Capítulo 40. Tensión

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—Daisy

— Deberíamos hacer pizza congelada — mostré un paquete de una pizza en el área de los congeladores.

— ¡Ohh! Suena bien — dijo Marina con el carrito de compras.

Puse la caja de pizza en el carrito y empecé a buscar los otros productos que se encontraban escritos en mi teléfono.
"Crema, leche, refrescos, tortillas y bolillos" repetí constantemente.

— No le des tantas vueltas, solo mira el teléfono — se río.

— Si, si — saque del congelador un galón de leche. Mire mi embarazo y pensé "Debería conseguir los pañales y algo de ropa."

— Vamos — le puso el chupón a Liam y avanzo con el carrito.

Caminamos por el supermercado hasta la sección de ropa, Mari empezó a ver algunos conjuntos para los niños y fisgonee por curiosidad.
"Ahora recuerdo que me encontré con esa idiota de Lucía, debí abofetearla. Que coraje."
Mire un chupón de color rosa, tome, lo observe un poco y lo puse en el carrito disimuladamente.

"Me pregunto si habrá ropa nueva" mire a Marina — Iré a ver la ropa, si encuentro algo que te guste te aviso.

Mari asintió y camine ha la sección de ropa para adultos, mire algunas prendas interesantes y tome algunas para revisar la talla. Seguí caminando hasta que unas camisetas de hombre me llamaron la atención y revise las tallas.

— Quizás ha Rafa le guste una de estas o ha Eduardo — mis mejillas se pusieron rosas — No, no, el casi siempre usa trajes muy elegantes. — creo que me puse mas colorada.

Seguí revisando los diseños y tallas hasta que un brazo se estiro por detrás de mi para agarrar una camiseta. Supe que estaba detrás de mi cuando sentí una respiración pesada y dijo — Disculpa.

Me gire para verlo "¿Eduardo?".

Detrás de mi estaba Eduardo, pero con una imagen muy diferente. Su mirada era ligeramente caída, su vestimenta era bastante casual con una camisa de cuello de tortuga, un chaleco azul oscuro y unos jeans negros con tenis.
No estaba sonriendo, parecía de echo un poco sobrio...

 Sonrío, pero esta parecía mas burlona que amistosa — Hola Daisy. Te veo bien.

Me hice a un lado — Si ¿Y tu? Veo que cambiaste de aspecto... 

Soltó una ligera carcajada — Un poco si ¿Me veo bien? — estiro uno de sus brazos luciendo su camisa de cuello.

Mire su mano "No había visto ese lunar" — S-si, te ves bien — me rasque atrás de mi oreja.

Siento que estoy escuchando una música muy mala... Una que escuche y no me había gustado antes, pero inevitablemente tengo que volver a escucharla.
 — Y... ¿Cómo esta Timmy?

— El esta bien, gracias — se acerco y me toco la mejilla — siguen siendo tan suaves.

Mire su mano de reojo, era su mano, pero se sentía como si no lo fuera tampoco. Trate de sonreír, pero creo que estaba mas cerca de ser una mueca tonta de payaso que una sonrisa amigable.

— Valió la pena los tomates de Late, para poder verte de nuevo.

"¿Qué? ¿Los tomates de Late?"

Aparto su mano de mi mejilla y siguió sonriendo — Ten un buen día Daisy, nos veremos mas tarde.

Tomo una camiseta sacándola del gancho y camino lentamente perdiéndose entre las demás personas que estaban por ahí.
"¿Ese es... Eduardo? Tiene que serlo, su cabello, su piel... Sus ojos."

Lagrimas de MargaritasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora