» Cuatro «

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Wyatt Langford

Thomas es un completo imbécil.

Él y Nathaniel.

—Quiero ir a casa— fue lo que soltó Arabella dirigiéndose a Nathaniel después de lograr que todos se burlaran de Thomas.

—Bien, ¿Tienes dinero para un taxi?— Ella lo miro incrédula.

¿Que tan imbécil se tiene que ser?

—Sí, si tengo—simplemente dio media vuelta y empezó a caminar lejos de ahí.

—¿No te despedirás, linda?— preguntó el chico a su novia quien solo lo ignoro.

Rodé los ojos, no entiendo que es lo que detiene a Arabella de dejar a este tipo; Dios, esa pregunta me ronda tanto por la cabeza y por más que intento, no le hallo respuesta.

Se bien que no es el primer caso, pero en serio quiero intentar entenderlo.

¿Por qué les cuesta tanto a las chicas darse cuenta del valor que poseen y alejarse de quienes les hace daño?

—¿Que está sucediendo?— Carter, el hermano mayor de Asher, se acercó a mí y me tomó del hombro.

—Tienen drogas y andan ofreciéndolas— los acusé molesto. Él chico, que también es como un hermano mayor para mí, bufo- ¿Que vas a hacer?

—Wesley los llevará detenidos, a mi territorio no van a venir traer sus mierdas.

—¿Puedes hacer que los tengan ahí como por mucho tiempo?— pregunté con entusiasmo.

—¿Sigues enamorado como idiota de la noviecita de Nathaniel?— le dí una sonrisa mostrando todos mis dientes— Superala Wyatt.

—Ellos son compañeros de Lana— me referí a su novia— unos le pretenden, incluso el mismo Nathaniel una vez confeso que le atraía tu chica.

Su cara seguía igual, sin mostrar ninguna expresión. Claro, él sabe que todo lo tiene controlado y siempre lo tendrá.

—Me dan tristeza esos hijos de puta— se encogió de hombros— Wyatt, desde aquí estoy viendo a la chica pelirroja yéndose sola, este lugar puede ser peligroso, vé con ella y asegúrate de que llegue bien.

Giré y vi a Arabella, ya bien alejada, con el celular en la oreja, imagino que llama a un taxi.

—Mierda, claro, tienes razón— salí corriendo hasta donde estaba la pelirroja, no sin antes escuchar un: "y así pretendes enamorarla" de parte de Carter.

»¡Arabella!— llamé su atención, ella se dio la vuelta con el celular pegado a su oreja.

—¿Qué?— soltó molesta.

—¿Puedo llevarte a casa?

Que diga que si, que diga que si, que diga que si.

—No tienes que molestarte, estoy llamando un taxi— le quité el celular de la oreja y se quejo.

—Eso puede ser peligroso, mejor te llevo yo— con su celular en la mano empecé a dirigirme a mi auto con ella siguiéndome el paso a regañadientes.

Le había entregado la 4x4 a mi papá por lo que ahora tenía mi jeep . Fui hasta el lado del copiloto y le abrí la puerta, luego de que subiera, la cerré y subí yo.

—¿Me devolverías mi celular?— sonó tan molesta que incluso me hizo dudar de si era conmigo. Le devolví su celular y nos hundimos en un silencio que me desagradaba.

Pero entiendo su molestia, no es para menos la actitud de Nate.

—Colocaré música— le avisé y encendí el estéreo. Busque en la lista de canciones y me decidí por un clásico: Hey Jude.

Por toda la eternidad.Where stories live. Discover now