Macao - Vegas - Pete

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Los disparos rompieron por completo el silencio del lugar, Macao trabajaba en su habitación y Vegas y Pete estaban en el despacho del más bajo ordenando papeles y organizando un poco el gran volumen de trabajo que tenían en esos últimos días. El silencio había gobernado por completo el lugar durante gran parte de la tarde, pero de repente el sonido de la puerta cayendo al suelo y disparos se apoderaron del lugar, provocando que los tres chicos salieran corriendo en dirección a la entrada principal del lugar.

Varios guardaespaldas con el uniforme de la primera familia habían entrado en casa, abriendo fuego, pensando que quizás había alguien defendiendo y protegiendo a la que una vez fue la segunda familia, pero para la sorpresa de esos hombres, solo lograr perforar paredes y romper cuadros, no había absolutamente nadie más aparte de los tres propietarios de la casa. El corazón de Vegas latía tan rápido como aquella última vez, recordaba el disparo que escuchó tras la puerta donde su padre había entrado persiguiendo a su hermano. Negaba con la cabeza, tratando de que su mente no se nublara con esos recuerdos y pensamientos, pero Macao fue más rápido y exigió una explicación ante todo eso.

Los guardaespaldas entraron sin hacer caso a los dos hermanos bajo la frase "hemos sido enviados a una revisión", ¿una revisión de qué? Los chicos no entendían en absoluto a que venía esto ahora, y Vegas se puso frente al que parecía ser el nuevo cabeza de los guardaespaldas, impidiéndole seguir entrando a la casa, no iba a permitir que nadie entrara de esas formas a su casa y violara su intimidad después de todo ese tiempo de supuesta "paz" entre bandos.

Pete tiró del brazo del más bajo, "No tenemos nada que esconder, Vegas, deja que lo hagan", la voz de Pete ayudó al chico a recuperar levemente la consciencia, Vegas lo miró y suspiró, haciéndose a un lado y dejando que entraran en el lugar. La última vez que hicieron algo así fue poco antes de la muerte de su padre, después de que volvieran a llegar rumores de que la segunda familia estaba estafando y vendiendo nuevamente información de la primera familia, una mentira más en su contra, esa última visita terminó en varios muertos, intercambio de disparos por todo el lugar y una herida abierta en el corazón de los dos hijos del líder de la segunda familia.

Aquella última vez habían entrado en plena noche, todos estaban durmiendo y fue la primera vez que Macao desobedeció las indicaciones de su padre y su hermano y decidió contraatacar a su lado, pero a cambio les costó varias noches en vela, temiendo que algo así pudiera suceder de nuevo. Para aquel entonces, los rumores habían sido reales, pero nunca habían podido encontrar absolutamente nada en su contra o que pudiera demostrarlo, por lo que se fueron con las manos vacías, esta vez pasaría exactamente lo mismo.

Vegas se sentó en una de las sillas del comedor, Pete apoyaba sus manos en los hombros del más bajo, mientras Macao sentía como la sangre desaparecía de sus manos por culpa de la rabia que sentía ante esa situación, estaban cansados de que siempre los trataran de esa forma, siempre eran los malos, alguien en quien desconfiar, incluso cuando ya estaban completamente indefensos, sus hábitos habían cambiado, no tenían guardaespaldas en su casa, solamente ellos, no necesitaban vigilancia ni protección, porque debían seguir siendo en blanco principal de su tío.

Las piernas de Vegas no dejaban de temblar y Pete sentía que no podía hacer absolutamente nada para calmar al chico, no podía porque entendía que estuviera cabreado, incluso su propia sangre ardía en rabia por tener que vivir esa escena nuevamente, después del supuesto acuerdo de paz que el mismo Khun Korn firmó con ellos tras la muerte de Khun Kan. Escuchaban como los guardaespaldas tiraban cosas al suelo, incluso podían escuchar como había cosas que se rompían por completo al golpear el frío suelo del lugar. Fue en ese momento en el cual Macao lanzó la pequeña figura de madera que había en la mesa donde se encontraban al suelo, llamando la atención de todos los guardaespaldas, incluso los que estaban en las habitaciones y otros pisos bajaron corriendo a ver qué sucedía.

El sonido de las armas apuntándolos hizo que Vegas y Pete se colocaran por delante de Macao, "¿En serio van a disparar contra personas completamente indefensas? No tenemos armas encima, ¿en qué posición dejaría eso a los guardaespaldas de la primera familia?", Pete fue quien se atrevió a hablar, sus antiguos compañeros lo miraron sorprendidos, verdaderamente ese chico había sido capaz de "traicionar" a su jefe, al mismo que confió tanto en él y le ofreció todo lo que pudo y más. Vegas lo miraba sorprendido, Pete se había puesto frente a ellos, defendiéndolos, como nunca nadie había hecho antes por ellos.

