⸙ Capítulo 51 ⸙ - Cambios I

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((*))

Un tembloroso suspiro se deslizó suavemente fuera de los labios de Wednesday, rasposo y bajo. Sus manos se enroscaron con fuerza en el retazo de tela que Enid tenía por blusa, y que justo ahora la cubría demasiado para su gusto.

La respiración de la Alpha pareció alterarse notablemente con los sonidos de su Luna, curiosamente después del incidente con Keana Enid parecía no poder mantener sus manos lejos del cuerpo de Wednesday. Quería quitar cualquier rastro de esa Bruja fuera de ella, quería impregnarla de su propio olor, y a Wednesday parecía no molestarle para nada aquello. Más ahora con el cachorro en camino, su instinto posesivo y protector se había triplicado.

Enid— la llamó sin aliento, provocando que la Alpha pasara nuevamente su lengua por encima de la marca con movimientos hambrientos, estremeciéndola por completo.

Jadeó, separando sus labios ligeramente.

Jamás se sentiría completamente prepara para la oleada de sensaciones que esa acción traía consigo. Enid era la debilidad de la que jamás podría liberarse.

Un manto de placer puro la cubrió, la recorría entera surcando sobre su piel, viajando entre sus venas, haciéndole escuchar sus propias palpitaciones como un tambor en su cabeza, y rompiendo como una marea entre sus piernas.

Aún con su rostro escondido entre su cuello, logró sentir la triunfante sonrisa de la Alpha, ronroneando satisfecha; saco sus dedos de Wednesday con lentitud.

—Mía— proclamó, dejando un beso más en la barbilla de la ojinegra, subiendo a sus labios.

Wednesday quería moverse, enserio que lo intentaba. Pero estaba demasiado exhausta para hacer más nada. Solo asintió, sonriendo.

—Tengo sueño— murmuró con cansancio, entrelazando sus piernas desnudas con las de la Alpha una vez ésta se recostó a su lado.

Enid mordió su labio, encantada por la manera en que los ojos de Wednesday brillaban cuando miraban el amanecer entrando por la ventana, como se dilataban, y el azabache se asemejaba a un color grisáceo. Su cabello se extendía a su alrededor, contrastado sus ondas negras con las sabanas claras debajo de ellas. Un color carmesí trepó a sus mejillas al notar la íntima manera en que Enid la miraba.

Wednesday desvió la mirada, sintiéndose un poco intimidada. Aun así se impulsaba a sí misma a estar más cerca del cuerpo de la Alpha, buscando su calor, acurrucándose para volver a dormir.

El rostro de Enid se iluminaba maravillado, suspirando enternecida.

Sabía que no se levantaría hasta tarde, pues habían estado despiertas toda la noche. Así que la sujetó por las caderas para atraerla más contra sí, empezando a jugar con los mechones de su cabello, hasta que al fin la ojinegra se quedó completamente dormida.

Extrañamente Enid no se sentía cansada, ni mucho menos con sueño. Por eso cuando por fin notó lo absorbida que estaba Wednesday en lo que sea que estuviese soñando, se levantó con cuidado de la cama.

((*))

—Sabes que no nos guardamos secretos, Enid. Jamás.

—¿Secretos?— balbuceó Enid distraída, sin prestarle la más mínima atención a Yoko.

La pálida entrecerró los ojos, mirando la manera en que Enid se tomaba mucho tiempo en elegir un panecillo para Wednesday. La Alpha la había despertado para que la acompañase a la manada por unos asuntos muy importantes: Saciar sus antojos. Ya estaba perfectamente vestida, aunque su cabello era una maraña.

⸙ LUNA ⸙  WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora