Еclipse ||| Chuuya x Oc |||

Capítulo 11:

《¿Qué es ser noble? Yo sé que el dolor es la única nobleza que me pertenece》

(Narra Akira)

Tan lejos y tan cerca lo sentía al verlo a mi lado, mirando a cualquier lado menos a mí. A pesar de ello, un gran peso desapareció de mis hombros al saber que él me aceptaba (en cierta medida),  aunque el hecho de que todavía tenía algo de miedo llamarlo "hermano" ya habla de por sí, supongo que es porqué recién nos conocemos, esperaba con todo el corazón ya poder decirle con libertad hermano, poder al fin sentir que tengo algo.

Por dentro me cuestionaba el porqué quería algo, si ni sabía qué era exactamente lo que quería. ¿Cariño?, lo obtuve de mi tía. 

¿Amistad?, antes solo podía desear con sinceridad una pero obtenía falsedad a cambio, pero recordando a mis amigos de la Port Mafia esa parte lastimada de mi corazón comenzaba a sanar, aunque no lo aceptara, aunque una parte mía estaba tan conforme con el sufrimiento que me hacia seguir desconfiando y esperando que llegue ese final malo que siempre llegaba a mis "amistades".

¿Reconocimiento o fama?, no lo necesitaba, pero no podía negar que daba una sensación de poder, tal vez sea un sentimiento bueno; me gustaba, el vivir en la Port Mafia me comenzó a gustar el que me teman, el reconocimiento. Pero este hecho no me ha nublado el juicio, aunque muchas de mis decisiones no fueron las mejores pero no pasaban por alto mis principios, sin importar lo mediocres que fueran.

No sabía qué quería en mi vida. Pero pensaba que el querer algo sinceramente me haría igual a ellos, sería una persona, estaría viva; verdaderamente viva. Quería creer que mi deseo era encontrar a mi hermano, tal vez es egoísta esperar que una persona me resuelva todo. Me sentía como una estúpida, cómo aquella vez.

Cuando por primera vez me arrodillé y comencé a rezar, rezaba sin parar como una tonta, esperando salvar a Mila; mi perrita que creció conmigo pero falleció por cáncer, rezaba todo el tiempo. Pero mis oraciones no eran escuchadas, el día de su muerte le escribí un poema, en aquellos tiempos mi habilidad salía escasas veces y esa fue una de esas, en dónde a causa de mi habilidad creció mágicamente un árbol lleno de flores amarillas, tal como decía el poema la recordaría en cada flor de lapacho amarilla que siempre solía arrancar y a ella le gustaba masticarlas por alguna razón.

Como tampoco cuando rezaba mientras lloraba tras escuchar los gritos en casa,  para que la tía obtenga un buen trabajo y no tenga que trabajar en tres trabajos en dónde le pagaban miserias, sufriendo enferma pero cuidandome y trabajando. Solo pedía que tengamos dinero suficiente para que ella deje de sufrir, para que esté más feliz y deje de descargarse en mí. Era demasiado doloroso el pensar que sin mí, ella no perdería su juventud, ella no estaría enferma, tampoco hubiera muerto.

Esperar obtener algo de alguien más allá de uno mismo es tonto. Pero yo era una tonta, y lo sigo siendo, una niña tonta que buscaba la calidez y protección de su hermano mayor.

Para poder tener una oportunidad de conocerlo mejor quiero ingresar a la Agencia. En mi corazón creció un brote de una semilla de esperanza, ¿qué tal si encuentro mi sentido en la vida?. Según lo que me había dicho Chuuya, mi hermano decidió cambiar su modo de vivir, ¿podré yo también cambiar el mío? ¿sabré cómo es vivir de verdad?.

Tenía miedo. Pero la confianza no se retiraba, ni siquiera cuando mi hermano me ignoraba mientras el presidente Fukuzawa me fulminaba con la mirada analizandome de arriba a abajo. No era la primera vez que enfrentaba a líderes fuertes y poderosos, no era la primera vez que enfrentaba a hombres que pensaban que tenían el poder, ninguno de ellos ganó contra mí, ya ni hablar de darme miedo. Algo que agradecía a la Port Mafia, era que me enseñaron qué era lo que valía, mi egocentrismo subió a tal nivel que simplemente me daba pena lastimar a personas menos fuertes que yo; no se trataba de bondad, no era Dios para desprender bondad, era una chica que solo quería proteger lo que tenía y lo demás le era indiferente.