Epílogo

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-Princesa Anina Sparkle...

La habitación con amplias ventanas de cristal por donde se introduce la luz de la tarde. Las paredes blancas y lámparas adornadas de oro. Una larga alfombra atraviesa por la mitad desde la puerta de entrada subiendo los escalones hasta donde está el trono. Este bañado en oro con cojines en el asiento y la espalda.

Se encuentra llena. Todos elegantes con vestidos esplendorosos y trajes llamativos. Los camarógrafos en primera fila grabando la coronación.

-¿Promete proteger y gobernar con justicia y bondad al reino Starlight? -Ed coloca sobre su cabeza una corona de oro con un rubí en el centro.

Da la vuelta admirando la multitud. Sabe que todo el mundo la observa. A diferencia de otras ocasiones, no tiene miedo. Está segura de lo que hace.

Sabía que llegaría a este punto de mi vida. Tenía miedo. A fallar. No ser lo suficiente. Pude haber renunciado. Después de todo... Daré lo mejor por este mundo.

-Yo prometo proteger, cuidar y gobernar con justicia y bondad al reino Starlight como princesa heredera.

Los aplausos hacen retumbar la habitación.

Avanza tomando asiento en el magnífico trono. Acomoda su amplia falda con olanes de su vestido rosado con escote recto con pedrería en el borde sin mangas.

-¡Nuestra princesa! ¡Sí! ¡Nuestra bella princesa!

Toma aire poniéndose de pie.

-Desde hace siglos, este reino ha gobernado y protegido este mundo. Nos unimos como uno solo. Mi punto es restaurar el nombre original de este reino que no será más el reino Love sino el reino Celístia donde las estrellas nos dieron una luz de esperanza.

Hoshi se posa sobre la cabeza de ella deslumbrando el lugar.
Las personas aplauden de alegría.

Por la noche, la música en el gran salón de baile hace a todos moverse a su compás.

Anina sale al balcón. Observa el cielo nocturno con una inesperada lluvia de estrellas. Brillante. Era como si bailarán para la ocasión.

Ojalá estuvieras... Estuvieran aquí.

-Anina -voltea y era William -Digo, alteza.

-Vamos, William. No es necesario.

-Está bien -se coloca a su lado -¿Qué haces aquí sola?

-Me gustan estos momentos. Además, mira.

-¡Especies! Nunca vi una tan magnífica.

Unos minutos de silencio pasan.

-¿A qué venías? -pregunta con sospecha.

-Bueno, alteza, quería invitarla a bailar si me lo permite -se inclina extendiendo su mano.

-Claro. Será un placer.

Sujeta su mano. Ambos entran al salón.

***

En un lugar en medio del océano. En donde la penumbra no permite la luz.

-Se acerca el momento.

-Sí, mi señor.

Esto no ha terminado...

Starlight IIWhere stories live. Discover now