —... hechizo? Algo así como un rastreador.

A la pequeña Bruja le brillaron los ojos, y una sonrisa creció como la de un niño al que le acabas de proponer una guerra de globos de agua. Pero esta no le duró mucho.

Yo no puedo hacerlo conmigo misma Wends, necesito que contestes sinceramente a esto.

La ojinegra frunció el ceño confundida.

¿Qué pregunta?

La Bruja tomó ambas manos de la pálida chica, y cerró lo ojos. Parecía estar tan serena, pero a la vez alerta.

¿Qué es lo que más quieres en este mundo?

La pregunta la dejo aturdida, y trago saliva con pesadez.

Libertad.

¿Y que es lo que necesitas para conseguirla?

Lo pensó durante unos segundos, meditando su respuesta.

La Joya.

Todo se quedó en completo silencio, solo se escuchaba la respiración de la ojinegra, y el ligero murmullo de palabras que Marilyn decía entre dientes. Hasta que abrió los ojos, y levanto la vista hacia el rostro de Wednesday. Y con ligera delicadeza, soltó sus manos, las cuales se acalambraron al instante.

Está por llegar una visita— predijo Marilyn, levantándose de la cama —Esta hecho. Sentirás cuando estés cerca de la Joya. Enid estará muy ocupada con el visitante.

¿Un visitante?

¿Quién vendrá? la curiosidad le picaba.

Sin embargo, no obtuvo respuesta. Pues la Bruja solo se encogió de hombros con una media sonrisa.

((*))

Wednesday llevaba todo el día caminando entre los pasillos, en ambos pisos. Pero nada le daba una señal de que la Joya se encontrará cerca. Incluso entro a la habitación que compartía con su Mate, para asegurarse, pero nada. La situación le comenzaba a frustrar, y su cabeza tampoco dejaba de pensar en la inesperada "visita".

¿Quién podría ser?

Claro, tampoco es que Wednesday conociera a muchos, pero no planeaba quedarse con la duda.

Bajó al primer piso nuevamente, en busca de un aperitivo para calmar su ruidoso estomago. Pero se detuvo de golpe, cuando una sensación la embargo, se giró hacia las escaleras sobresaltada. Sentía como cada parte de su cuerpo se ponía en alerta, mas que adrenalina, parecía una excesiva carga de endorfina.

Subió los escalones de dos en dos, y su mirada viajaba de puerta en puerta hasta dar a una familiar. No notaba que había una gran sonrisa en su rostro al abrir la puerta, la cual se desfiguró totalmente al ver quien se encontraba ahí.

¿Enid?

La rubia se giró ante el sonido de la voz de su Mate, he intentaba inútilmente subir el cierre de su ceñido vestido. Era color beige, escotado y le llegaba por la mitad del muslo. ¿Iba a salir? ¿Porqué vestía así?

Oh, Hey Wednesday— saludó, y volvió su atención al espejo, mientras colocaba con destreza unas arracadas y un elegante collar de plata.

La ojinegra no entendía que le sucedía, Marilyn le advirtió lo que pasaría cuando la Joya estuviera cerca. Pero no tenía sentido, Wednesday había pasado por esta habitación.

¿Quieres que te ayude con eso? preguntó en un tono suave, apuntando al cierre de su vestido que se encontraba abajo, dejando la espalda de la chica al descubierto.

No quiero que sea molest...

Pero Wednesday ya se encontraba detrás de ella, haciéndole saber que no le molestaba en lo absoluto. No pudo evitar mirar la hermosa espalda de Enid, y como sus músculos se tensaban cuando la mano de la ojinegra hizo contacto con su piel.

Lo siento— se disculpó nerviosa, volviendo su atención al cierre.

Estaba tan concentrada en el cuerpo de la chica, que no notaba como Enid sonreía en el reflejo del espejo.

Ya está— avisó.

Gracias...

¿Hay alguna fiesta? trato de sonar lo menos curiosa posible.

No, solo... el nuevo Beta de una manada aliada. El Alpha me pidió escuchar lo que tiene que decir, así que organicé una improvisada cena en el comedor— Wednesday asintió, apretando los labios y bajando la mirada —Quizás quieras... no sé... acompañarnos en la cena.

¿Tengo que? no quería hacer parecer que le importará, aunque moría por estar ahí.

Enid suspiró, pasando la lengua por sus labios para humedecerlos, y comenzó a maquillar su rostro.

No, si no quieres no.

Veinte minutos pasaron en los que Wednesday se quedó sentada sobre la cama con un libro entre manos, repetía cada párrafo mentalmente ya que no ponía la suficiente atención por mirar de reojo como Enid arreglaba su cabello, como lucía mas alta con los tacones, retocando su maquillaje.

Alguien llamó a la puerta, y la rubia al dar el pase, una de las sirvientas asomó su cabeza por la puerta.

El Beta Austin ha llegado, Señorita Sinclair— avisó.

Bajo en un segundo.

Era increíble como el tono de voz cambiaba de ser tranquilo y dulce cuando se encontraba con Wednesday, a ser tan autoritario y demandante al dirigirse a alguien más.

La mujer asintió sin mirarla y se fue.

Si cambias de opinión estaremos en el comedor— se dirigió a la puerta, deteniéndose antes de cerrarla —¡Por cierto! Te compré un vestido, esta en el armario— parecía realmente esperanzada —Te veo más tarde, o si quieres dormir en otra habitación... también esta bien.

Y salió.

Wednesday no entendía el motivo por el tan drástico cambio que dio Enid, y sin poder evitar sus impulsos, salió casi a tropezones de la habitación detrás de ella. Parándose al borde de la escalera y notando el momento en que el joven chico de traje, conducía a su Mate del brazo hacia el comedor con una amplía sonrisa en su rostro.

Oh, claro que no. Esto no estaba pasando. ¿Porqué sentía esto?

Esperaba que ese vestido le quedará como un guante. Y así quien tendría la atención de Enid esa noche sería ella.

Y no ese chico.

⸙ LUNA ⸙  WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora