III

88 5 2
                                    




Salí a dar una vuelta con mi hermano. Me percaté de que en un parque que había estaban poniendo un escenario.


-¿Y eso? - Le pregunté a Len extrañada.

-No sé, me suena haber leído que vendría alguien conocido por la zona, puede ser que tenga algo que ver.

-¿Conocido?

-Pregúntale a Aisha, creo que está más metida en el tema.


Había gente con mucha prisa organizando cosas, mientras que otros se tomaban su tiempo. Nos sentamos en un banco para pasar el rato. Pasamos bastante tiempo hablando, si estabas con Len no te aburrías jamás, era algo que me encantaba de él.

No tardamos mucho en llegar, sobre todo porque a Len se le ocurrió hacer una carrera -en la que por supuesto ganó él. Yo era de todo menos rápida.-. No había nadie en el salón, Aisha estaba en su cuarto y no le apetecía bajar así que me quedé con Len. Mis padres no estaban, tenían la manía de irse sin avisar y si avisaban lo hacían 10 minutos antes de salir. Aunque tampoco me importaba mucho, ya estaba acostumbrada, y con mis hermanos tampoco es que nos aburriéramos mucho.

-¿Te apetece cenar algo?- me dijo Len yendo a la cocina.

-Sí por favor, me muero de hambre.

-¿Cocino algo?

-Prefiero pedir una pizza.

-Vale pero llamas tú.

-¿Me estás vacilando? Que vergüenza.

Len marcó el teléfono y me lo dio. Maldecí en voz baja, a el no le daba vergüenza llamar porque ya lo hizo varias veces, solo lo hacía para molestarme porque sabía como me ponía.
Agarrré el móvil, al segundo pitido alguien respondió, hice la orden lo más rápido que pude, colgué y busqué a Len con la mirada. Estaba detrás del sofá, cogí una almohada y me giré para lanzársela a la cara, no le dio tiempo a esquivarla y le dio.

-¿Te he dicho que estás muy mona cuando te enfadas? Te pones roja como un tomate.- dijo mientras se reía y se acercaba a mi para pasar la mano por mi cabeza y despeinarme.

-Te detesto.- me crucé de brazos y giré la cabeza haciendo el amago de no querer saber nada de él.

Se sentó a mi lado pasando un brazo por mis hombros. Era imposible enfadarse más de cinco minutos con él, era muy mono, con razón era mi hermano. Me tumbé poniendo la cabeza en sus piernas. El repartidor no tardó más de cuarenta minutos en venir. Cuando escuché el timbre fui a poner la mesa. Le abrió Len, pagó y trajo las pizzas a la mesa.

-Pizza barbacoa, que rico. - dijo al ver la comida.

-Mis gustos son inigualables.

-No te lo niego.

Estuvimos comiendo y hablando sobre cualquier tontería que se nos pasara por la cabeza. Después cada uno dejó su plato en el fregadero, era bastante de noche y hacía mucho calor.

-¿Nos metemos en la piscina? - comenté nada más dejar mi plato.

-Has perdido la cabeza.

-venga va.- dije alargando la a.

-Me voy a arrepentir de esto.

Hice un gesto de victoria y fui a mi cuarto para coger mi bikini verde con piñas y cambiarme. Estuve buscando una toalla pero no encontré ninguna, al final opté por colarme en el cuarto de Aisha mientras dormía - no había quien la despertara, ya podían pasar 7 huracanes que ella seguiría durmiendo superagusto- para robarle una. Abrí el armario con cuidado, cogí una que tenía el dibujo de una bandera que no sabía distinguir, suponía que sería de algún país al que fuimos anteriormente de viaje. Salí despacio cerrando la puerta, y me dirigí fuera.

No hacía frío, era una temperatura media. Len ya estaba con el bañador esperándome. Está mal que yo lo diga porque es mi hermano pero estaba muy bueno. Me puse a su lado preparada para meterme en el agua, pero al meter un pie me arrepentí, estaba congelada. Len me vio, vino hacía mi y le vi las intenciones.

-Ni se te pase por la cabez..- no me dejó terminar porque ya me había cogido de piernas y espalda dirigiéndose al borde de la piscina. Pero yo era más inteligente, o eso creía.

-Una... Dos... y...- cuando dijo tres vio que me aferré a su brazo como si mi vida dependiera de ello e hizo que me tiraba al agua pero no llegó a tirarme. Cuando me relajé y me solté fue cuando me tiró de verdad.

-¡DIOS MÍO ESTÁ CONGELADA LEN!

-Ha sido tu idea.- dijo canturreando.

Salí del agua y le rodeé con los brazos, no tenía muchas posibilidades de tirarlo al agua porque me sacaba mínimo dos cabezas pero por lo menos lo intenté. Al final acabó tirándose porque no le quedaba otra. Pasamos en el agua por lo menos veinte minutos. He de decir que pese al frío que nos dio después nos lo pasamos bien.
Salimos y nos envolvimos cada uno con su toalla. Después yo fui a mi habitación y el a la suya. Me di un largo baño, sería de madrugada ya pero no tenía mucho sueño, en los pocos días que llevábamos ahí me acostumbré a un mal horario. Ese día no me sequé el pelo porque mi hermana estaba durmiendo y no la quería molestar, llevaba un par de días bastante cansada. Así que salí, me puse mi pijama y me acosté. Me quedé un rato mirando el móvil, cuando de repente me llegó una notificación.

"Número desconocido
Ten cuidado de con quien te juntas"

No era una persona que le diera muchas vueltas a las cosas, pensaba que alguien me estaría gastando una broma, así que para ahorrarme conversaciones bloqueé el número y seguí mirando Instagram.
Me llegó un mensaje de Charlotte, mi mejor amiga.

C- Tía, me he enterado de que Steve Kent va a ir al mismo pueblo en el que estás tú ahora.

D- ¿Quien es?

C- Dallie, a estas alturas no me puedo creer que no sepas quien es Steve. Es un modelo famoso que está buenísimo. Búscalo por internet, seguro que te suena.

Eso hice, lo busqué, tenía 19 y era muy atractivo. Tenía mucha fama, ya había asistido a eventos grandes y patrocinaba una marca muy famosa "Redpaw". Me metí en su cuenta de Instagram e hizo una publicación donde decía que iba a dar una conferencia justo en el mismo sitio donde vimos Len y yo que estaba montando el escenario. Le hice captura y se la pasé a mi hermano.

D- Imagen adjuntada
Misterio resuelto.

Me respondió al momento.

L- Interesante, ¿Quieres que vayamos a ver la conferencia?

D- Como veas, me parece bien.

L- luego me fijo en los horarios, me voy a dormir. Buenas noches enana.

D- Buenas noches.

Apagué el móvil y lo dejé cargando, me levanté para coger un libro y me volví a acostar. Me quedé leyendo durante un buen rato. Por un momento me dio por mirar por la ventana, estaba el vecino... ¿Anderson era? en el patio de su casa. Estaba tumbado en el césped con un portátil al lado. Me pareció extraño que estuviera tan tarde fuera, pero no le di mucha importancia. Seguí leyendo hasta que me dio sueño y me fui a dormir.
Me daba la sensación de que esos días iban a venir cargados.

Te Quiero Mucho MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora