3: Evasiva

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La Comunidad Del Anillo ya había emprendido su viaje dejando atrás el gran castillo de Rivendel. Todos allí sabían que el viaje sería largo y agotador pero estaban consientes de que si no destruan el anillo la tierra media pereceria y el mal se adueñaria de todo y de todos.

Al ya llegar la noche, el grupo se detuvo a descansar mientras que los hobbits empezaban a preparar la comida.

—Caballeros, es un verdadero honor estar en este viaje con ustedes. -todos miraron al hobbit que comía tranquilamente.

—Pippin cierra la boca. -merry le pego un codazo pero pippin no se quedó atrás haciendo que empezará una discusión.

—Ya tontos, basta -Gandalf intervino separando a los muchachos. —Comportense como ya unos maduros y dejen las estupideces de niños.

Eva quien se encontraba apartada del grupo, miraba las estrellas apoyada en una roca digna de ser llamada "su cama". Estaba tranquila hasta que sintió pasos a su lado, no volteo puesto que sabía de quien se trataba.

—¿Por qué no estás con los demás? -tomo asiento a su lado.

—Prefiero estar sola y tranquila, se ve que allá había un alboroto. -contesto secamente sin despegar su vista del cielo.

—Mmm si, supongo que arruine tu tranquilidad y soledad. -se levantó dispuesto a irse cuando fue detenido por la voz de la castaña.

—Legolas. -el nombrado volteo a verla esperando que salieran palabras de la boca contraria, cosa que no pasó. De cierto modo se sintió decepcionado y algo triste pero solo dio media vuelta y se marchó dejando a la oji-azul completamente sola, otra vez.

Legolas sabia como era, un día puede ser la persona más amorosa de todo el mundo, y al siguiente puede ser la persona más distante y evasiva de toda la tierra media. Sin embargo, no se daba por vencido y cada que tenía oportunidad se acercaba a la castaña para poder pasar tiempo con ella. Porque por más que lo negara, la mujer le parecía atractiva desde hace ya bastante tiempo.

Por el lado de Evangeline solo miro el camino por el que antes se había ido el elfo, volvió a concentrar su vista en las estrellas y sintió algo raro en su pecho, como si algo la presionará pero a la vez era un sentimiento melancólico. No sabía el porqué se sentía de esa manera, pero suponía que tenía que ver con cierto elfo de cabellos dorados.

Al ya amanecer el grupo siguió su viaje a un ritmo moderado, descansaban cuando era netamente necesario y continuaban cuando ya habían recobrado fuerzas.

—Bien, alto aquí. -Gandalf detuvo al grupo mientras miraba hacia el horizonte eligiendo un camino. —Podríamos ir por Caradhras.

—O no, podríamos ir por las minas de moría, mi primo Balin nos recibiría como reyes. -el enano tomo posición al lado del mago. Gandalf negó.

—No gimli, el último lugar por el que iría sería por allí.

Y así dicho emprendieron su viaje a las grandes montañas nevadas.

El frío era de esperarse y la nieve cada vez era más y más llegandole a la cintura a todos los allí presentes, menos al elfo quien al ser liviano como una pluma caminaba normalmente por sobre la nieve sin siquiera hundirse un poco.

—Hay una voz siniestra en el aire! -alzó la voz para que todos pudieran escucharlo.

—Es Saruman! -al poco tiempo la montaña empezó a romperse haciendo que gigantes rocas empezar a caer en dirección a donde ellos se encontraban.

—Derribara la montaña! -Aragorn sostenía a uno de los hobbits quien casi cae.

—Debemos volver! -Eva trataba de hacer que el mago diera la vuelta pero este se negaba completamente. Empezó a gritar palabras al aire pero se detuvo al ver la nieve y rocas caer.

Todos se sostuvieron de donde pudieron pero Eva no tuvo la misma suerte y al caer una roca justo frente a ella hizo que el suelo se rompiera y cayera junto con el gran peso de la nieve.

—Eva! -Aragorn desesperado se acerco lo más rápido que pudo a donde antes había caído su hermana.

Legolas corrió quedando justo al lado del gran precipicio sintiendo como su corazón se detenía por la caída de la chica, no fue hasta que vio una mano justo en el borde y una voz que les grito.

—Si no quieren que de verdad caiga, ayúdenme! -Legolas fue el primero el tomar su mano y con la ayuda de Aragorn subieron a la castaña quien estaba cubierta de nieve.

—Por todos los dioses Eva -abrazo a su hermana lo más fuerte que pudo.

—Estoy bien tranquilo.

Legolas solo sonrio con alivio pero sintió algo liquido en su piel por lo que volteo a ver su mano que ahora tenia sangre de la chica.

—Eva tu mano. -preocupado se acerco a ella y tomó ambas manos viendo que tenían un gran corte que era el causante de toda esa sangre.

—Estare bien, un vendaje y listo. -quito sus manos de entre las del elfo y se abrigo a sí misma tratando de recuperar el calor.

Sintió alivio al sentir una capa sobre sus hombros y se giro a ver al propietario de esta.

—Gracias, pero no es necesario. -trato de quitársela pero el elfo se lo impidió negando con la cabeza.

—La necesitas mucho más que yo.

Solo le sonrio en respuesta y se acercaron al grupo quien había decidido ir por las minas de los enanos. Gimli era el más feliz de esa decisión.

Al salir de las montañas, todos, inclusive Gandalf, sintieron un alivio al sentir la calida brisa en sus rostros y ya no fue necesario el uso de tantas prendas.

Eva se encontraba guardando sus dagas cuando Boromir se le acercó.

—Diste un gran susto allá arriba. -rió ante las palabras del hombre frente a ella.

—No me digas que te asustaste, ¿miedo a perderme hombre testarudo? -Boromir levantó una ceja confundido.

—¿Testarudo? -la chica asintió.

—Créeme, tenia unas grandes ganas de cortarte la lengua en el concilio, pero agradece a mi ánimo en ese momento que fue quien lo impidió.

—Pues déjame decirte que mi idea no era tan mala. -reprocho, mientras miraba a la castaña.

—Era horrible. -ambos no pudieron evitar una risa que no pasó desapercibida por cierto elfo quien los observaba desde el momento en que Boromir se había acercado a ella.
Y no podía negar que se moría de celos al ver como el hombre la hacía reír.

—Disimula. -susurro Aragorn en su oreja e hizo que se ganará una mala mirada del rubio quien se dio media vuelta y se acerco a los hobbits dejando completamente olvidados a Boromir y Evangeline...

 -susurro Aragorn en su oreja e hizo que se ganará una mala mirada del rubio quien se dio media vuelta y se acerco a los hobbits dejando completamente olvidados a Boromir y Evangeline

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