Prólogo

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El inicio de una leyenda

Kuoh, una pequeña ciudad en el territorio de Japón, era una ciudad extremadamente acogedora hogar de muchas familias así como de muchos secretos, está ciudad tenía el particular fenómeno de guardar muchos secretos acerca de cosas que un humano común y corriente no entendería, aunque también guardaba en ella historias de familias ordinarias y situaciones comunes tal era el caso de un pequeño niño llamado Hyoudou Issei.

- Mamá, no quiero que Shidou-kun se vaya, es mi mejor amigo, con quién me divertiré si el se va -decia un niño de pelo castaño con ojos de color miel abrasado a su madre, triste y desconsolado por la partida de su amigo, Issei y Shidou eran los mejores amigos, a diario corrían de un lugar a otro haciendo travesuras y jugando por ahí.

- Ise, tranquilo no estés triste ya tendrás más amigos, además ambos podrían volverse a ver y es poco probable que vuelvan a separarse, ¡Ya sé! Que te parece si hablo con sus padres y está noche duermes en su casa. - la madre del niño, la señora Hyoudou intentaba animar a su pequeño hijo quien se veía más alegre.

- Lo- ¡¿Lo dices en serio?!, ¡¡Si, mamá quiero ir!! - se levantó de su cama rápidamente y comenzó a hacer una mochila con su pijama para ir con su amigo.

La madre salió de la habitación, al cabo de un momento ya había terminado de hablar con Touji Shidou, la petición de la señora Hyoudou fue bien recibida así que su hijo se puso feliz.

MAS TARDE EN CASA DE LA FAMILIA SHIDOU

Shidou era un niño de pelo castaño color caramelo, aunque decir que era un niño es erróneo, issei no lo sabía pero su amigo era en realidad una niña.

-Oye, Ise-kun, ¿Crees que algún día volvamos a vernos?- lo decía la niña de personalidad escondida triste, quizás sea extraño para esta edad que una pequeña niña le tome cariño romántico a alguien más, pero la inocencia que conlleva ser un infante siempre puede sorprender a las personas, aquella niña había comenzado a sentir algo por su amigo.

-Espero que si Shidou, no se que haré cuando te vayas, con quién iré a destruir templos y hacerles bromas a las personas, yo no quiero que te vayas- lo decía el niño sollozando.

La noche pasaba, ambos chicos disfrutaban de sus últimos momentos juntos hasta que llegó la hora de dormir, pero antes tenían que tomar un baño.

-Shidou, tengo una idea, porque no voy contigo-

-Ehhh, a qué te refieres Ise-kun-

-Me refiero a ir contigo, podríamos seguir juntos si voy contigo, almenos a visitarte a veces.

-Ya veo, eso sería fantástico pero no sé si tus padres dejen que vengas conmigo-

-Tengo que intentarlo-

A la mañana siguiente ambos niños estaban muy felices, se despedirían pero los padres hyoudou aceptaron que Issei visite a su amigo y los padres de Shidou no tuvieron problema alguno, la familia se iría a Inglaterra pero los ingresos de la familia hyoudou eran suficientes almenos para pagar un viaje cada mes.

El tiempo pasaba y las visitas de ambos niños siempre eran las mismas, se veían y se contaban las aventuras que tenían cada uno en sus casas, jugaban y después de unos días volvían a separarse.

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