Las manos de Macao se aferraron a la camisa de Vegas por la espada, el mayor podía sentir como ese agarre temblaba levemente y se giró abrazando a su hermano, "Prometo que pondré fin a esta maldita desconfianza hacia nosotros, Macao". Ambos mayores estaban cansados de ese sentimiento de desconfianza con el que todos en la primera familia les miraban incluso ahora, después de todo lo que sucedió. "Váyanse ya, por favor, no hay nada que seguir buscando". Pete señaló la puerta y los acompañó hasta ella, abriendo esta para que pudieran salir, los guardaespaldas dudaron unos minutos e intentaron justificarse para que no los echaran, pero Pete les repitió las palabras con un tono aún más frío que el anterior, empezando a sonar amenazador y, aunque ya no fuera parte del equipo, todos seguían respetando a uno de los guardaespaldas superiores de la primera familia.

Cuando volvieron a estar solos, el ruido de Vegas y Macao cayendo de rodillas al suelo alteró las pulsaciones de Pete, el cual corrió hacia ellos y los abrazó con fuerza, ambos chicos temblaban entre lágrimas y el mayor sentía el dolor y la rabia de ambos, estaba cansado de ese menosprecio que seguía habiendo entre familias, porque no importaba lo mucho que ambos chicos se esforzaran por ser aceptados, Khun Korn y sus guardaespaldas no confiaban en ellos y no lo harían nunca, sin importar el cambio y los esfuerzos.

Pete también sentía unas fuertes ganas de llorar, solo podía mirar como habían dejado el comedor, no se habían atrevido a mirar el pasillo y los despachos, pero las marcas de las balas eran claramente visibles en la pared blanca de la entrada, incluso había lanugos cristales que se habían roto y que, claramente, deberían pagar y arreglar ellos mismos, ya que los responsables no se harían cargo y tampoco podían reclamar absolutamente nada porque "Nadie creería a la segunda familia", siempre era lo mismo.

Ambos chicos se levantaron del suelo, Pete los miraba sin entender que iban a hacer, pero simplemente se limitaron a empezar a arreglar todo lo que los guardaespaldas habían tirado por los suelos, de sus ojos seguían cayendo pequeñas lágrimas silenciosas mientras se arrodillaban para recoger y ordenar los papeles, el más alto rápidamente los ayudó, sin saber bien bien que decir. Los ojos de Pete empezaban a humedecerse de nuevo, tenía claro que iba a luchar por cambiar la situación, por conseguir que la primera familia dejara de menospreciar a SU familia, más concretamente, lucharía para que Khun Korn, el mismo que le pidió que los cuidara por él, dejara de tratar de esa forma a Vegas y Macao.

Tardaron gran parte de la noche en terminar de arreglar todo lo que habían destrozado, limpiaron la pólvora y los pequeños trozos de pared y balas que había en el comedor, Vegas apuntó en un papel todo lo que estaba estropeado y roto para poder llamar por la mañana para que vinieran a arreglarlo, la puerta de entrada estaba completamente rota, por lo que iban a ser incapaces de descansar en esas situaciones, su apetito había desaparecido por completo. Vegas se sentó en el sofá, observando los huecos que habían dejado los disparos en la pared, pasó sus manos por su rostro, golpeando con fuerza el cojín más cercano, queriendo que se lo llevaran los demonios en ese mismo momento.

Macao se acercó a Pete y tomó su mano, el cual lo miró con una sonrisa antes de que ambos empezaran a avanzar hacia Vegas, sentándose encima de él y haciéndolo reír levemente. Sentían que la mayor parte del peso caía sobre él, era el hijo mayor, el que más odio había recibido siempre, el principal heredero de la segunda familia. Querían quitarle esa preocupación de sus hombros, ellos eran ahora una nueva familia, lejos de lo que una vez pudieron ser, ahora superaban los problemas conjuntamente, nadie estaba solo en esos momentos y eso querían transmitir.

Los tres se quedaron la noche entera en el sofá, jugaban, se acariciaban, reían, se hacían la compañía que tanto les había faltado siempre y aunque no pudieran dormir, estar con los otros era lo único que necesitaban para olvidarse de todo el dolor causado, porque eran su lugar seguro eran el único hogar que necesitaban.

-Time<3

KinnPorsche cortos (2a parte)Where stories live. Discover now