Capítulo 24: El reino de las estrellas

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La brisa es cada vez más calida. Los árboles con sus vivídos colores y pronto sus frutos. El verano está próximo.
Desde el techo, sentada con las piernas cruzadas. Una libreta y un bolígrafo entre los dedos. Golpetea las hojas en blanco con la punta del bolígrafo.

-¿Qué vas a escribir? -aparece Pinky.

-No lo sé. Tengo que decir unas palabras a toda la escuela. No puedo creer que me eligieran. Estoy un poco nerviosa y, no sé bien que decir.

-Bueno, puedes decir como es la experiencia de ir a la escuela.

-Tal vez.

En eso recibe un mensaje de su abuelo. Necesitaba que fuera al reino de las estrellas.

***

Se dirigen en el Viajero. Observando las luces en el vacío de espacio. Eso muestra que no está tan solo, hay pequeñas compañías. Cherry se acerca al verla pensativa.

-Entonces, ¿te eligieron para dar el discurso de despedida?

-Eh... Sí.

-¿Cómo te sientes?

-Algo nerviosa la verdad, y no sé bien que decir.

-Bueno, eso es normal. Tú tranquila, solo di lo que hay en tu corazón.

-Ok -sonríe aún con confusión -Y... ¿Qué tal le va con...? -trata de cambiar tema.

-¿Quién?
-Con Bernardo. Los he visto charlar. Marco dice que a veces sale.

-No tenemos nada.

-¿Por qué?

-Nunca hubiéramos avanzado. Además, él no sabe que soy de la Tierra.

-¿Por qué guardan ese secreto?

-Una razón que en su momento tendrá respuesta.

-Vamos al reino de las estrellas -Marco busca por la ventana -¿Dónde está?

-¿Has visto una enorme estrella cerca de la Luna?

-Sí.

-Ahí vamos. Está un poco más lejos que la Luna.

Al mirar por la ventana, ven una gran plataforma brillante. En ella se encontraba toda una ciudadela y un hermoso palacio plateado. Todo estaba protegido por un domo traslúcido que los protegía del frío del espacio.

Aterrizan dentro. Los recibe la princesa Linda. Acomoda su coleta clara y rubia de lado. Peina su fleco que cubría más de la mitad de frente.

-Bienvenidos, un placer conocerlos.

-Un placer también.

-Que bueno que han venido. Como saben los recolectores han intentado robarse los diamantes. Necesito que me ayuden a encontrarlo.

-No te preocupes. Te ayudaremos.

-A pesar de que nos encontramos lejos del planeta no significa que estemos fuera de peligro.

-Es cierto. Vamos.

Pasan por la ciudad. Algunas construcciones en espiral, ondas, elipses y ovoides con su propia luz.
Pero, lo que más les asombro era la cantidad de estrellas que había allí. Eran unas pequeñas esferas de luz de varios colores que al tocarlas eran tan esponjosas como el algodón, claro eran las jóvenes. Volaban y jugaban con las personas.

-¿Esas son estrellas? -pregunta Marco asombrado.

-Algo así -responde Linda -Vienen de visita y hay lugar donde reciben cuidados y pueden descansar cuando vienen. Dicen que vienen de Celístia.

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