Capítulo II: Sus candentes ojos (Editado)

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¡¿Alguna vez les ha pasado que hay miradas que son difíciles de olvidar?!, o por más que tratan de olvidar a esa persona, cosa o situación no pueden, pues así me paso a mí, no podía olvidar sus candentes ojos, eran oscuros y penetrantes, pero ¡me ...

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¡¿Alguna vez les ha pasado que hay miradas que son difíciles de olvidar?!, o por más que tratan de olvidar a esa persona, cosa o situación no pueden, pues así me paso a mí, no podía olvidar sus candentes ojos, eran oscuros y penetrantes, pero ¡me encantaban!

Ese día después de la bienvenida de la escuela, mi día fue muy extraño, con muchas sensaciones corporales porque mis hombros se tensaron, mi cuello me dolía un poco, pero mis labios querían besarlo, después de que él me susurro al oído no me dijo más, se apartó de mí y se fue hablando con otros chicos.

Esa tarde conocí a Selma con más detenimiento y me di cuenta de que era una chica muy atrevida y arrebatada, era un poco promiscua, a pesar de como lucia físicamente, ya que no era muy bonita ni tampoco era sexy, pero sí era fácil.

Recuerdo que ese día consiguió el número de los chicos más guapos de la escuela, ¡sí de la escuela!, yo no podía concebir esto en mi cabeza porque yo no era así, dudaba mucho de mí y de mis habilidades. 

No sentía esa seguridad que todas las chicas sienten, no tenía en ese entonces complejo con mi cuerpo, pero no me sentía bonita como otras, ya que veía que muchas mujeres amaban sus grandes y hermosos pechos; otras chicas tenían una cara muy bonita, caderas muy grandes, pero se veían bien, yo realmente no me fijaba mucho en esos detalles, pero los hombres sí, al igual que las mujeres.

Desde que era más chica recuerdo que nunca tuve muchos pretendientes siempre se fijaban en todas menos en mí, muchas veces me llegué a preguntar si yo era la del problema, sin embargo, lo deje pasar y no le di mayor importancia y aunque le había prometido a Sara quien es mi madre, que me enfocaría demasiado en los estudios yo quería aventuras en mi vida, quería tener nuevas experiencias de las cuales recordaría en mi vejez, soñaba con tener momentos de tensión, deseaba descubrir nuevas sensaciones y tener más experiencias.

******

Pasaron los días en la escuela y aunque tenía ganas de hablar con el chico de ojos candentes, me contuve y no lo hice, incluso me distancie de Selma porque era una chica muy inestable.

Todo el tiempo quería estar hablando con hombres y mientras los señalaba decía "Quiero estar con ese chico, con ese y con este...". Ella era promiscua, por esa razón decidí conocer a más gente de mi salón y fue como encontré a Daniela, una chica muy linda, pero sobre todo tierna.

Su cabello era corto, le llegaba a los hombros y su sonrisa era encantadora, su voz era dulce.

Danny tenía un primo llamado Félix el cual era muy coqueto y mujeriego, al principio le hablaba a ella y a su primo, pero después lo arruino Selma porque Danny y ella se hicieron muy amigas así que dejé de hablarle.

Después de casi unas dos semanas empecé a notar algo raro porque cuando me estiraba y miraba hacia los lados varios chicos me observaban, me prestaban atención más de la que alguna vez lo habían hecho, entonces, ahí fue donde me llamo la atención, ya que eso no era común, me reí por dentro, aunque por fuera parecía una mujer seria.

La venda en mis ojos  © ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora