Capítulo 52: La oscuridad tiene un fin

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— ¿Ella se encuentra bien? — pregunto Daisy mientras tocaba su vientre.

— Esta perfecta, soporto todo como una guerrera — dijo la doctora — ¿Cómo sientes tu cabeza?

Toco su sien y esta tenia una curita sobre la herida — Me duele un poco, pero podría ser peor.

— Estarás bien, solo ten cuidado de no golpearte. — bromeo la doctora.

Daisy soltó una risa seca — Lo hare. — bajo su mirada y vio las palmas de sus manos — Ese hombre... ¿Vivirá?

Había pasado una hora desde que los que fueron heridos durante el secuestro llegaron al hospital. Farid fue hospitalizado por un impacto de bala en el hombro y otro en la entrepierna, tuvo que ser atendido de urgencia temiendo que el culpable se podría desangrar y morir antes de juicio.

La mujer dudo en responder, pero conociendo de quien se trata, hablo — Va a vivir, lo se. Quizás pierda algo por el disparo — refiriéndose a su parte baja — pero seguirá con vida.

Escuchar eso le dio cierta satisfacción a Daisy, mantuvo su expresión tranquila pero por dentro quería reírse de la desgracia de ese infeliz.
Agradeció a la doctora y cuando esta salió del cuarto, Eduardo entro con Timmy de la mano. Por suerte ya había sido atendido de sus golpes y el niño estaba ileso.

Daisy se emociono de verlos — ¡Eduardo! ¡T-timmy! 

Timothy con los ojos llorosos, abrió sus brazos y se acerco gritando — ¡¡Mamá!!

Daisy se levanto de la cama y rodeo con sus brazos al pequeño llorón que se acurruco en su hombro para seguir llorando. 

— ¡Mamá! ¡Mamá! ¿¿Estas bien?? ¿Tu cabeza esta bien? ¿Ruby no se lastimo? — preguntaba muy preocupado.

La mujer le limpió las lagrimas y toco sus mejillas — Estoy bien, Ruby esta bien... Estamos aquí y no hay nada que temer. — beso su frente.

Eduardo se acerco y acarició la espalda de su hijo — Tu mamá es fuerte y Ruby también, soportaron todo como verdaderas ninjas.

— ¿Ninjas? — pregunto divertida.

Eduardo se río — El ama las tortugas ninja.

Los dos compartieron risitas, pero Timothy seguía algo inquieto en los brazos de Daisy.

— Mamá... ¿Porqué mi tío hizo eso? — pregunto con lagrimas asomándose por sus ojos.

Se toco el pecho y sintió como cada latido se volvía mas pesado. Deseaba que Timmy nunca supiera que fue lo que le hicieron, quería esperar a que fuera mayor para tener el valor de contarle, pero sentía que era ahora o nunca para sincerarse.

— Ven Timmy — lo guio a la camilla del hospital y los dos se sentaron — Quiero que escuches cuidadosamente lo que te voy a decir, es importante para que entiendas lo que esta pasando.

Eduardo se acerco y se sentó al otro lado de su hijo; Timothy sintiéndose mas en confianza asintió.

Empezó con una pregunta — ¿Sabes porque no hablo del progenitor de Ruby? 

El niño busco una respuesta — Por que...  ¿No esta?

— En parte, pero la verdadera razón es por que es una mala persona. Las malas personas hacen daño a otras que son inocente. El me hizo mucho daño y lo siguió haciendo, incluso cuando me entere de mi embarazo no paro.

— Mi tío... ¿El también es una mala persona? — sus ojos volvieron a lagrimear — ¿Porqué nos lastimo? Si yo lo quería mucho...

Eduardo sintió como su corazón presionaba su pecho, el mas que nadie sabía cuanto cariño tenia su hijo por su único tío. A pesar de sus pasadas peleas y su tumultuosa relación, el de verdad quería creer que Farid sentía algo de aprecio por Timmy, incluso creía que podría protegerlo de cualquier peligro... Pero acabo siendo el mismo el peligro.

Lagrimas de MargaritasWhere stories live. Discover now