Capitulo I-Georgina.

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Querido cupido, si por algún motivo llegas a leer esto;

por favor

¡DEJA LAS MALDITAS DROGAS!

En aquel entonces debí alejarme y entender que quizás el amor no está escrito o diseñado para mi estilo de vida, bien sea; proyectos, metas o simplemente no estaba en sus planes. Cupido sabe cuánto anhelo una relación de cuentos de hadas, una donde me muestren interés no excesivo, se preocupen por mi bienestar, (no solo físico), hablo de mental, emocional o incluso económico si así se requiere. Tal vez una de esas relaciones donde te regalan rosas y cartas sin necesidad de ser un día especial. Estoy enamorado de citas a medianoche en un restaurante de lujos en medio de la ciudad o simplemente contemplando las estrellas, nunca me importó cuánto dinero podría traer una persona en su cuenta de banco, solo valido la compañía de un amor presente, donde respeten mi espacio, mi cuerpo, mi tiempo, mis sentimientos y a mí en consecuencia.

—estúpidos pensamientos—bufo entre mi inconformidad lanzando la pelota en dirección al cielo una y otra vez.

Me mantengo ausente, cautivo entre mis pensamientos mientras voy rumbo al aeropuerto, en esta ocasión, me toca volar con una de mis tripulantes favoritas; Georgina Paredes.

A pesar de siempre mantenerse firme en temas de trabajo, la verdad es que muy en el fondo es de esas personas dulces a quien no quieres soltar, le di un par de miradas en el transcurso del viaje aun cuando lleva puestos los audífonos seguramente pensando en todos sus problemas.

Son las tres de la mañana y ambos cargábamos un sueño de puta madre, problemas y crisis existenciales para regalar, sin mencionar; una vida amorosa para nada gratificante, al menos de mi parte, pero sé que ella tiene sueño.

Luego de pensarlo un par de días y un intento de relación fallida, decidí instalar Grindr, Tinder y cualquier aplicación de citas. De tal manera que dignidad para perder no tengo, dejé la aplicación perdida y sin esperanza alguna. << ¿Desde cuándo tan pesimista? >>

Al llegar al aeropuerto pasamos por la oficina por algunas cosas, luego nos identificamos con el respectivo personal de la DGAC; (Dirección General de Aeronáutica Civil), procedimos a buscar nuestra puerta de embarque en los monitores de cada torre, la cual indica la compañía, destino, numero de vuelo y puerta correspondiente, perdido en mi navegante mundo, me acerco a saludar a todos entre ellos los capitanes quienes casi siempre se encuentran verificando información del vuelo, planos básicos respecto a meteorologías, aeropuertos alternativos o condiciones de la aeronave, volamos en un

Airbus 320NEO.

Nos hicimos a un lado para hacer nuestro Brietfing de seguridad, una reunión que se ejecuta entre los tripulantes de cabina para hablar sobre temas referentes al vuelo, destino, cantidad de pasajeros, pasajeros especiales o con algún tipo de discapacidad (no discriminatoria), al igual que temas respecto a emergencias médicas, fuego, despresurización e incluso la posibilidad de pasajeros disruptivo o insubordinados. En conclusión, todo aquello que pueda alterar o perjudicar la seguridad del vuelo, Base y valor por la cual se rige nuestra compañía; LA SEGURIDAD. También mencionábamos temas relacionados con servicio al pasajero o incluso sobre nosotros mismos, verificábamos nuestra información de manera de saber si nos encontrábamos vigentes en el país, licencias aeronáuticas, periodo de descanso y bitácoras de vuelo.

Gio se caracteriza por tomarse su trabajo muy en serio, es impecable en todo sentido y mi mayor modelo a seguir dentro de la aerolínea. Elige las posiciones de cada tripulante, según su propio criterio, algunas líneas aéreas suelen hacerlo según su antigüedad, Jetsmart en cambio, da la libertad a sus jefes de cabina de elegir las posiciones según sus propios requerimientos, algunos se llevan a los tripulantes nuevos, otros en cambio simplemente a sus amigos más íntimos, insisto; "criterio". a pesar de llevar bastante tiempo en la compañía volábamos muy poco juntos por ello, en esta ocasión decidió llevarme adelante como tripulante número cuatro.

Ansiolítico; una cura para cupido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora