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Capítulo 76

Llámame esposo

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Aunque decía que no le importaba la opinión de su abuelo, en el fondo le seguía preocupando mucho. Chen Tianhe dejó escapar un largo suspiro y dio vueltas al bolígrafo que tenía en la mano, ya era difícil conseguir la aprobación de la familia de Han Yi, y ni siquiera se lo había dicho aún a sus padres, así que se preguntó cómo se sentirían cuando se enteraran.

Han Yi estaba sentado en el sofá, viendo las noticias, cuando vio a Chen Tianhe acercarse y acostarse en el sofá, apoyando la cabeza en su regazo y dijo"

— Han Yi...

— ¿Qué pasa?, ¿no puedes responder la tarea?, ¿cuál pregunta?

— ¡Sólo piensas en estudiar!

— Nueve de cada diez veces pones esa cara cuando tienes problemas con la tarea, ¿qué más quieres que te diga? — Cuando terminaron las noticias, Han Yi tomó el control remoto y cambió de canal.

Chen Tianhe le quitó el control remoto y dijo con voz plana:

— ¿No puedo preocuparme por otra cosa?

— Sí, pero últimamente tampoco he recibido cartas de amor.

Chen Tianhe se incorporó y se sentó encima de Han Yi, retorciéndole las orejas con las manos y diciéndole con saña:

— Deja de hablarme de cartas de amor, ¡ni siquiera me has escrito una todavía!, ¡¿cómo te atreves a hablar de eso?!

Han Yi lo abrazó por la cintura y sonrió:

— Te escribiré una, pero antes tienes que decirme, ¿por qué estás preocupado?, ¿mmm?

Al hablar de esto, la cara de Chen Tianhe volvió a caer y dijo con un suspiro:

— Han Yi, ¿qué puedes hacer si tu familia te obliga a casarte en el futuro?, ¿no ves cómo se escriben siempre las novelas?, entonces el héroe se casa con la heroína. Y yo me convertiré en la carne de cañón.

Han Yi pellizcó la cintura de Chen Tianhe y dijo con el ceño fruncido:

— ¿Qué clase de tonterías has estado leyendo?

Chen Tianhe dijo en voz baja:

— Me lo envió una chica de la clase.

— ¿Dónde está tu teléfono?, déjame ver.

Chen Tianhe se tapó inmediatamente el bolsillo del pantalón y dijo nervioso:

— ¡No!, ¡no puedes mirar!

Han Yi estiró la palma de la mano y dijo majestuosamente:

— Dámelo.

— ¡No!

— No es igual a hacerlo dos veces por la noche. ¿Quieres más o menos?

— No...

— Tres veces.

— No...

— Cuatro.

— ¡Bien, bien, te lo enseñaré! Pero tienes que prometerme que no te reirás de mí cuando lo leas, aunque esta novela es un poco... vulgar y con sangre de perro... ¡pero me las enviaron!, ¡no es algo que busqué porque las quería leer! — Tras ver la mirada de Han Yi, Chen Tianhe le entregó obedientemente su celular e intentó huir tras dárselo, pero Han Yi lo agarró por el cuello y se sentó a su lado.

Han Yi encendió el celular de Chen Tianhe, que tenía una pantalla de bloqueo, e introdujo hábilmente la fecha de cumpleaños de Chen Tianhe para desbloquearlo. De hecho, ambos tenían la misma contraseña para la pantalla de bloqueo, que es el cumpleaños de Chen Tianhe.