Capítulo 9:

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《 Destinos entrelazados》

Sorprendentemente hasta el aire se sentía diferente, aunque ya no era una mafiosa, una parte mía extrañara serlo. Los extrañaré a ellos, a mis amigos.

Ahora otro peso diferente pesaba en mis hombros, la preocupación y ansiedad me consumían. Por fin iba a conocer a mi hermano.

Mi hermano.

Seguía sin creerlo, yo...cada vez que pienso en ello me entran ganas de llorar, pero por alguna razón siento que estoy cerca y lejos al mismo tiempo. Siento que cuando lo encuentre, él se decepcionará de mí.

Tengo terror, tengo miedo. Tanto que me hiela la sangre, tengo miedo de qué hasta con él sienta ese rechazo, esa indiferencia. Siempre me sucedía, sin importar dónde estuviera, con quién o qué hacía, siempre me entraba ese pensamiento de la nada, ese sentimiento de no pertenecer a ese lugar, ese momento en dónde solo paras durante unos instantes y te pones a escuchar a tu alrededor, a notar lo que antes dejabas por sentado, en donde me doy cuenta que realmente soy insignificante, qué bien podría desaparecer y nadie notaría.

Desde siempre sentía, que sí me callará lo suficiente, que si me cerrara lo suficiente y me alejara, podría desaparecer. Y nadie lo notaría. ¿Cómo lo sé?, porqué nadie notó cada vez que desaparecía aún estando a sus vistas, cómo me veía morir y ellos sonreían. Me vi esconderme de todos, por el saber que verdaderamente a nadie le importa lo que siento, que mi existencia no tiene sentido, pero lo peor era entender que la de ellos tampoco, pero ellos podían tener ese vínculo social, ellos podían ignorarlo y ser felices. Tal vez, mi mente me jugaba malas pasadas, tal vez simplemente no era como ninguno de ellos, tal vez pasé tanta vergüenza en mi vida que prefería desaparecer, pero anhelaba tanto ese algo especial que me dolía quererlo. A veces, hasta cuando me siento feliz ese sentimiento vuelve, como si estuviera gritándome que no merezco ser feliz, no merezco reír, que todo lo que cometí me debe encadenar, que todo lo que pase me debe superar y aplastar.

Simplemente sentía el rechazo, uno por ver las cosas diferente, por sentirme diferente. Nadie me rechazaba en sí, pero se sentía como si el mundo me rechazara, y cada acción de las personas que me rodeaban solo aseguraba que aceptaría ese hecho. De que me veo como ellos, pero no soy como ellos. Mi mente dolía de tanto pensar, mi corazón se iba a aplastar de todos los sentimientos que iban hacía él; tan agobiantes.

¿Algún día podré ser feliz? ¿Algún día habrá un sentido para serlo?

Por alguna razón a mi mente entraron recuerdos de mí y Chuuya mirando películas de terror horribles, dónde él tenía más miedo que yo pero no lo aceptaba. Cómo me burlaba de él. Recuerdo cómo él robaba caramelos de naranja de mi bolsa de caramelos pensando que no sabía. A mi mente entraban muchos momentos así.

También recordaba la calidez de los abrazos de Gin, las bromas de Tachihara y el sentimiento de sentirte cuidado cuando estaba con Hirotsu.

Sin saberlo, la presión en mi pecho disminuyó. Y la sustituyó una calidez similar a los cálidos rayos de sol que calientan cuando uno está frío, se sentía como la caricia del sol que te cae en el rostro. Era una bocanada de aire fresco que revivía mi cuerpo dándole más vida.

Nakahara, seguro estarás enojado conmigo por cómo te dejé está vez.

Solamente sonreí, más no seguí pensando en ello, no sabía cuando lo vería, pero sabía que algún día nos volveremos a ver. Y parecía que sería pronto.

Eleve mi mirada al cielo, hoy estaba despejado. Mi sonrisa se amplió, y decidí tomar camino a la tienda de dulces a la que voy siempre.

Y qué será la clave para todo. Es el lugar en dónde todos los hilos se conectan, o mejor dicho a quién se conectan.

Еclipse  ||| Chuuya x Oc |||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora