Capítulo 42. Decisiones

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— ¿Se me ve bien? — pregunte mirándome al espejo del baño.

— Si, esa trenza te queda bien.

Me reí — Bueno es lo poco que se puede hacer con cabello corto — me toque las puntas del cabello.

— ¿Se te acomoda bien el pantalón?

Observe mis pantalones de color negro que se ajustaban a mis "nuevas medidas" — Si, parece que ella esta cómoda.

— No puede ser que vas para cuatro meses y ese bultito apenas es perceptible. — sonrío con mucha ilusión — Ojala sea tan fuerte y sana como Nico.

— Verás que si, parece que las nenas de la familia Sentry son pequeñas, pero muy fuertes. — exclame con orgullo.

— ¡Bueno! Ahora ve, se te hará tarde y probablemente ya este de camino — me empujo un poco afuera del baño.

Volví a reírme — ¡Voy! — me acomode los zapatos y baje las escaleras.

— Por suerte sigue durmiendo — refiriéndose a Rafael — Cuando se despierte ya no estarás — río.

— Buena idea — me acerque a los percheros de la entrada y tome mi bolso.

Unos dos toques a la puerta nos llamo la atención y al abrir la puerta me encontré con Eduardo vestido de forma mas casual junto a Timmy que llevaba puesta una sudadera de las tortugas ninja.

— Buenos días — saludo Eduardo con una sonrisa y me entrego una flor.

La tome y la observe, era un clavel — Buenos días a ustedes, es muy bonito.

Timmy se acerco a abrazar mi cintura — ¡Buenos días Daisy! ¿Te gusto el regalo de mi papá? ¿Verdad? — estaba sonriendo bastante.

— Hola — me reí — si me gusta mucho, gracias — acaricie su cabeza. 

Una risita vino detrás de mi — Bien~ — dijo Marina — entonces nos vemos en un rato, pásenla bien.

— Gracias Marina — dijo Eduardo.

— Nos vemos mas tarde — le guiñe el ojo en confianza.

Se despidió con la mano y cerro la puerta.

— Bueno vamos — asegure mientras caminaba directo al auto de Eduardo.

Los dos me siguieron al lado, nos metimos en el auto y Eduardo manejo hacia el restaurante que por suerte no estaba muy lejos.
Cuando llegamos vimos que el lugar estaba lleno por dentro y decidimos pedir una mesa afuera a pesar de que aun asía un poco de viento fresco.

Timmy tomo su silla primero y dejo que me sentara al lado de su padre, ambos estaban emocionados, sonreían felices. La mesera se nos acerco para saludarnos y entregarnos el menú, saco su pequeña libreta de notas.

Eduardo y Timmy observaron el menú con miradas pensativas, el mismo ceño fruncido y la boca torcida en una N minúscula. Sonreían igual y su proceso de pensamiento también, como dos gotas de agua.

— Bien vamos a pedir algo de beber — miro a Timmy — ¿Qué quieres beber hijo?

— Jugo de manzana papá.

— ¿Daisy? — me miro con una suave sonrisa.

Revise brevemente el menú — Un jugo verde.

Asintió y miro a la mesera — Yo pediré un café americano.

La mesera anoto todo rápidamente y se excuso para irse adentro.

— ¡Papá quiero hot cakes con mucha miel!

Lagrimas de MargaritasWhere stories live. Discover now