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Todas las sesiones con Taehyung terminaron temprano, y el tiempo restante se dedicó a hablar, a reírse y a sentirse atraído por el criminal. Hoseok sabía que debía retirarse, romper cualquier vínculo que estuvieran desarrollando, pero no pudo evitarlo. Taehyung era cálido y divertido, y revoloteó el interior de Hoseok de una manera que Jungkook nunca pudo.

Cuando se acabó el tiempo, Taehyung guiñó un ojo y desapareció por la puerta. Tan pronto como se cerró a su paso, una frialdad se expandió en el pecho de Hoseok. Tuvo que esperar siete días antes de que pudieran volver a hablar.

En casa pensó en Taehyung, se tocó a sí mismo con el nombre de Taehyung en sus labios y vió la televisión imaginando que Taehyung estaba sentado, mirando los mismos programas dentro de la prisión. Kim Taehyung se estaba apoderando lentamente de su vida y de su corazón en el proceso.

Necesitaba distanciarse, y cuando Hyerin irrumpió en la habitación y lo invitó a salir a la ciudad, dijo que sí antes de que su cerebro se registrara.

-¿De verdad?

Hoseok asintió con entusiasmo.

-Eso es lo que dije.

-Solo y listo para mezclarse.

-No iría tan lejos.

-Genial, habrá ocho de nosotros.

Hoseok levantó una ceja.

-¿Quiénes son nosotros?

-Algunos de los guardias, el médico y el personal de la cantina. Será divertido.

-¿Me veo como el tipo que le gusta divertirse?

Hyerin se inclinó hacia delante y le pellizcó la mejilla.

-Pareces el tipo de chico que lo necesita.

Ella agitó sus pestañas y sacó su labio inferior. Incluso se las arregló para que temblara como si estuviera a punto de llorar.

-Está bien, cuéntame. ¿Dónde debería encontrarte?

-¡Sí! -Gritó ella, golpeando su hombro. -La operación de colocar a Hoseok está en marcha.

Él gimió y dejó caer su cabeza en sus manos.

-¿Qué demonios he acordado?

La idea de la diversión de Hyerin consistía en beber trago tras trago de whisky. Al principio, Hoseok se resistió, pero luego se rindió para hacer que el tiempo pasara más rápido. El alcohol hizo que los demás quisieran levantarse y bailar, pero cuanto más bebía Hoseok, más se apoyaba en su silla y se hundía.

-Entonces, -dijo Hyerin, -si tuvieras que elegir a un prisionero con quien dormir, ¿con quién sería?

El whisky ya había hecho que la temperatura de Hoseok se disparara, pero se volvió aún más caliente cuando pensó en Taehyung y su chaleco blanco apretado. Taehyung y su rastrojo perfectamente recortado, y sus ojos intensos.

Con cada sesión se sentía más cómodo en su presencia y se sentía familiar, como un viejo amigo. Uno que anhelaba, pero no tenía la confianza para salir.

-Ninguno de ellos.

Hyerin rio y se inclinó sobre la mesa.

-No me des eso.

-¿A quién escogerías?

-YoungKan.

Hoseok amplió sus ojos.

-YoungKan, estás hablando en serio?

-Sí, todo grande y peludo.

-Como un oso, -murmuró Hoseok.

Camaleón [Vhope] (Finalizada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora