10

86 10 1
                                    

-Vuelve a llamarme así y tú y yo tendremos un grave problema- le amenazo bajando la voz- y ahora te quiero callado o te aplastaré como a un insecto- se queda callado y lo suelto- así me gusta-

-Esto es todo lo que tengo, perdonadme si no tengo más- nos muestra dos camisas algo sucias

-No os preocupéis, será suficiente- ayudo a la pelirroja a ponerse la camisa tras yo hacerlo 

-Os llevaré a palacio para que os ayuden, debéis estar aterrorizadas- se dirige al timón y yo ayudo a mi acompañante a quitarse todas las algas de encima

-Te enseñaré en cuanto lleguemos a caminar como los demás- me pongo en pie y le ayudo a sentarse en otro sitio y me ve con asombro, como no puede hablar señala mis piernas y entiendo lo que quiere decir- es una extraña cualidad que tengo de cuando estoy en el mundo humano tengo piernas y en el agua tengo cola, sí es un poco extraño, pero como muchas otras cosas- le resto importancia y en un par de horas tal vez llegamos al puerto, cargo a la pelirroja hasta el carruaje y nos cubre el hombre con una gran tela y trato de que no se le vea pero es demasiado curiosa y al final la dejo hacer lo que quiere, llegamos al castillo y nos ayudan a bajar

-Pobrecitas, víctimas de un naufragio, sois afortunadas de haber sobrevivido- comenta una mujer, parece que es la jefa de las mujeres que se encargan del cuidado de todo y veo a un hombre mayor y bien vestido que nos mira preocupado, parece que es un alto cargo, creo que puede ser un consejero o algo así

-Se quedarán en el castillo, venid conmigo, os llevaremos a que se aseen y se vistan como es debido, gracias señor por haberlas traído tan rápido- le agradece al pescador y este se retira, ayudo junto con otras mujeres a llevar a Ariel a uno de los baños, me voy a ir pero ella me detiene

-Tranquila, ellas te ayudarán a que te veas mejor y a que estés limpia, yo te estaré esperando porque también tengo que limpiarme y vestirme, tranquila, no pasará nada- consigo calmarla y me voy junto a otras mujeres que ya tienen la bañera preparada y me ayudan a desenredar mi melena y lavarme bien

-Debisteis haberlo pasado muy mal estando en esa situación- dice una con pena mientras desenreda mi cabello

-Sí, fue horrible, doy gracias a que la encontré, la pobrecita no puede hablar, el fuego que se creó quemó nuestras ropas y tuvimos que saltar al agua, menos mal que no nos llegamos a quemar, nadamos todo lo que pudimos hasta que aquel pescador nos socorrió- explico la historia que me he estado inventando en el camino y parece que se la cree

-Pues ya estáis a salvo, aquí seréis bien atendidas, por cierto,¿cuál es vuestro nombre?-

-Me llamo Luzbel- 

-Es un bello nombre para una mujer como usted, bueno, esto ya está, ahora póngase en pie para poder secarle y vestirle- obedezco y me cubren con una toalla- y decidme, ¿qué color soléis llevar en vuestros vestidos?-

-¿Tiene que ser sí o sí un vestido?- le miro con la esperanza de escuchar lo que quiero y me ven con asombro- es que me resulta mucho más cómodo llevar un pantalón, pero si no queda de otra llevo un vestido-

-Tendré que hablar con algún sastre para que te haga un par de piezas de ropa, ¿qué color preferís?- 

-Si puede ser, me gustaría que fuera negro o violeta, pero si no puede ser os dejo que lo elijáis por mí- le sonrío con amabilidad aunque podría intentar hacerme mi propia ropa con mi magia, pero debo de mantener toda mi magia para cualquier cosa, así que debo de adaptarme, veo que regresa la mujer con un vestido negro corto y ligero junto con unas sandalias planas 

-Esto es lo que he encontrado, espero que sea de su talla y le guste- me los da y sin ayuda de nadie me visto y me queda perfecto- se ve bien-

-Gracias, ¿me puede llevar a dónde me quedaré y también mi amiga?, por favor- 

Amor bajo el marWhere stories live. Discover now