El Amor Todo Locura.

155. JUSTICIA DIVINA.

Canalizo, o al menos lo intento, toda mi rabia. En los últimos tiempos estoy tratando de hacer un trabajo interno conmigo mismo para no perder los estribos aunque en algunos momentos me haya sido imposible llevarlo a cabo. Mi impulsividad no es ningún secreto y me ha traído más problemas que alegrías. Ya no soy un niño, tengo trentaisiete años pero eso también es un aliciente para que sienta más dolor si cabe cuando le hacen daño a mi entorno, cuando se trata de Sanem o de nuestro niño ese dolor se multiplica por mil.
-Can: ¿Puedo quedarme las fotos para que las vea Sanem?

Le pregunto a mi abogado dejando la última foto sobre la mesa donde Baris y el fotógrafo salen sonrientes y orgullosos de su buen hacer.
-Kadir: Claro, son para tí.
-Can: Es evidente que lo que este sinvergüenza quiere es cansarnos, como Sanem lo ha rechazado quiere jodernos la existencia. Ojalá mi paciencia no nuble mi razón y pueda ver con mis propios ojos como se hace justicia.
-Kadir: Que lo siga intentando si tiene cojones, Can. Con estas fotos y alguna más que saldrá, muy a nuestro pesar, vamos a meter una puntilla más en la denuncia que le vamos a interponer por el acoso que está cometiendo.
Además de esto también hay vídeos para contrastar la fecha en la que lo hemos pillado. No sé si servirá de mucho pero sería bueno que se llevase un escarmiento público, sería ejemplar para que otro gilipollas de su calaña se lo piense antes de vulnerar los derechos de dos personas como ustedes.

Me quedo sorprendido al escuchar cómo Kadir se ha expresado. Si no lo he entendido mal mi abogado ha querido decir en pocas palabras que si por medio de la justicia no logramos lo que queremos usaremos su misma táctica y haremos pública, no sé todavía de qué forma, toda esta persecución hacia nosotros con pruebas que verifiquen su asquerosa azaña.
-Can: ¿Sabes qué es lo peor, Kadir? Me estoy jugando seguir en este proyecto, ni siquiera lo he empezado y ya he recibido una llamada de atención de la productora. Nunca me habían dado un tirón de orejas así, necesito estar totalmente concentrado para poder estudiar y rendir con lo que se me pide pero sabiendo este tipo de cosas me enveneno aún más.
-Kadir: Tú no te preocupes por nada. Has hecho bien en firmar ese acuerdo, ellos necesitan seguridad por tu parte, pero estoy seguro de que no van a dejar bajo ningún concepto que te caigas del proyecto. Sigue manteniéndote alejado de la prensa, tu cuñado y yo nos encargaremos de todo.

Kadir se levanta del sofá y me estrecha la mano. Lo acompaño a la puerta y entro de nuevo en casa para servirme un poco de agua. En teoría Sanem me dijo que el evento duraría un par de horas pero ya han pasado más de tres y no ha llegado, miro mi teléfono móvil pero no me ha escrito. Como ya no voy a poder seguir estudiando enciendo la tele, casi media hora más tarde escucho como un coche se aparca por fuera de la casa y aparecen unos segundos después Sanem y Alper.
-Sanem: Hola amor.

Después de colgar su bolso Sanem se desliza por el sofá y me besa en la mejilla, mi cuñado me choca la mano y se queda de pie.
-Can: Kadir nos ha traído un regalito.

Digo señalando el sobre marrón. Sanem lo abre y saca las fotos para según las va viendo pasárselas a su hermano.
-Alper: ¿Con que amigo de la prensa? No sé por qué no me sorprende...
-Can: Sanem, ese es el que nos sacó las fotos en el muelle.
-Sanem: No sé quién de los dos me produce más asco.

Dice dejándolas con aborrecimiento sobre la mesa.
-Sanem: Pero si supieras lo que acabamos de vivir no te lo creerías.
-Alper: ¡Ni en los proyectos que has trabajado hay una trama de esta envergadura!

Añade mi cuñado con un gesto que no sabría describir.
-Can: ¿Qué ha pasado?
-Sanem: La mujer de Baris se ha presentado en el evento, con mi libro en la mano creyendo que teníamos algo. El muy sinvergüenza le dijo que el libro se lo regalé yo cuando descubrió su escondite.