Por toda la eternidad.

» Doce «

Arabella Montserrat.

Quisiera poder apagar mis emociones.

Quisiera poder dejar de sentir, dejar de amar y dejar de dar.

He tenido la mente en la luna estos últimos días, pero es estando ahí cuando me cuestionó quien soy en realidad, quien quiero ser y por qué no soy lo que quiero ser.

Es contradictorio, pero me gusta como soy, me gusta amar, me gusta dar, me gusta sentir...

Pero ese nudo atorado en mi garganta lo tengo desde que permito que se me pisotee, y es cuando me preguntó si los demás no están listos o no son capaces de recibir eso que soy, o si no es suficiente, o si simplemente no vale nada.

Quiero huir de mi realidad.

Quiero apagar todo el ruido de mi alrededor, y no sé en realidad que tan beneficioso sea eso para mí... No sé si así encontraré esa paz que tanto deseo, o me hundire más al escuchar mis crueles pensamientos en contra de mí.

Quisiera poseer la suficiente malicia para para detener a esas personas que intentan dañarme.

Pero ni siquiera sé reconocer esa palabra...

Pensar si quiera en la idea de hacer sentir mal a alguien más me destruye, a pesar de que esas personas me destruyan a mí.

Odio mi blando corazón.
Odio ser débil.

Pero esas personas que lastiman a los demás, solo reflejan como se sienten por dentro ¿No? Ellos están heridos.

¿Cómo podría ser yo capaz de herirlo aún más?

Está noche le llore a Dios, mientras le pedía ayuda y le suplicaba entre sollozos una solución. Me respondió que tuviese paciencia, que la solución ya vendría.

He decidido confiar.